domingo, 7 de marzo de 2010

EL EJERCICIO DE LA MEMORIA A TRAVÉS DEL OLVIDO

Carlos Monsiváis
07 marzo 2010
cmonsiv@prodigy.net
El 30 de octubre de 2009, en un acto ungido por la credibilidad de las instituciones electorales, que desde el IFE y desde todos los tribunales electorales disponibles, bendicen la unión, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, y el secretario de Gobierno del estado de México, Luis Enrique Miranda, atestiguaron el pacto entre el PRI, representado por Beatriz Paredes, y el PAN, comandado por César Nava, en uno de los descansos de su campaña contra las bodas de la semejanza. En el convenio el PAN y el PRI se comprometen a abstenerse de formar coaliciones electorales en el estado de México (para las elecciones de 2011), con otros partidos cuyos principios e ideología sean contrarios a los que sostienen en sus declaraciones de principios. El pacto, no necesariamente parecido al de Ribentropp y Molotov en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, tuvo como base la obligación del PRI de apoyar en sus términos, en el Senado, la Ley de Ingresos previamente aprobada en la Cámara de Diputados.
Según Nava, recientemente nombrado “panista histórico”, por una encuesta donde lo situaba en primer lugar como posible candidato a la Presidencia, el PRI incumplió el acuerdo, ya que el 5 de noviembre de 2009 sólo ocho de los 33 senadores priístas permanecieron en el salón de plenos, absteniéndose de votar a favor de la Ley de Ingresos. Nava, con el júbilo del político descubierto fuera del pedestal, concluyó su viaje alrededor del ridículo: “Ante el flagrante incumplimiento del PRI, el acuerdo quedó sin efecto alguno”. ¡Qué tristeza! Tan bien que se iba en el camino de allanarle a Peña Nieto los pequeños escollos, tan bonito que se veía la repartición del poder: “El estado de México para ustedes; la reforma fiscal para nosotros”.
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A César Nava se le pueden achacar muchos defectos, pero no, en modo alguno, la posesión de virtudes de liderazgo, con carisma adjunto en ocasiones de contento. Véase su entrevista del 4 de marzo:
“—¿Por qué mintió a la opinión pública al declarar que no había firmado acuerdo alguno o pacto con el PRI, y por qué no se notificó al Comité Ejecutivo Nacional del convenio?
—En primer lugar, este acuerdo no fue puesto en el conocimiento del CEN, precisamente porque el incumplimiento del PRI lo hizo innecesario. Estaba contemplada la posibilidad de hacerlo del conocimiento del comité nacional para su eventual aprobación; sin embargo, al quedar sin efecto, al quedar sin vigencia ni validez alguna, no fue necesario hacer esta presentación. Por otra parte, es cierto que en un primer momento no hice pública la firma de este acuerdo. Lo hice por respeto al principio de confidencialidad que rige esta clase de relación y de acuerdos políticos”.
Es arduo elegir el adjetivo que le conviene a Nava, el político: sagaz, bravío, inocente (traicionado), paciente (en cuanto a la información que le debe a su grey), astuto… Véase lo que consigue: aceptar que mintió; reconocer que no informó a los suyos porque no los quería afligir con la historia de una traición; considerar eterna la confianza en él depositada; manejar con habilidad póstuma los plazos del entusiasmo por la hazaña maniobrera o de la autocrítica por el fracasito; traer a cuento “el principio de confidencialidad”, inaplicable en casos de violación de la ley electoral. Y según él, lo hizo todo solito, sin consultarlo con presidente alguno.
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Beatriz Paredes reconoció el pacto tan traicionadito, pero luego se siguió de frente y en el aniversario del PRI, ante la clase política por antonomasia, se jactó de sus funciones de salvavidas: “En 2006 los legisladores del PRI evitaron una crisis de gobierno durante el ascenso de Felipe Calderón a la Presidencia de la República. Quién iba a decir que apenas tres años después el partido del Presidente, que fue repudiado y calificado de espurio por otra fuerza política, celebraría alianzas con aquellos que han sido los detractores principales de su abanderado y con quienes no tienen coincidencias programáticas ni en derechos civiles ni en el desarrollo económico para México. Amnesia sobre los principios y las posiciones programáticas o apetito de poder sin el menor respeto por los ciudadanos, o simplemente ambición y oportunismo y mayor desprestigio de la política ante la sociedad…”.
