lunes, 30 de noviembre de 2009

TRES AÑOS DE CALDERÓN...Y FALTAN OTROS TRES

Caballo de Troya
Francisco J. De La Peña De León
Publicado: Noviembre 29, 2009

La buena noticia es que Felipe Calderón cumple este martes los tres primeros años de su gobierno. La mala es que todavía le faltan otros tres.En efecto, al llegar a la mitad de su sexenio, el saldo ha sido francamente desastroso. En campaña se vendió como el Presidente del Empleo, y se propuso tres grandes metas: mejorar la economía de los mexicanos incluyendo una baja sustancial en el cobro de impuestos; abatir el desempleo; y terminar con la delincuencia.Los resultados todos los conocemos. La economía de México en su conjunto y de los mexicanos en general está hoy peor que nunca. Seis millones de nuevos pobres, de un total de cincuenta millones de mexicanos que a duras penas tienen que comer, es la mejor prueba de esto. De los impuestos mejor ni hablar. Lejos de bajarlos, lo único que ha hecho Calderón es inventar nuevos y cobrarle más a los que ya pagaban.En cuanto al desempleo, las cifras revelan que hay casi dos millones de mexicanos que han perdido su trabajo en los tres años de su gobierno, de manera que si a esa cantidad le sumamos los tres millones de empleos que debió haber creado -uno por año-, Calderón nos debe ya cerca de cinco millones de empleos, más los que se acumulen.
Si esos datos son escalofriantes, no menos preocupantes son los relativos a la lucha contra la delincuencia. En estos tres últimos años, más de dieciséis mil mexicanos han muerto en una guerra que para muchos analistas y expertos estaba perdida desde antes de comenzar. Esto suele ocurrir cuando las cosas se hacen de manera improvisada, sin haber una planeación previa y mucho menos una estrategia efectiva.
El saldo del Gobierno de Felipe Calderón es negativo por dónde se le vea. Negativo para él, quien como individuo deberá cargar sobre sus hombros con ese enorme fracaso por el resto de su vida; y negativo sobre todo para millones de mexicanos, que desde ahora y en lo sucesivo deberemos vivir con las consecuencias de haber elegido un Presidente inepto, incapaz de desempeñar con eficacia el cargo para el que fue electo.
¿No será entonces ya tiempo de estudiar nuevas opciones en nuestro sistema presidencial? Porque resulta sumamente preocupante el tener la certeza de que una persona que no tiene la capacidad para gobernarnos, una vez electo, deba permanecer en su cargo durante seis años, aunque en ese tiempo el país se siga hundiendo en el fondo del precipicio.
La revocación de mandato es una opción que actualmente no existe en nuestra Constitución, pero que podría y debería ser estudiada. La otra alternativa sería instaurar un sistema similar al de Estados Unidos, en dónde el periodo presidencial es de solo cuatro años, con la posibilidad de reelegirse una sola vez. Quien haga bien su trabajo en sus primeros cuatro años puede aspirar a repetir otros cuatro. Quien no lo haga, simplemente se regresa a su casa, evitando que haga más daño.
Pero por lo pronto, en México tendremos que aguantar tres años más a Felipe. No nos queda de otra.
REVOCACIÓN DE MANDATO, YA!!!

