sábado, 20 de febrero de 2010

EDITORIAL

Diario Libertad
Sábado 20, febrero del año 2010
Del día del Ejército.
Si el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, se metió en líos (de los que todavía no sale) por no decir la verdad y hablar claramente para terminar con los rumores respecto a su decisión de abandonar el PAN.
Pues además pocos son los que creen que don Felipe no estaba al corriente de todo lo que terminó convirtiéndose en un escándalo que aún no dice su última palabra.
El General Secretario, Guillermo Galván, puso los puntos sobre las íes; y no solo declaró que desde Los Pinos le cambiaron el discurso que le acarreó no pocas críticas. Y que se lo entregaron con la especial nota de que don Felipe se lo encomendaba.
Sino que con motivo del día del Ejército, en el H. Colegio Militar pronunció un discurso aclaratorio (lo que era de esperarse que sucediera) en el que fijó claramente su posición como soldado de la Patria que solo ha obedecido ordenes.
Recalcando que “son impostergables” las reformas a la Ley de Seguridad Nacional, que evitaría que el Ejército sea el futuro responsable de genocidio o cosa por el estilo.
Permitiendo aclarar que los soldados, junto con el Pueblo, han sido los paganos de la presente administración panista, no los delincuentes.
El caso es que mientras don Felipe declara que el Ejército no dejará el combate a las drogas, el General Secretario dice que “A nadie le conviene que se prolongue indefinidamente la lucha contra el narcotráfico”.
Y a pesar de que les subió el salario a los soldados, solo se puede agregar que, así desde afuera, la situación se ve muy delicada. Por eso antes de juzgar a priori un Golpe de Estado, primero hay que conocer los antecedentes que lo desencadenaron.

"ELOGIO A LA MUJER BRAVA"

Para quien no lo sepa, Héctor Abad nació en Colombia en 1958 y se recibió en Literatura moderna en Italia. Regresa a Colombia en 1987 cuando un grupo paramilitar asesina a su padre (médico defensor de derechos humanos y fundador de la que ahora es la facultad de medicina), pero vuelve a Italia por amenazas recibidas. Regresa en 1993, aproximadamente, y en la actualidad reside en Bogotá.
Por Héctor Abad
Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas.
A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.
La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran “no más usted me avisa y yo le abro las piernas”, siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo y se quedan a medias).
A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.
Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.
Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.
Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas.. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza. Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.
Vamos hombres, por esas mujeres bravas!!!!!!!!!!

CELEBRACIÓN DE LA FANTASIA

EDUARDO GALEANO
Fue a la entrada del pueblo de Ollantaytambo, cerca del Cuzco. Yo me había despedido de un grupo de turistas y estaba solo, mirando de lejos las ruinas de piedra, cuando un niño del lugar, enclenque, haraposo, se acercó a pedirme que le regalara una lapicera. No podía darle la lapicera que tenía, por que la estaba usando en no sé que aburridas anotaciones, pero le ofrecí dibujarle un cerdito en la mano.
Súbitamente, se corrió la voz. De buenas a primeras me encontré rodeado de un enjambre de niños que exigían, a grito pelado, que yo les dibujara bichos en sus manitas cuarteadas de mugre y frío, pieles de cuero quemado: había quien quería un cóndor y quién una serpiente, otros preferían loritos o lechuzas y no faltaba los que pedían un fantasma o un dragón.
Y entonces, en medio de aquel alboroto, un desamparadito que no alzaba mas de un metro del suelo, me mostró un reloj dibujado con tinta negra en su muñeca:
-Me lo mandó un tío mío, que vive en Lima -dijo
-Y anda bien -le pregunté
-Atrasa un poco -reconoció.