Una posición tan enfática, que brota luego de reconocer el pacto secreto, lleva únicamente a la piedra de sacrificios de la contradicción: para favorecer la mercadotecnia triunfal de Peña Nieto, se acepta que con el PAN se tienen coincidencias programáticas, en derechos civiles y en posiciones frente a la economía. Si nos atenemos a documentos y discursos, en lo único en lo que el PRI coincide plenamente con el PAN es en materia de criminalizar a las mujeres que abortan. En lo demás, que alguien tenga el valor civil de leer los discursos priístas, al firmar con Gómez Mont y el enviado de Peña Nieto de testigos, el PRI manifestó su amnesia sobre los principios y las posiciones programáticas, y exhibió su apetito de poder, su ambición y su oportunismo. Por supuesto, que estos comentarios son sólo retóricos, pero la señora Paredes, que usa a la patria como su ayuda de cámara cada que declara, podría ejercer la cortesía y decirnos cómo se explica este manejo de la cámara oscura, que luego echó a perder el manejo de la Cámara de Senadores.
No es un simple incidente de convenios que fallan, es la burla rotunda del exangüe IFE, del sistema electoral en su conjunto, de la ciudadanía (que alguna debe haber), y del uso del idioma. Una vez más se recurre al gran protector de la política, al justificador del PRI y del PAN, el olvido, ese disolvente de las trampas, las traiciones, los enredijos verbales y la arrogancia que una vez que habla da por concluido el tema. Lo que resulta conmovedor es la posición candorosa de la clase política, liderazgo del PRD incluido, convencida de un hecho: la política sólo ocurre entre los directamente interesados, los medios informativos, la clase empresarial y los historiadores. De acuerdo a esta tesis no hay sociedad, la ciudadanía sigue tardando en nacer y las mentiras, los errores y las agresiones al patrimonio nacional no importan porque el olvido protege a los responsables. Eso esperan los causantes de la tragedia de la guardería ABC en Hermosillo, y no otra cosa aguarda el secretario del Trabajo, Javier Lozano, en sus incursiones y excursiones contra la ley y sus apologías de Germán Larrea. La política, según sus monopolistas, es aquello que sólo ocurre a la hora de ejercer el poder, y si los empoderados en algún nivel, la ciudadanía postergada, intentan ejercerla lo más probable es que se les diga que vuelvan la semana próxima, cuando los poderosos hayan firmado el siguiente acuerdo.
Responsabilidades-Hernández

REVISTA CONTRALÍNEA

http://www.contralinea.com.mx/

EN BUSCA DE UN HOMBRE DE ESTADO

Revista Contralínea
Autor: Álvaro Cepeda Neri
7 Marzo 2010
Quien no resolviera cierto acertijo, perdería la vida
Pericles de William Shakespeare
En un desperdiciado trienio buscando la legitimación militaroide –que no política ni económica, social ni cultural– terminó el sexenio calderonista que completó, en el mal gobierno, al foxismo. Ambos fueron el corto inicio y ocaso del Partido Acción Nacional (PAN), que echó por la borda, con sus neopanistas conservadores y fundamentalistas coronados por El Yunque, su medio siglo de oposición derechista.
El país está sobreendeudado, empobrecido masivamente a pesar del multimillonario excedente de la reserva en dólares. La inseguridad económica genera un dramático desempleo y constantes despidos. Las remesas de trabajadores legales e indocumentados en Estados Unidos y Canadá dejaron de ser caudaloso río para ser un arroyo que tiende a casi secarse. De esta manera, millones de mexicanos, que así calmaban sus necesidades, ingresan a la pobreza.
