Roberto Ponce
Un afán didáctico guió la
proverbial mordacidad
del caricaturista Rius para
escribir las casi 200 páginas
de su más reciente
libro: 2010. Ni independencia
ni revolución, presentado durante
la XXXI Feria Internacional del Libro
en el Palacio de Minería el sábado 27 por
Editorial Planeta Mexicana.
“Ni independencia ni revolución es un libro
para contrarrestar la versión oficial de los
libros de texto escolar, yo me tuve que chutar
todos para ver lo que se cuenta a los jóvenes
de la historia de México y me quedé horrorizado
de las tremendas mentiras que hallé.
“Yo creo que México es el país que tiene
la peor historia oficial del mundo, porque
la han falsificado. Tú sabes que la historia la
escriben los vencedores, y en este caso, también
son los vendedores; han hecho una caricatura
burda de la historia de México. Si estudias
a fondo los libros de nuestra historia y
comparas con la falsedad que aparece en los
libros oficiales de texto escolar, es patética
la diferencia. Como que es otra historia, otra
invención de no sé quién o quiénes para sacralizar
a los próceres.”
Nacido en Zamora hace casi 75 años,
Rius recibe a Proceso sonriente en el stand
de Planeta en la feria. Creador hace medio
siglo de las célebres historietas Los Supermachos
o Los Agachados, y quien hoy
lleva más de un centenar de libros publicados,
siendo su mayor cañonazo el bestseller
La panza es primero, Rius hace gala
de su notable sentido del humor.
–¿Cómo está usted?
–Pues aquí tratando de envejecer con
elegancia, pero mis resultados son pésimos
aunque a’i vamos, a’i vamos... Tratando de
sobrevivir a la prosperidad nacional.
“¿Ya leíste el libro?”, revira.
–Ya son varias generaciones que no
han parado de leerlo nunca, pues son
ideas que usted desarrolló desde sus cómics
Los Supermachos de San Garabato
de las Tunas... Ahí están las ideas de Rius
acerca de que en México existe una enorme
dependencia económica de los Estados
Unidos, y su capítulo sobre la Revolución
Mexicana se pregunta: ¿robolución o
devolución?
–Todavía sigo pensando que la única
independencia es la calle donde está el
Teatro Metropolitan –ríe–. Cualquier persona
con un mínimo razonamiento y de lógica
se da cuenta de que México no es un
país independiente sino al contrario, cada
vez es un país más superdependiente de
Estados Unidos y compañía.
“Por lo mismo, estas celebraciones a
mí se me hacen algo demasiado absurdo y
burlesco, porque no podemos celebrar al-
Roberto Ponce
Rius:
Bicentenario para principiantes
Germán Canseco
go que no existe más que en la imaginación
de los discursos oficiales.
–Sin embargo, por doquier escuchamos
la propaganda gubernamental de que
debemos festejar 200 años de ser “orgullosamente
mexicanos...”.
–Hasta en eso están equivocados, son
muchísimos más, pues como dijo Octavio
Paz, los primeros mexicanos fueron los hijos
de la chingada y los mexicanos somos
eso... No acabamos de entrar en la civilización
occidental, afortunadamente.
“Lo más paradójico y esquizofrénico es
que quienes encabezan la celebración son
los mismos que le cortaron la cabeza al cura
Hidalgo; esos que vejaron, excomulgaron
y asesinaron a Morelos, mataron a Pancho
Villa y a Zapata, los mismos que siguen
ejecutando gente, como si nada...
“¿Con qué cara se van a echar el discurso
nuestros políticos para esta celebración,
qué van a decir? ¿Cómo van a justificar la
millonada que están gastando en puras cosas
inservibles para el país? En vez de tomar
el 2010 cual inicio de algo nuevo, como
un punto de partida o el intento de crear una
nueva nación donde todos quisiéramos convivir,
todo se va a quedar en la retórica, en
mera palabrería para tronar más cuetes, pegar
de gritos y agitar la banderita tricolor.”
–Puede mencionarlos, ¿quiénes son
los mismos?
–Los mismos que han gobernado nuestra
patria desde que los indios perdieron la
posesión de sus tierras, siempre hemos estado
gobernados por ellos, salvo pequeños
y honrosos intervalos de Benito Juárez y
Lázaro Cárdenas.
“¿Y quiénes son los mismos? Bueno,
pues ya bien lo dijo El Peje (Andrés Manuel
López Obrador): son los ricos, los
poderosos, la Iglesia, los conservadores.
–Usted menciona en la parte de la Independencia
de cómo la mayoría de los dirigentes
en nuestro país fueron generales que
nada sabían de cómo dirigir la nación...