LIMPIEZA SOCIAL A LA MEXICANA

Plan B.
Por Lydia Cacho

30 noviembre 2009
Un sociólogo de la Universidad de Chihuahua, 13 amas de casa que estaban en “el lugar equivocado”, 27 jóvenes que no hicieron nada más que tener el cabello corto y escuchar narcocorridos en su mp3, 43 empleados de clase media asesinados, 18 jóvenes puestos contra el paredón y masacrados con AK-47 en un centro para rehabilitación de adicciones. Un reportero aquí, una reportera allá son lo que el presidente Calderón llama daños colaterales de guerra.
Desde hace casi tres años han sido asesinadas en México 15 mil personas; adicionalmente, los conteos de hombres y mujeres desaparecidos van de 3 mil a 5 mil. Durante esta guerra han perdido la vida 725 policías y soldados, lo que nos deja con 14 mil 275 civiles entre los cuales nadie puede identificar con claridad cuántos son criminales y cuántas son personas que incomodaron a las fuerzas del orden.
En América Latina tenemos una historia de la eliminación de grupos sociales considerados indeseables, sin valor social o peligrosos por ser o parecer criminales: jóvenes con adicciones, mujeres de delincuentes, familiares de sospechosos. La limpieza social sólo puede darse en un ambiente autoritario que se niega al diálogo y en el cual no opera un sistema de justicia transparente. La autoridad nos ha dicho que los miles de muertes son producto de malos matando malos y buenos matando malos. Una simplificación muy peligrosa.
Según la organización Irak Body Count (IBC) en Irak, con minas unipersonales, bombas, misiles, metralletas, tanques y millares de soldados, han muerto 12 mil 96 personas al año en ese país invadido. Gustavo de Greiff Restrepo, el ex fiscal antidrogas de Colombia, responsable de la guerra antinarco, declaró que durante toda la guerra hubo 2 mil muertos civiles; 200 narcotraficantes muertos; tres líderes de cárteles; más de 200 narcos en la cárcel y más de 2 mil personas encarceladas relacionadas con el narco. Ahora dice que fue inútil.
Estamos ante una masacre mexicana que se oculta bajo un discurso guerrero que una parte de la sociedad y el Estado han asumido como propio, tal como sucedió en Guatemala y en Colombia. Años después, los paramilitares que admitieron haber asesinado jóvenes adictos y a defensores sociales como parte de la guerra contra el narco quedaron intocados por la justicia.
La opinión pública, amedrentada y harta de la violencia e inseguridad, se vuelve hostil e irresponsable y avala el asesinato como método de justicia expedita. Diga lo que diga Calderón, la inoperancia del sistema de justicia penal ha prohijado una limpieza social operada por militares, policías, políticos y empresarios.
Deshumanizar al delincuente como “enemigo” predispone a la sociedad para aceptar la aniquilación y el asesinato sin cuestionar, sin exigir transparencia y rendición de cuentas. Esta es claramente una guerra por el poder, entre poderes, no una batalla por la justicia y la paz social.
Calderón declaró el sábado que “el mayor reto es imponer la ley en el país”. Eso resulta éticamente insostenible mientras tengamos 15 mil asesinatos sin investigar bajo la coartada oficial de que eran “malos”. Hoy sabemos que muchas personas inocentes han muerto, por eso resulta inaceptable asumir que imponer la ley es discriminar a las y los mexicanos entre “buenos” y “malos”. ¿Quién y cómo lo deciden?

SE DESPIDE GÓNGORA; ALERTA SOBRE RIESGO SOCIAL

LA REDACCIóN
MÉXICO, D.F., 30 de noviembre (apro).- El ministro Genaro Góngora Pimentel, se despidió hoy como miembro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), con un llamado de alerta por el elevado "riesgo social" que permea en el país.
En su última sesión como integrante de la SCJN, Góngora Pimentel consideró urgente definir lo que México hará en el corto, mediano y largo plazos.
Para Góngora Pimentel resulta preocupante la distancia que separa al gobierno de la sociedad, así como la pobreza y los altos índices de inseguridad.
"De mantenerse esta tendencia, no es necesario tener una bola de cristal para avizorar sobre el alto riesgo social que corre nuestro país", advirtió.
Por tal motivo, dijo el ministro, es urgente supeditar los intereses privados a los públicos, ya que el pueblo no puede seguir siendo presa de intereses políticos y de grupo.
En medio de elogios a su trayectoria, recalcó que la paz duradera no se logra con confrontaciones ni cobro de facturas políticas, menos con falsos triunfalismos, sino con voluntad sincera y de buena fe para construir consensos con diversos sectores de la sociedad civil.
Así mismo, el ministro llamó a hacer un lado el "modelo decimonónico" de impartición de justicia y pidió replantear el papel de los jueces.
De 72 años de edad, de los cuales 40 laboró en el Poder Judicial, los últimos 15 como ministro de la SCJN, Góngora consideró urgente que el gobierno convoque a las instituciones académicas del país a participar en la reconstrucción de la vida nacional.
Góngora dejó en claro que no podía despedirse sin antes expresar su "creciente preocupación por la situación tan difícil que atraviesa nuestro país".
En este escenario, dijo, "México requiere con urgencia de un Plan Nacional, del cual carecemos, que responda verdaderamente a los intereses de las mayorías y rescatar el principio político de que la soberanía reside y seguirá residiendo en el pueblo."
El próximo martes, el Senado de la República elegirá al sucesor de Góngora y del ministro Mariano Azuela, quien también este lunes terminó su gestión en la SCJN.