La irrupción de las delincuencias encabezadas por los sicarios del narcotráfico –que se ajustan cuentas y se llevan en el fuego cruzado de sus cuernos de chivo, o intencionalmente con toda la barbarie del terrorismo, a mexicanos que nada tienen que ver o indirectamente se ven involucrados en esa guerra contra militares y policías– tiene a la población en el trágico y total desamparo.
Y los gobernantes, ocupados en la corrupción de la narcopolítica y la indiferencia e impunidad, tienen a la nación, acosada por otras crisis, al borde de la desesperación social en el marco de las celebraciones a la Porfirio Díaz.
Porque al menos desde el orto y ocaso posrevolucionario (y ya cancelado el aventurismo de Victoriano Huerta con su binomio: militarismo y alcoholismo, que parece repetirse), los mexicanos no han podido encontrar, careciendo de la Lámpara de uno de los tres Diógenes (el de Apolonia, el Cínico o el de Enoanda), a un hombre de Estado; al político que aspire a “ser el primer servidor del Estado”, conduciendo –desde un nuevo presidencialismo, sustentado en reformas de contrapesos y la creación de los tribunales de cuentas y constitucional para la rendición de cuentas– el deslinde de responsabilidades y control constitucional de todos los poderes del Estado.
La derecha panista –dedicada a quedar bien con sus creencias religiosas y pensando, como el Savonarola de cuando los Medici, en la Florencia que parió al más lúcido creador de la política republicana (Las décadas de Tito Livio, antítesis de El príncipe)– ha querido resolver los problemas con Padres nuestros, en vez de enfrentarse como gobernantes laicos y democráticos a la solución de la crisis general. Y así ahuyentar los síntomas y hechos de violencia social que aparecen por todo el país; mientras, la inseguridad que priva por el narcotráfico y la fallida estrategia para combatirlo ya implantaron al terrorismo sangriento que ha roto la convivencia pacífica, tensado la gobernabilidad y estabilidad para poner en riesgo la institucionalidad amenazada por el debilitamiento de la legalidad y legitimidad, mermadas por la corrupción, impunidad y empobrecimiento.
La incapacidad e ineficacia de los panistas, que culminaron los abusos del salinismo-zedillista, tienen a la política y a los políticos al borde del total descrédito. Se les tiene como “mediocres, incompetentes, cínicos, mentirosos, aprovechados, manipuladores, corruptos (y) cuando no son sus causantes, los políticos se muestran incapaces de resolver la crisis económica, la inseguridad ciudadana, la decadencia crónica de la agricultura, la extensión del paro (el desempleo)… baja calidad de la educación… degradación del medio ambiente…
“En conclusión, es preocupante que los políticos aparezcan entre los grandes problemas percibidos por la opinión pública. Pero no basta descargar cómodamente en ellos –ni siquiera sobre sus malas prácticas– la culpa de una devaluación persistente de lo público y de lo político… Porque el rechazo total a la política y a los políticos somete a la sociedad a la ruda ley del más fuerte” (del ensayo La condena social de los políticos, de Joseph M Vallés, de la Universidad de Barcelona; publicado en El País el 3 de febrero de 2010).
Otra vez los mexicanos tenemos que resolver el acertijo con la política y los políticos que tenemos para encontrar con la lámpara constitucional un político que reúna las cualidades para la política. Y postular, con democracia y republicanismo, la imperiosa necesidad de sufragar por la personalidad capaz de reivindicar la política.
¿Tenemos políticos? Sí, y no son los actuales galanes de la televisión. Ni los “grillos”. Tampoco los del caudillismo populista. Menos los clericales ni caciques. Están descartados los desgobernadores que abusan del poder, se reparten como botín el dinero público y se equivocan en las inversiones, pero no para pedir el tanto por ciento a los inversionistas privados.