–Sí, y en un momento dado, suplieron
a los generales con los licenciados y
ha sido peor, porque los políticos se han
dedicado a saquear el país a manos llenas
y en eso, parte de los dizque revolucionarios
han sido quienes comenzaron con
esa práctica, cuando pensábamos que en
México iban a cambiar las cosas.
“Es decir, la actuación de Álvaro Obregón,
de Plutarco Elías Calles y todos los
que les han seguido, se dedicaron y dedican
al saqueo, a robar, a corromper y a olvidarse
de los problemas reales del país. Y
ahí están los indios, todavía esperando que
se les haga justicia, que se les oiga...”
–Justamente así comienza su libro, con
un dibujo del águila y la serpiente, y el lema
del primer capítulo: “Cuando no había
mexicanos, sólo indios”.
“Si cuando menos se les repartieran a
todos los indios boletos para entrar gratis
al Museo de Antropología e Historia, allí
dentro podrían contemplarse en su pasado
glorioso, que es donde se apoyan las instituciones
y los discursos del gobierno actual
para justificar este festejo absurdo.”
Si la risa es motor del carácter de Rius,
sus hábitos vegetarianos, su rechazo a las
corridas de toros y sus cuestionamientos
a la Iglesia católica le han proporcionado
más de un enemigo. Pero su más fuerte
trauma es otro, confiesa:
“Yo toda la vida me sentí frustrado por
haber nacido gûero y tener ojos azules, a
mí este aspecto me ha impedido acercarme
a la gente que más quisiera, así que no
lo veo como una bendición de Dios. De
hecho, creo que tenía más porvenir como
enbalsamador de cadáveres en Gayosso
que como caricaturista, pero el destino o
no sé quién me llevó por otros caminos.”
–2010. Ni independencia ni revolución
retoma las críticas al gobierno federal
mexicano de hoy, así como ayer lo hizo
contra los priistas en Los Agachados...
–Hay quienes suponen que inventé un
nuevo método de expresarme o decir las cosas
por medio de los libros. El mismo (caricaturista)
Abel Quezada me comentaba:
“Tú vas a acabar haciendo novelas, porque
empezaste haciendo humor mudo en
Ja-já” –yo tenía dos paginitas ahí y no escribía
ni una sola palabra, puro humor mudo–,
y decía Abel: “Luego pasaste al cartón
editorial, donde ya había alguna que otra
palabra, para después seguirte en la historieta
que ya es un preludio a la novela.”
Y si ves Ni independencia ni revolución,
este libro está lleno de trabajos artísticos
de gran calidad, las ilustraciones van
desde la portada, con José Guadalupe Posada,
y agradezco desde el principio la colaboración,
a veces involuntaria, de Diego
Rivera, Orozco, del Taller de la Gráfica Popular,
Leopoldo Méndez, Rogelio Naranjo,
El Fisgón, Efrén, todos los que puedas imaginar
están aquí: son dibujantes mucho mejores
que yo. Además, ubican a los lectores
en las épocas que relato a mis lectores.
–Tal como en sus mismos números de
aquellos cuentos que desarrollaba acerca
de algún tema específico, ahora sus libros
tratan de la historia de México según Rius,
por así decirlo.
–Este libro empieza con la caída de la
Gran Tenochtitlán y acaba con el alzamiento
de los zapatistas, está demasiado resumido,
pero no es para especialistas sino para
principiantes, como todos mis libros.
“Ni independencia ni revolución tendrá
un montón de errores y olvidos, pero no trato
de escribir libros para que se queden archivados
y que la gente no los lea, yo deseo
que se acerquen sin miedo a la lectura.”
–Hace un momento destacó su admiración
por Juárez, pero tampoco lo exonera
del todo en Ni independencia...
“Sí, pero lo mismo se podría decir del
propio Cárdenas, aunque yo ya no le escarbé
en sus errores que cometió, porque mi intención
era ver cómo en determinados momentos
de la historia de México han tomado
parte los liberales también, quizá por equivocación...
Yo quiero hacerle ver a la gente
que eso es lo que vale precisamente, porque
pienso que la izquierda es la gente que debería
estar gobernando nuestro país.”
Su conversación atrae a jóvenes que ya
preparan su pluma para que Rius autografíe
sus cuadernos.
“¡Pero no me refiero a la izquierda que
tenemos ahora en el PRD haciendo alianzas
con el PAN, otro caso de lo más absurdo
que se puede esperar! Hablo de que
nuestro país debería estar gobernado con
un criterio de izquierda, estar pensando en
los pobres, en los indios, en sacar adelante
realmente a México...