EL TRABAJO SUCIO DE BEATRIZ PAREDES

SABINA BERMAN
El 100% de los legisladores panistas y 95% de los legisladores priistas de 17 estados han votado este último año por criminalizar la suspensión de los embarazos de las mujeres.
Qué daríamos por saber que los legisladores pasaron largas y torturadas noches devanando el conflicto ético entre la libertad individual y el respeto a la vida; indagando lo que la ciencia sabe sobre el momento en que un feto cobra conciencia de sí y se vuelve propiamente humano; revisando los porcentajes de horror del aborto clandestino en sociedades represivas.
No nos engañemos. Todavía nuestra clase política no es esa a la que le importa la ética o la ciencia o el bienestar de sus ciudadanos.
Los legisladores panistas recibieron la orden de votar por criminalizar el aborto desde su dirigencia nacional, que a su vez obedeció la interpretación del dogma católico de un Papa ya fenecido. Y del lado de los legisladores priistas, de lo que se ha tratado es de una grosera compraventa: votos por portafolios llenos de billetes; la libertad de las mujeres sobre sus cuerpos a cambio de tajadas multimillonarias del presupuesto federal; obispos amistados a cambio de mujeres encarceladas.
Y como botón de muestra, el caso reciente de Veracruz, donde los hechos son los que siguen.
El 15 de noviembre pasado, Beatriz Paredes, presidenta del PRI, quien había asistido a Veracruz para presenciar el quinto informe del gobernador Fidel Herrera, lo comprometió en un pasillo y ante varios testigos con estas palabras: “Si quieres que salga tu presupuesto de apoyo a los programas del suroeste y los apoyos a los ingenios, instruye para que salgan las iniciativas (prohibiendo el aborto) en el Congreso veracruzano”.
El gobernador reiteró la instrucción ya antes girada a sus diputados priistas en el Congreso estatal. Apenas se le resistieron hasta el final dos diputadas. Puede ser que la “instrucción” contradecía demasiado su propia identidad como mujeres modernas y autónomas. Todavía un día antes de la votación, la diputada indígena Bernardina Tequiliquihua, del distrito de la zona de Zongolica, declaró a los medios que estaba en contra de la iniciativa.
Entonces, el gobernador personalmente le pidió a Bernardina que hablara con el arzobispo de Xalapa. El arzobispo y la diputada fueron vistos caminando y platicando lado a lado en el Congreso. El 17 de noviembre, Bernardina Tequiliquihua votó por la penalización del aborto. No así Dalia Pérez Castañeda, única priista que se indisciplinó. Y el arzobispo declaró a la prensa que él no había intervenido en nada.
Bueno, es sabido: La dirigencia del PRI hizo aprobar en el Congreso Federal el presupuesto solicitado por el gobernador Herrera. El sábado 20 de noviembre, apenas tres días después de la votación, el gobernador se reunió con el sindicato de los 32 ingenios de Veracruz, en un festivo evento donde, magnánimo, repartió medicamentos, despensas, anteojos, aparatos para el oído y bicicletas. La prensa local publicó que se confirmaban proyectos aplazados del gobernador para el suroeste, y en la prensa nacional Roberto Madrazo declaró a Herrera como uno de los tres presidenciables para el año 2012.
Eso, mientras las mujeres veracruzanas han quedado sometidas a una ley que las declara enfermas mentales si interrumpen un embarazo bajo cualquier razón (violación, malformación del feto, peligro de la vida de la madre, impedimentos económicos, etcétera) y que las condena a cuatro años de cárcel si reinciden.
La libertad de las mujeres transformada en bicicletas: ésta fue la magia priista en Veracruz.
Pero Fidel Herrera se imaginó que todavía cabía más magia y procedió a la Operación Chen Kai, también llamada Operación Cicatriz o Simulación. Simular: ocultar las verdaderas causas de un suceso. El mismo 20 de noviembre publicó en el periódico Reforma un texto cuyo asombroso contenido se resume en su increíble título: Yo estoy por la DESpenalización del aborto.
Ahora bien, para comprender del todo esta compraventa, quedan algunas preguntas por responder.
¿Quiénes y qué le pagaron a la presidenta del PRI, Beatriz Paredes? Lo único que puede apuntarse es que nunca habrá sido suficiente para pagar su suicidio político. Después de dos décadas de contar con la simpatía de las mujeres del país, hasta ayer su única base ciudadana real, la ha sacrificado. Será en contra de las mujeres que Beatriz Paredes siga caminando por los pasillos del Poder.
Otra pregunta: ¿Quiénes y con qué están pagando esta cruzada contra las mujeres? Por ejemplo, ¿de dónde salen los portafolios llenos de billetes que dos vascos –no es una broma: dos señores vascos– han entregado a varios legisladores en distintos estados donde se aprobó, o aún se discute, una reforma para penalizar el aborto?
Son dos señores vascos a los que se ha visto merodeando alguna iglesia o el Congreso local.
Y por fin: ¿Cuál será el próximo gobernador o gobernadora que caerá en la tentación? De que lo veremos, por desgracia, lo veremos.

