martes, 30 de marzo de 2010

Gustavo Moncayo: Liberación de Pablo Emilio marcará un hito en ''la historia trágica que hemos vivido en Colombia"

El profesor Gustavo Moncayo, también conocido como el Caminante por la Paz, expresó sentirse feliz y a la expectativa por la llegada de su hijo Pablo Emilio Moncayo, luego de 12 años retenido por las FARC. Moncayo también comentó que es posible que la liberación de su hijo esté marcando un hito en la historia de Colombia y le quite ''las cadenas a su padre''.



TeleSUR _ 29/03/2010 El profesor Gustavo Moncayo, padre del cabo Pablo Emilio Moncayo, quien será liberado este martes por la guerrilla colombiana, señaló que es necesario un diálogo entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para que decidan el futuro del país. Asimismo, indicó que con la liberación de su hijo, Pablo Emilio, se "está marcando un hito en la historia, la historia trágica que hemos vivido".

El Caminante de la Paz ofreció estas impresiones en una entrevista exclusiva concedida a teleSUR desde Florencia, en el sureño departamento colombiano del Caquetá, desde donde partirá la misión humanitaria que recogerá a su hijo en algún punto de la selva colombiana.

Del mismo modo, manifestó su alegría por las pocas horas que faltan para la liberación de su hijo, quien se encuentra en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde hace 12 años y tres meses, lo que lo hace el retenido más antiguo de la guerrilla.

A continuación teleSUR transcribe íntegra la entrevista:

- ¿Cómo vive estos minutos donde ya está en cuenta regresiva el rencuentro de su familia con su hijo?.

Muy feliz y muy contentos, hemos hecho el arribo esta tarde desde la ciudad de Bogotá, vuelo charter, mi esposa, mis cuatro hijas, mis dos nietos y dos yernos. A la expectativa contando los minutos, los segundos, es muy maravilloso lo que estamos experimentando, lo que estamos viviendo.

- Profesor, vemos que todavía tiene esas cadenas en las manos ¿Hasta cuándo va a permanecer con esas cadenas?.

El día de mañana es muy importante y el día de mañana tal vez tal vez esta marcando un hito en la historia, la historia trágica que hemos vivido en Colombia miles de familias y es posible que mañana Pablo Emilio sea la persona que le quite las cadenas a su padre.

Abramos como ese espacio para las liberaciones que aún faltan de los secuestrados, tanto de los policías, militares y hay necesidad de seguir aunando esfuerzos para evitar mayor derramamiento en Colombia, evitar tanto dolor y sufrimiento en tantas familias que hoy por hoy tienen traumas desgarradores de la ausencia de sus seres queridos, desaparecidos, secuestrados, desplazados, es tanta la situación, es tan difícil que me parece importante que el día de mañana estemos marcando el inicio de una nueva época, de una nueva etapa de reconciliación, de buscar alternativas de solución a la liberación de los secuestrados.

- Usted durante casi tres años ha sido ejemplo de firmeza, de voluntad, con unas marchas interminables por Latinoamérica y el mundo, pero ¿qué faltaría ahora para que se pudiera dar eso que usted ha afirmado que por la vía del diálogo se puede llegar a la libertad en Colombia?.

Yo pienso que es fundamental poner a interlocutar a las dos partes en conflicto, llámese Gobierno, llámese guerrilla, hay necesidad de sentarnos a dialogar y ante el mundo entero digan qué es lo que quieren para Colombia: si una Colombia llena de violencia, de secuestro, de estigmatizaciones, de falsos positivos; o por el contrario una Colombia diferente a ese drama del dolor del sufrimiento que nos causa, que nos ha causado y nos sigue causando.

"Está marcando un hito en la historia, la historia trágica que hemos vivido en Colombia miles de familias y es posible que mañana Pablo Emilio sea la persona que le quite las cadenas a su padre".

Es importante que aunemos todos los esfuerzos, el pueblo colombiano debe identificarse con lo que queremos hacia futuro, exigir a los nuevos candidatos que haya compromiso de esos acuerdos humanitarios. No nos podemos pasar la vida en conflicto, en continuo conflicto, en esa guerra permanente, estigmatizando personas, encarcelando personas, secuestrando personas, desplazando, tal vez masacrando a miles de personas.