“Y lo que vienen haciendo estos políticos
que entre comillas han estado gobernando
México es aprovecharse. Se han estado sirviendo
de nuestro país, no son lo que llamaba
Morelos servidores de México, no son verdaderos
siervos de la nación, sino se han servido
del país a sus anchas. Y es terrible eso.”
–La robolución mexicana, dice en su capítulo
ocho. ¿Por qué ahora agrega el cuestionamiento
¿O la devolución mexicana?
–¡Ja, ja...! Pues es la revolución, pero
con el cambio de una letrita vemos lo que
sucedió: que empezó a devolver sus privilegios
a los ricos y ya con el expresidente
Salinas, todo lo que le había quitado Juárez
a la Iglesia se lo comenzó a regresar.
“Ha sido un cambio de letra en las tres
etapas. Primero fue revolución que se convirtió
en devolución y acabó siendo la robolución,
¡que es lo que dizque estaremos
festejando! Ya no hubo Revolución Mexicana,
pues sólo duró seis años el gobierno
de Cárdenas, y después fundaron al PRI.
Todo acabó allí.”
Rius dirige la puntería hacia el gobierno
de Felipe Calderón, por no tener ningún
héroe de quién agarrarse:
“Yo quisiera saber qué va a decir de
Cárdenas y de Zapata. ¿El mismo palabrerío
de toda la vida, la misma retórica, las
mismas falsedades? ¿Cómo van a justificar
estos festejos...?”
–¿Cuáles son los gallos de Rius para
estos 200 años?
No puede evitar el chascarrillo:
–Indudablemente hay que pensar en
Cuauhtémoc, pero no sólo Cárdenas sino
desde el primer Cuauhtémoc, ¿verdad? Y
Morelos, un fregón.
Se le recuerda que en Martirio de Morelos,
el escritor Vicente Leñero le sacó
sus trapitos al sol por haber denunciado
las posiciones del ejército independentista
para salvar el pellejo o el alma. Rius responde
sin perder el temple:
–No, claro... Pero yo no podía mencionar
en Ni revolución ni independencia todos
los claroscuros de nuestros personajes históricos
y quizá por ello haya quien diga que mi
libro aparentemente es superficial; pero hablando
de la campaña de Morelos en Guerrero,
hay un detalle que me faltó mencionar
y que tampoco nadie cita: se trata de la participación
de los negros mexicanos en las luchas
revolucionarias, como los que acompañaban
a Hermenegildo Galeana.
“Yo creo que México es el país que tiene
la peor historia oficial del mundo, porque
la han falsificado. Es otra historia, otra
invención de no sé quién o quiénes.”
–¿Nombres?
–A los que menos toman en cuenta en la
historia de la Revolución Mexicana son a los
hermanos Flores Magón y ambos eran, para
decirlo con palabras de los chavos, unos
chingones. Era gente que amaba a su país,
querían cambiar a México para nuestro bienestar.
Y desde luego, Zapata y Pancho Villa.
“No son héroes de piedra. Era gente llena
de defectos, como todo ser humano. Una
de las intenciones de mi libro, entonces, y
otros que se publican ahora para este año,
sería precisamente el desacralizar a los héroes.
Que la gente vea que es fácil ser como
ellos, pero te los ponen en un pedestal
así como si fueran unos santos, y entonces,
¿quién va a querer ser, como dicen en Cuba,
‘seremos como el Che (Guevara)’?”
“Hay que bajarlos del pedestal, pues
tenían defectos, pasiones y tentaciones.
Esos son los seres humanos que nos interesan,
aunque así te llenes de héroes y villanos,
pero en México se glorifica más a
los villanos auténticos.”
–¿Pensó en Carlos Salinas de Gortari?
–¡Claro, jajaja! Tenía que incluirlo mi
texto del libro, porque Salinas para mí es
la reencarnación de Santa Anna, Su alteza
serenísima. Y no obstante, yo quisiera ver
al Peje como la reencarnación de Juárez.
“O de Cárdenas, porque de repente
Andrés Manuel López Obrador tiene sus
aires de ellos dos, pero eso ya tampoco es
tema de este libro.”
Terminada su charla con Proceso, busca
desesperadamente la salida rumbo al
Metro y ya no da autógrafos. Hay quien
le pregunta porqué se va, y Rius responde
que le urge regresar a Tepoztlán, donde
ha estado trabajando en programas de radio
para difundir la verdad sobre la realidad
mexicana.
“Además, ni que fuera Frank Sinatra...”
sábado, 27 de febrero de 2010
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