EL MUNDO DE MAFALDA

Mañana la continuación

EL FACTOR DIOS

Nov.30, 2009 .
No es un dios, sino el `factor Dios´ el que se exhibe en los billetes de dólar y se muestra en los carteles que piden para América (la de Estados Unidos, no la otra…) la bendición divina.
Por Pedro Echeverria V. / Desde Abajo
Ya se ha dicho que las religiones, todas ellas, sin excepción, nunca han servido para aproximar y congraciar a los hombres; que, por el contrario, han sido y siguen siendo causa de sufrimientos inenarrables, de matanzas, de monstruosas violencias físicas y espirituales que constituyen uno de los más tenebrosos capítulos de la miserable historia humana. Al menos en señal de respeto por la vida, deberíamos tener el valor de proclamar en todas las circunstancias esta verdad evidente y demostrable, pero la mayoría de los creyentes de cualquier religión no sólo fingen ignorarlo, sino que se yerguen iracundos e intolerantes contra aquellos para quienes Dios no es más que un nombre, nada más que un nombre, el nombre que, por miedo a morir, le pusimos un día y que vendría a dificultar nuestro paso a una humanización real.
A cambio nos prometía paraísos y nos amenazaba con infiernos, tan falsos los unos como los otros, insultos descarados a una inteligencia y a un sentido común que tanto trabajo nos costó conseguir. Dice Nietzsche que todo estaría permitido si Dios no existiese, y yo respondo que precisamente por causa y en nombre de Dios es por lo que se ha permitido y justificado todo, principalmente lo peor, principalmente lo más horrendo y cruel. Durante siglos, la Inquisición fue, también, como hoy los talibán, una organización terrorista dedicada a interpretar perversamente textos sagrados que deberían merecer el respeto de quien en ellos decía creer, un monstruoso connubio pactado entre la Religión y el Estado contra la libertad de conciencia y contra el más humano de los derechos: el derecho a decir no, el derecho a la herejía, el derecho a escoger otra cosa, que sólo eso es lo que la palabra herejía significa.
Y, con todo, Dios es inocente. Inocente como algo que no existe, que no ha existido ni existirá nunca, inocente de haber creado un universo entero para colocar en él seres capaces de cometer los mayores crímenes para luego justificarlos diciendo que son celebraciones de su poder y de su gloria, mientras los muertos se van acumulando, estos de las torres gemelas de Nueva York, y todos los demás que, en nombre de un Dios convertido en asesino por la voluntad y por la acción de los hombres, han cubierto e insisten en cubrir de terror y sangre las páginas de la Historia. Los dioses, pienso yo, sólo existen en el cerebro humano, prosperan o se deterioran dentro del mismo universo que los ha inventado, pero el `factor Dios´, ese, está presente en la vida como si efectivamente fuese dueño y señor de ella.
No es un dios, sino el `factor Dios´ el que se exhibe en los billetes de dólar y se muestra en los carteles que piden para América (la de Estados Unidos, no la otra…) la bendición divina. Y fue en el `factor Dios´ en lo que se transformó el dios islámico que lanzó contra las torres del World Trade Center los aviones de la revuelta contra los desprecios y de la venganza contra las humillaciones. Se dirá que un dios se dedicó a sembrar vientos y que otro dios responde ahora con tempestades. Es posible, y quizá sea cierto. Pero no han sido ellos, pobres dioses sin culpa, ha sido el `factor Dios´, ese que es terriblemente igual en todos los seres humanos donde quiera que estén y sea cual sea la religión que profesen, ese que ha intoxicado el pensamiento y abierto las puertas a las intolerancias más sórdidas, ese que no respeta sino aquello en lo que manda creer, el que después de presumir de haber hecho de la bestia un hombre acabó por hacer del hombre una bestia.
Hoy precisamente recibí este correo, muestra clara de que quien lo ideó y los que lo reenvian son unas bestias:
La mejor petición
DIOSITO,
Este año te llevaste a mi cantante favorito:Michael Jackson,
a mi actor preferido:
Patrick Swayze,
a mi actriz favorita:
Farrah Fawcett,
y a mi escritor preferido:
Mario Benedetti.
Quiero decirte que mi político preferido es:
Andres Manuel Lopez Obrador,
y el año aun no termina
!Lúcete!
Le conteste: ruegale a tu dios que no lo haga, pues te lleva la chingada.
A toda acción viene una reacción igual y en sentido contrario, por eso mi contestación, pero de ahí a desearle la muerte a alguien..... "ni al peor enemigo" decía mi madre.