Esta fauna nos ha regresado al “estado de naturaleza” (Rousseau) con el capitalismo salvaje y “mano invisible” (Smith), para dejar hacer al mercado al libre antojo de la “ley de la oferta y la demanda” (Say) y, finalmente, a la “guerra de todos contra todos” (Hobbes), para tener a la nación en los devastadores efectos de la crisis general.
Ya andan sueltos los buscadores del futuro, adelantando propuestas con base en el letrero aquel de la anécdota “Mañana ayuna Napoleón”, que cada mañana posponía ad infinitum, cuando la cuestión es un político para el presente que nos agobia. Reyes Heroles (1921-1985) salió con lo de “primero el programa, después el hombre”.
Es indispensable invertirlo. Primero conocer al político, a un profesional de la política, conocedor del ejercicio del poder y los poderes del Estado, en los términos analizados por Norberto Bobbio, en su listado, teórico y práctico del concepto, entreverado en su estudio Teoría general de la política (editado por Trotta).
No se trata de sustituir la política y al político por el marketing mediático ni postular, como receta salvadora, ni subirse a la globalización, convertida en coartada para reducir el espacio político; sino de buscar y encontrar al político del presente para el inmediato presente. Lo hay. Y tiene “a su favor la imagen del hombre indispensable frente a la descomposición del régimen carrancista (léase, calderonista) que, como el del Madero, distó de cumplir con las expectativas de una sociedad deseosa de cambios pacíficos” (Pedro Castro, Álvaro Obregón, fuego y cenizas de la Revolución Mexicana. Biblioteca Era-2009).
La solución al acertijo para encontrar al político mexicano en cuestión ha de buscarse en las biografías de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, con raíces en el más grande político mexicano que fue Benito Juárez.
cepedaneri@prodigy.net.mx

LA DESTRUCCIÓN DEL ESTADO LAICO EN MÉXICO, EN DESARROLLO PARALELO A LA IMPLANTACIÓN DEL NEOLIBERALISMO EN 1982

Pedro Echeverría V.
1. Varias decenas de miles de muertos en las guerras que el clero y los conservadores desataron a mediados del siglo XIX en México para "defender" sus enormes privilegios frente a los liberales reformistas encabezados por Lerdo y Juárez. En las décadas de los veinte y treinta del pasado siglo otros miles de campesinos inocentes fueron acribillados o apuñalados en una "guerra cristera" que el clero convocó para luchar contra una Constitución y su ateísmo. ¿Pero qué importa que los abuelos y los padres hayan muerto por defender derechos de los pobres explotados, si ahora está en el gobierno una burguesía clerical dispuesta a borrar el pasado, que pide "que no se hable más de guerras entre hermanos" y se olvide de esa separación entre la iglesia y el Estado para que la iglesia pudiera recuperar justamente sus privilegios?
2. Juárez sabía que la Constitución de 1857 no era clara para limitar el enorme poder del clero y las guerras que había desatado, por eso proclamó las Leyes de Reforma en que se señalaba: "perfecta independencia entre los negocios del estado y los puramente eclesiástico; supresión de monasterios y secularización del clero que vivía en ellos; abolición de cofradías y otras de naturaleza similar; cierre de los noviciados en los conventos de monjas; nacionalización de todos los bienes del clero secular y regular; eliminación de la participación de la autoridad civil en el asunto de pagos de servicio eclesiásticos". Todos estos planteamientos respondieron al revanchismo violento de la iglesia contra la Constitución de 1857 que por primera vez se atrevía a "levantar la voz" contra el privilegio de Clero, militares y conservadores.
3. ¿Puede alguien olvidar que René Capistrán Garza, fundador de la Asociación Católica de Jóvenes de México, llamaba a luchar por conquistar el poder del Estado? ¿Qué en 1921, exigiendo el desconocimiento de la Constitución, se realizó por el clero una multitudinaria al santuario de la vírgen de Zopopan y que ese mismo año explotó una bomba en la Basílica de Guadalupe? ¿Qué dos años después se inauguró el monumento al Cristo Rey en el cerro del Cubilete con la presencia del delegado apostólico italiano Fillipi que luego fue expulsado? Todos esos antecedentes provocaron la gran guerra cristera que durante cuatro años provocó miles de muertos humildes y manipulados por la iglesia y el gobierno porque la primera luchaba contra la implantación del laicismo que borraba de un tajo el dominio del catolicismo.