Yo pienso que hay que acabar con esa ola de violencia que ha habido en Colombia y ojalá que todo este trabajo, que realizamos: la población civil, personas muy interesadas en trabajar como la senadora Piedad Córdoba, presidente que se solidarizó con nosotros, el presidente Hugo Chávez (Venezuela), el presidente Rafael Correa (Ecuador), la presidenta Cristina Fernández (Argentina), que están dispuestas a contribuir, que están dispuestas a trabajar en función de la paz en Colombia, sea bienvenido.

Ojalá que los medios de comunicación, de igual manera, se conviertan en esos gestores de acercamiento, de limar las asperezas en los países latinoamericanos.

- ¿Y qué va a pasar entonces con el Caminante por la Paz luego de que ya su hijo se reintegre a la familia?. ¿Seguirá en esta lucha?.

Yo pienso que hay necesidad de seguir caminando, caminar significa dar un paso adelante y eso es lo que estamos haciendo, dar un paso hacia una nueva forma de vida, dar un paso hacia una nueva forma de Gobierno, dar un paso hacia una nueva forma de progreso del pueblo, dar un paso hacia una mejor convivencia entre los hermanos latinos, entre los hermanos colombianos.

- Pablo Emilio Moncayo se va a encontrar ahora a cuatro nuevos miembros de la familia, ¿Cómo han concebido ustedes como familia ese rencuentro con su hijo?.

Yo pienso que el tiempo es inexorable y ha marcado en cada uno de los surcos de las arrugas de nuestros rostros, en esas lágrimas derramadas, en esa sangre que ha quedado en el asfalto, en esos sueños, en esas ilusiones que se han plasmado, tal vez en la grandeza de esa familia, la dignidad de una familia colombiana que por encima ha luchado, que hemos cambiado demasiado: mis hijas eran niñas hoy ya son señoritas, ya tienen sus hogares conformados, hay nuevos integrantes en la familia, sigue creciendo mi familia.

Yo decía en alguna ocasión: yo quiero a Colombia, amo Colombia, quiero vivir en Colombia y seguiré luchando por la paz de Colombia, para morir, tal vez con la tranquilidad de decir: aquí he visto crecer a mis nietos a mi familia, eso es tal vez un sueño muy grande, por encima de las amenazas, por encima de todo aquí estamos con nuestra frente en alto, seguimos dando un mensaje al pueblo colombiano y al mundo entero de la entrega del amor de un padre, de una familia, de muchos sueños que tal vez se podrán volver realidad más adelante.

- Profesor, la Cruz Roja Internacional insistía en que su misión fundamental y la de toda esta misión humanitaria es entregarle el hijo a la familia, pero en ese momento también se quisiera escuchar la voz de Pablo Emilio Moncayo. ¿Cree que eso será posible? ¿escucharlo?, ¿de qué dependerá?.

Yo me siento muy orgulloso de saber que tenemos un gran hijo, un gran hombre, una gran persona, tiene una filosofía, un pensamiento, tal vez ha trascendido los límites de la inconsciencia, traspasado los limites fronterizos a nivel nacional e internacionalmente y el pueblo colombiano y el mundo entero ha sido copartícipe de cada una de sus palabras, de sus expresiones en sus videos, en las cartas en los mensajes que siempre, a través de los medios de comunicación, siempre que han llegado lo hemos dado a conocer.

- Profesor ¿Cuál sería su mensaje para el resto de las familias que esperan hoy por otras personas que todavía continúan retenidas?.

Yo pienso que es fundamental, también en este momento expresar mi acompañamiento, esa voz de acompañamiento, a cada una de las familias, tanto de los militares, de los policías y de otras personas que tienen a sus seres queridos tal vez en esas condiciones: secuestro, de privación de libertad, ya sean prisioneros de guerra, cuestión de tipo económico, decirles que tal vez hay una persona que está dispuesta a dar incluso su vida por ver una sonrisa, esos rostros de alegría de ustedes para ese feliz rencuentro con sus seres queridos.

Vamos a seguir trabajando, buscar espacios, abrir espacios con el Gobierno con la Iglesia (Católica), con la Cruz Roja Internacional, con los países vecinos, sociedad civil, para que entre todos presentemos alternativas y estos policías y estos militares y las demás personas vuelvan a la libertad.