NO HAY PERO CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER

del blog Lámpara de Diógenes
Adelantando de manera furtiva la reunión con la que celebra Felipe Calderón tres años de haber usurpado la presidencia de la República, el zócalo de la Ciudad de México se vistió de nuevo de vallas metálicas, granaderos de la Policía Federal (GPF) y los ubicuos miembros del Estado Mayor Presidencial (EMP) para dar la bienvenida a los invitados al desayuno organizado para escuchar al que sería el único orador.



Además de la predecible presencia en el desayuno de secretarios de Estado, legisladores, empresarios y líderes religiosos afines al espuriato, quienes fueron atendidos por la puerta norte del Palacio Nacional, otros invitados a la "celebración" fueron recibidos con gases lacrimógenos lanzados por miembros de la Policía Federal.

Hombres y mujeres del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que protestaban porque el autonombrado "presidente del empleo" les despojó -literalmente de la noche a la mañana- de su trabajo, de educación para sus hijos, de seguridad social y de salud a más de cuarenta mil familias, fueron recibidos con cargas de gas lacrimógeno. Varios testigos de la agresión narraron que después de que el efecto del gas se disipó, intentaron regresar a su posición en la esquina de las calles de Venustiano Carranza y la avenida 20 de Noviembre por lo que fueron atacados por los GPF a golpes de tolete.

Los manifestantes del SME, organizada y pacíficamente continuaron con su protesta, ante la interrogante mirada de algunos GPF a quienes les advertían que no está muy lejos el día en que ellos, los represores, estén también protestando.

Minutos más tarde llegaron algunas decenas de elementos del Cuerpo de Granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del D.F. (SSP-DF) se interpusieron entre las fuerzas federales y los manifestantes para evitar más agresiones. Otra hilera de granaderos de la SSP-DF se colocó en la retaguardia de la manifestación, a la altura de la calle República de Uruguay.

