miércoles, 31 de marzo de 2010

La paz o el caos

Francisco Rodríguez Pérez
Economista y Analista Político | 30-03-2010 | 21:38 | El Diario de Juarez-Opinión

Un Alto al Fuego, alivio del sufrimiento de la población, o el cese de hostilidades sobre civiles, en el país, el estado y nuestra querida Juárez, debe precipitar el fin de la “guerra” y salvar a México del caos de los últimos tres años de gobierno federal.
El gabinete de guerra de los Estados Unidos, escribe Ricardo Rocha, se quedó asombrado por los miles de muertes inocentes, familias enteras víctimas del fuego cruzado, por los agentes, soldados y policías en las nóminas del narco. Asombrados porque nadie les pudo decir nada de los jóvenes de Salvárcar, de los muertos del consulado o los estudiantes del Tec.
Los 3 gobiernos de Monterrey, dice Rocha, son una “síntesis del caos”. Brutalidad, irracionalidad y violencia, en lugar de seguimiento a las rutas del dinero, el desenmascaramiento de los corruptos, la aprehensión de los capos de a de veras y el financiamiento de los grandes cárteles. Anuncia “la defunción de la pseudoestrategia de Calderón en su guerra contra el narco”.
Aun con ese caos “estratégico”, ante ese Río Revuelto de la “guerra”, la paz es posible. Mientras no se inicie un Proceso de Paz, el futuro inmediato del país seguirá siendo incierto.
El desenlace o la conclusión de este tipo de “guerra” solamente puede lograrse con la combinación de diversos factores políticos, militares y, en su caso, diplomáticos.
Es fundamental el impulso de una solución, en la que se hagan todos los esfuerzos para introducir en la agenda política ese Proceso de Paz.
Es decisivo vencer la “guerra” y alcanzar la paz, para vencer la inestabilidad política e institucional, la anarquía que en medio de las dificultades económicas y materiales ha surgido por la polarización tan aguda en la reyerta de todos los días.
No podemos permitir que el gobierno de la República siga manteniendo el caos como estrategia que puede implicar hasta una invasión y una ocupación militar del país, por los Estados Unidos. El gobierno sigue usando el caos y la violencia para justificar su “guerra”. Pero, con ello, México se ha convertido en un Estado “fallido”.
La gente está harta de que se estén gastando millones en esa “guerra”, y está cansada de observar como soldados y policías se la pasan dando vueltas por todas partes en sus vehículos y apuntándole con los fusiles.
La instrumentación de un “estado de caos”, puede verse con la también premeditada descoordinación de la Operación Coordinada Chihuahua, producto de un objetivo, el perverso objetivo del caos y la violencia cotidiana, para justificar esa “guerra”.
La situación es dramática. ¿Tomarán las bandas criminales el control del caos mexicano? ¿Seguirán los tiros y las ráfagas omnipresentes?
Hay en el gobierno federal una intención deliberada de provocar ese estado de caos y violencia que hemos padecido hasta el momento. Hay también sobradas evidencias de una negligencia monstruosa y criminal -por los políticos desquiciados con esa “guerra”- hacia el sufrimiento, el temor, el terror y la muerte del pueblo mexicano. Esa “guerra” no es más que una macabra estrategia de caos, violencia, desorden y negligencia.
Por eso insisto en el Alto al Fuego. Una señal de buena voluntad. Una tregua temporal que permita una atención hacia la población civil. En el ámbito de lo político, significa una medida destinada a crear un ambiente propicio para el Proceso de Paz.
La realidad también demuestra que la discusión sobre la conveniencia de un Alto al Fuego, las dificultades en la verificación de su cumplimiento, o la facilidad con que se viola, pueden llegar a bloquear el tratamiento de las razones de fondo.
Los conceptos de “tregua”, “cese de hostilidades”, “alto al/el fuego”, “cese al fuego”, “armisticio”, etc., se usan a menudo indistintamente, y las malas interpretaciones sobre el significado de esos términos son una de las principales causas de retorno a la violencia.
De acuerdo con las investigaciones de L’Escola de Cultura de Pau, la mayoría de los casos necesita de la verificación de una tercera parte, un actor internacional. La ONU tiene desplegadas fuerzas de paz en 15 contextos: 6 en África, 3 en Europa, 3 en Oriente Medio, 2 en Asia y 1 en América. Hay otros actores que realizan la función de fuerza de interposición. El Consejo de Seguridad de la ONU ha dictado resoluciones en menos del 25% de los conflictos armados actuales.
El objetivo principal del Alto al Fuego debe ser el alivio del sufrimiento de la población civil, lo que puede conducir al nuevo concepto propuesto por Vicenç Fisas: el cese de hostilidades sobre civiles. En la mayoría de los Procesos de PAZ, sin embargo, aparecen grupos de interés opuestos al avance de los mismos, que se convierten en saboteadores. En México, ese tipo de saboteadores, conocidos internacionalmente como “spoilers”, está representado en algunos casos, por las mismas autoridades.