UNA TRAICIÓN MÁS

Jesusa Cervantes
MÉXICO, D.F., 19 de febrero (apro).- Rápido olvidó el PRI la falta de palabra del PAN. Las ineficiencias, la traición, los pactos no cumplidos. Y no es que los priistas sean de corta memoria, lo que sucede es que los intereses son muchos y el pacto entre estos partidos va más allá de un no a las alianzas.
Por sus actos, uno puede deducir fácilmente que los pactos del PRI con PAN conllevan a otros ámbitos, no sólo a lo electoral y que el fin último es: el gobierno, el poder…la Presidencia de la República.
Después de la revelación, hace más de una semana, del pacto indigno y vergonzante: la aprobación de más impuestos a la población a cambio de que no prosperaran las alianzas PAN-PRD, el PRI todavía no terminaba de lamerse sus heridas cuando volvió a cubrirle la espalda al PAN. ¿A cubrirle la espalda o a caminar bajo una misma línea?
Me explico: El lunes pasado, el coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, Francisco Rojas, reconoció el pacto no cumplido; tres días después, a pesar de recibir el reclamo de sus compañeros diputados, quienes le dijeron que ya bastaba de “acuerditos” con el PAN, lo volvió a hacer.
La semana pasada, Rojas y su equipo jurídico elaboraron, junto con el Partido del Trabajo, el documento de controversia constitucional en contra de Felipe Calderón por abrir los contratos de riesgos de Pemex a la iniciativa privada, con dedicatoria especial para las transnacionales.
Pero bastó que entablara contacto nuevamente con el gobierno de Felipe Calderón y que el coordinador de la bancada priista en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, le advirtiera que si los diputados del PRI mantenían esa línea, él mismo empujaría para que la Cámara alta actuara como tercero perjudicado y defendiera las decisiones de Calderón, para que Rojas reculara y aun en contra de sus compañeros diputados, hiciera a un lado la controversia.
El PRI entonces cayó en lo que tanto le reclamó al PAN: la traición. Dejó al PT solo y hasta maniobró para apagar las voces en contra de la nueva normatividad de Pemex.
La mañana del jueves 18 de febrero, al iniciar la sesión plenaria de los 237 legisladores del PRI, éstos le exigieron a Rojas una explicación sobre el famoso pacto y, de paso, le pidieron que aprendiera a ser oposición, que se mantuviera en la controversia y que se hiciera respetar ante el gobierno panista.
Rojas pidió entonces media hora a los diputados inconformes, tiempo para que el Consejo de Administración de Pemex hiciera los cambios necesarios que evitaran la controversia, pero que también aseguraran que no se entregarían los contratos incentivados.
Georgina Kessel, la secretaria de Energía, habló directamente con Rojas y le ofreció convocar, de inmediato, a los funcionarios de Pemex para que elaboraran un documento que diera satisfacción a los, ya para entonces, enfurecidos priistas y petistas.
Estos últimos, desconfiados como son, y con toda razón, prefirieron no confiarse en Rojas y tomaron la tribuna de la Cámara de Diputados.
Pasadas seis horas, y luego de un intenso trabajo de redacción en Pemex, llegó el documento que, dicho sea de paso, mantiene todas las posibilidades abiertas para los famosos contratos, según el análisis que realizó el PT.
Con documento en mano, Rojas habló con los petistas encabezados por Gerardo Fernández Noroña; los convenció de liberar la tribuna y les aseguró que los cambios satisfacían las demandas de priistas y petistas. Los seguidores de Andrés Manuel López Obrador aceptaron entonces que, nuevamente, el PRI había pactado, pero no le vieron caso mantenerse en tribuna.
Sin embargo, no esperaban la traición de Rojas. Ésta se consumó luego de que tanto el PAN, con Roberto Gil Zuarth, y el PRI, con Rojas a la cabeza, les aseguraron que se reanudaría la sesión ordinaria, se incluiría el tema en el orden del día e incluso, que se permitiría la participación de cinco oradores en contra y cinco a favor.
Pero, apenas tomó su lugar el panista presidente de la Mesa Directiva, Francisco Ramírez Acuña, tocó la campanilla para concluir la sesión. La traición estaba consumada, los diputados petistas estaban lejos de la tribuna y no tuvieron más remedio que irse a sus oficinas.
Sin embargo el hecho sólo dejó en claro dos cosas, la primera que el pacto PRI-PAN no contempla sólo el rechazo a las alianzas electorales, sino que, además, cubre la parte energética en la que Calderón y el PRI, de Manlio Fabio Beltrones, coinciden: abrir Pemex a las transnacionales; establecer contratos multimillonarios, como los que ya existen –por alrededor de 150 mil millones de pesos con estas empresas extranjeras--; y permitir que sean éstas las que decidan la política energética del país.
Rojas hizo lo mismo que Fernando Gómez Mont: tragar sapos. Pero, además, se evidenció él y a su partido. Confirmó lo que la mayoría de los mexicanos saben: que entre el PRI y el PAN es difícil encontrar diferencias, y que hoy, para ellos, la falta de ética es tan sólo calificada como ineficiencia, misma que, desde su punto de vista, se puede corregir… claro, una vez que hayan recuperado la Presidencia de la República.
Y por cierto, de comparsa y para defender los actos del gobierno de Calderón, el PAN ha tenido a un ala del PRD. Si no, que expliquen entonces por qué en Cuba, este viernes, el senador perredista Carlos Navarrete, quien en algún momento llamó espurio a Calderón, hoy declara que su visita a la isla es para “pavimentar” el camino de Felipe Calderón a Cuba.
Parece olvidar Navarrete que el Poder Legislativo no es sirviente del Poder Ejecutivo, que para hacer ese trabajo está la Secretaría de Relaciones Exteriores y no los senadores del PRD.
mjcervantes@proceso.com.mx
el que traiciona una vez, traiciona dos veces