Durante toda la protesta era de llamar la atención la ausencia de medios comerciales de comunicación. Sólo la presencia de los medios alternativos e independientes -como ha sido constante desde hace más de mil días- fueron testigos de lo ocurrido.

La protesta continuó hasta que finalizó "el festejo" a cargo del usurpador. Tres años no han borrado de la memoria el fraude: ni perdón ni olvido. Sin embargo, en palabras de un granadero de la SSP-DF que se acercó a platicar: todo esto "vale gorro", -me comentó- ya que a la gente la emboban con eso de "ganó el Cruz Azul" y con eso la callan. Un compañero del uniformado se acercó para completar: primero la tele, luego lo de la influenza, al rato de nuevo el "chupacabras". "No hay peor ciego que el que no quiere ver" -agregó el jefe de ellos.

Una hora más tarde que el contingente del SME se retirara por la avenida Juárez unos camiones militares cruzaron por el Eje Central, recordando que si no hubiese sido por la mafia que también ha infiltrado a los altos mandos del Ejército y al cuerpo de Diplomados del Estado Mayor quien usurpa hoy la presidencia no hubiera podido entrar a escondidas por la puerta de "trasbanderas" ese primer día de diciembre de hace tres años.

JUANITO

2009-11-30
Ricardo Andrade Jardí
No cabe la menor duda de que todo en México se ajusta a la decadencia bananera, con el neoliberalismo, desde Salinas hasta Fecal, pasando por Zedillo y el sujeto bigotudo obsesionado por convencer al Vaticano para que le anulara su primer matrimonio y el primer matrimonio de su segunda esposa, la que se dedicaba a convertir a sus hijos en los más ricos del planeta.Ahora es el turno de Juanito: un “polítiquillo” de pacotilla al servicio de las causas más inmorales y perversas. Uno de esos mexicanos modelo que suben a un ladrillo y enloquecen soñando que tienen un poder que jamás alcanzan.
Peor para Iztapalapa —si permiten que ese monigote creado por AMLO para luego venderse, para ser comprado por el PRIAN— desgobierne esa enorme y problemática delegación del D. F. Juanito es uno de esos personajes que no entienden nada más complejo que Chespirito. Es decir, es un individuo que no entiende nada. Pero de los que creen que la bravuconería es un acto heroico. Aunque el problema menor sea Juanito. Él es un claro ejemplo de lo que es la educación que Televisa produce en México. Incapaz de articular un discurso medianamente claro, juega el papel que el reality show de nuestra bananera política le impone jugar. Juanito responde hoy a las aspiraciones de éxito que le vendieron el PRI, el PAN y Televisa, para traicionar, cosa ya tan común en una sociedad con un educado imaginario telebasura, al movimiento que AMLO encabeza. AMLO demostró, en Iztapalapa, la fuerza que aún tiene, por más que intenten banalizar los hechos sus detractores usando a los juanitos que se presten a hacerlo.
En Iztapalapa no ganó Juanito, lo saben el PRI, el PAN y Televisa, como también lo sabe y reconoce la parte más consciente e informada de la sociedad mexicana. La que no ve, cierra la tele y prende los libros (sic).
En Iztapalapa el voto fue por Clara Brugada. El voto fue contra una decisión autoritaria de los magistrados que, una vez más, quisieron golpear —o les ordenaron golpear y se prestaron —a AMLO.
A AMLO, sí, el enemigo, del que el discurso oficialmente telecrático no dice más que lo acabado que está, al tiempo que la estructura del poder se utiliza: toda, para difamarlo, minimizarlo, ignorarlo y aún así ningún político, ni siquiera el metrosexual de Televisa que desgobierna el Estado de México, es capaz de convocar a la ciudadanía como lo hace AMLO. Dirán: “que, sí, que acarreados”, “que si esto y que si lo otro”. Y, ahí, está la diferencia. Gobernadores priístas “llenan plazas públicas”. Pero la gente no se moviliza ni con ellos ni por ellos. Los movilizan para ellos. Para su “lucimiento” político.
Pero quien es capaz de quitarse las vendas de los ojos y observar objetivamente con, o sin, simpatía al Movimiento de Resistencia Civil, se da cuenta de lo que ahí sucede, por más antipático que nos resulte el siempre centrista López Obrador. Por quien sí y para quien sí se movilizan cientos de miles cada vez que los convoca. A la telecracia, poder de facto, y a sus cachorros enfrascados en los antipopulares partidos políticos, poco les importa la voluntad popular. Acostumbrados a poner precio a sus votos legislativos y a sus apoyos directos o indirectos en la toma de decisiones: no les importa tampoco lo que en Iztapalapa pueda suceder. La democracia no juega para ellos. El PRI, el PAN, “los chuchos” y Televisa han impuesto, como lo han hecho siempre, una vez más, a un pelele que terminará por convertir a Iztapalapa en el cuartel general de la corrupción del D.F., mientras celebran “el golpe a AMLO”. Pero Iztapalapa será, desde ahora, una radiografía del México que la usurpación telecrática nos está vendiendo. Los verdaderos perdedores de todo esto son los habitantes de Iztapalapa. Pero los que los convierten en perdedores: los verdaderos enemigos del pueblo mexicano son la cofradía integrada por el PRI, PAN, Chuchos, Televisa y TvAz, que ensalzaron las aspiraciones corruptas de un pendejo en un momento complejo cuando la delincuencia asalta el poder de un México en plena decadencia.