4. "Sí mexicanos, ya basta de no vernos como hermanos y como iguales", dice el presidente Calderón, católico y represor de obreros. La bronca es que unos son más iguales que otros. Unos son los hermanos del capital y otros son los hermanos del trabajo, unos son más hermanos de la explotación y la acumulación de propiedades y otros son hermanos por ser miserables, oprimidos y perseguidos. Obviamente dios en el discurso no quiere esa desigualdad; pero la práctica del clero en la tierra demuestra exactamente lo contrario: que sus aliados son el poder. Los clérigos Prigione, Rivera, Cepeda, Sandoval, han formando parte del enorme poder que oprime a los mexicanos, porque ninguna hoja se mueve en la iglesia sin la orden de ellos. Ellos fueron los artífices que junto al presidente Salinas, lograron relaciones con el Vaticano.
5. Para mayor gloria de Dios, el gobierno de Felipe Calderón está subordinándose a los intereses de la jerarquía católica –señala el investigador González Ruiz- al grado que ya se convirtió en un gobierno de tinte confesional y neocristero que –por encima de la Constitución– está socavando al Estado laico mexicano. Junto con el Ejército, que actualmente goza de grandes prebendas y es movilizado a nivel nacional, la Iglesia es la otra institución que sirve de pilar al gobierno federal. El "peligroso binomio" clero-Ejército ha desencadenado una escalada de violaciones a los derechos humanos y a las libertades individuales. El hecho más visible de este "franquismo a la mexicana", de corte fascistoide, es la actual embestida del régimen calderonista contra la legalización del aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo, la cual es auspiciada desde el Vaticano por el Papa Benedicto XVI.
6. Entrevistado por Proceso, González Ruiz, hace una diferencia entre el gobierno de Fox y de Calderón. Señala que a pesar que los dos son de derecha, del PAN y que admiraban a los cristeros, Fox tenía desplantes escenográficos; mostraba crucifijos, el estandarte guadalupano y besó públicamente el anillo del Papa, pero su gabinete era plural, pero decepcionó a la jerarquía católica. Calderón sí es consciente de su compromiso católico: busca desmantelar el Estado laico y la aplicación de preceptos religiosos; su gobierno en bloque está dando continuidad, en la práctica, a la lucha cristera. Las dependencias que menciona son: la Procuraduría General de la República, la Secretaría de Educación Pública, la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Salud, la Secretaría de la Defensa y en la Secretaría de Marina, mediante las llamadas capellanías castrenses.
7. Mucho más que el ascenso del PAN y de Fox en 2000, el corte histórico del México actual parece iniciarse en 1982 con la implantación brutal de la privatización y las relaciones con el Vaticano llevadas hasta sus últimas consecuencias en el gobierno priísta de Salinas y el apoyo absoluto del panismo. Incluso el "nacionalismo" priísta, aquella posición que buscaba el "centrismo", fue enterrado por Salinas para dar paso a la alianza derechista absoluta entre PRI y PAN. Si en los 30 y 40 hubo algunas deferencias ideológicas que luego se matizaron, hoy no existen tales y sus diferencias sólo son personales y de grupo por más poder. El neoliberalismo y la iglesia, junto con los medios de información y el ejército, han logrado consolidar los intereses de esos dos partidos que se han adelantado al PRD.
pedroe@cablered.net.mx
México, DF. Mural realizado por un grupo de grafiteros oaxaqueños perteneciente a la exposición "México a través de las causas", que será inaugurada el lunes en el Museo del Estanquillo. La obra fue curada por Rafael Barajas "el Fisgón". Roberto García Ortiz / La Jornada