NAVARRETE Y MONREAL SE CONFRONTAN EN ITERPARLAMENTARIA EN CUBA

El senador perredista dijo que su misión era “pavimentar el camino” para Calderón; el líder de la fracción del PT en el Senado negó que los legisladores sean empleados de la cancillería.
Notimex Publicado: 19/02/2010 19:27
La Habana. La XI Reunión Interparlamentaria México-Cuba inició con una confrontación entre legisladores pero no de ambos países, sino del PRD y PT, tras el anuncio de la visita que hará a la isla el presidente Felipe Calderón.
El presidente de la delegación mexicana, el senador del PRD Carlos Navarrete informó en la sesión inaugural que el presidente Calderón visitará Cuba antes de agosto, para reunirse con su homólogo cubano, Raúl Castro.
Navarrete señaló en su discurso y luego en entrevista, que la reunión y la presencia de diputados y senadores de México en esta nación caribeña servirá para pavimentar el camino" a la visita que hará el presidente Calderón a Cuba.
Esto provocó la respuesta inmediata del líder de los senadores del PT, Ricardo Monreal, quien criticó la declaración al señalar que los legisladores no son empleados de la cancillería ni del gobierno mexicano.
En entrevista, Monreal, quien llegó tarde a la sesión inaugural, dijo que el PT se deslinda de la afirmación de Navarrete, pues no reconocen políticamente al Ejecutivo, además de que somos senadores, no constructores ni pavimentadores".
En tono molesto, el ex gobernador de Zacatecas señaló que el objetivo de la reunión Interparlamentaria es estrechar las relaciones bilaterales en materia comercial, económica, cultural y amistosa.
La respuesta de Navarrete no se hizo esperar y en un comunicado deslindó al PT de su declaración sobre la próxima visita de Calderón a Cuba, pero reiteró su apoyo al viaje que hará a esta nación caribeña el Ejecutivo mexicano.
Precisó que será difícil estrechar los lazos entre las dos naciones si no impulsamos" la visita del presidente Calderón, para que cumpla con su obligación de concretar la normalización de las relaciones entre ambas naciones.
El dirigente de los senadores del PRD señaló que un encuentro personal entre los presidentes Calderón y Castro sería muy importante para lograr el pleno restablecimiento de las relaciones entre los dos países.