Cómo vándalo - Rocha

El próximo asalto - Helguera

LA DESINFORMACIÓN DE LOCUTORES DE RADIO Y TELEVISIÓN





2009-11-30
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
Un ejemplo, para entrar, dice el latinajo: in media res, es decir: en medio del asunto. Las estaciones de radio, del monopolio de Radio Centro (cuyos dueños hundieron a la empresa de Gutiérrez Vivó, al negarse a cumplir con el laudo de un Tribunal Internacional, que los obligaba a pagar 16 millones de dólares) en lo general y lo particular (con todo y el “nuevo” Jacobo Zabludovsky, que alega está liberado del bozal que durante más de 20 años tuvo por venderse a Televisa, hasta que el junior Azcárraga lo despidió) se dedican en sus informativos y noticieros especializados (con, por ejemplo: Sergio Sarmiento) a desinformar a los radioescuchas.
Así el domingo 15 de noviembre, una de sus locutoras dijo que Calderón “regresaba de Singapur con propuestas de empresarios extranjeros (los nativos siguen insistiendo en que los nuevos impuestos obligarán al cierre de empresas y despido de trabajadores, para ahondar más la crisis) y que trae nuevas ideas”.
Obviamente la información es falsa, pero los concesionarios de radiodifusoras, como la familia Aguirre de Radio Centro, se prestan, no sé si por iniciativa propia o como recompensa a la publicidad oficial y los pedidos del jefe de comunicación de Los Pinos: Max Cortázar (quien la ha emprendido contra las revistas, por órdenes del mismo Calderón, para no darles publicidad) de “pintar de rosa” todo lo que se refiere al calderonismo.
Porque es una mentira que de ese viaje como de otros, el inquilino de la residencia presidencial (donde él y su familia viven como reyes) haya traído siquiera una promesa de inversión internacional. Y mucho menos ha vuelto con “nuevas ideas” para llevarlas a cabo a través de las políticas públicas.
Lo mismo casi pasa en las televisoras, a pesar y muy a pesar de que tanto Salinas Pliego (TV-Azteca), como Azcárraga (Televisa), tengan enfrentamientos personales y desacuerdos públicos, también en los noticieros audiovisuales sus locutores (algunos de ellos hasta con títulos de periodistas o de larga trayectoria) desinforman a su auditorio.
Algunos se ponen pesados con el resto de los funcionarios, pero no tocan ni con “el pétalo de una rosa” al señor Calderón. Por lo contrario, le cuelgan “milagritos” y lo siguen presentando como quien lleva muy bien el timón del gobierno federal.
En suma, locutores y periodistas de radio y televisión manipulan la información y la presentan con alteraciones en una realidad que no es la auténtica. Mario Ramón Beteta (que tiene su noticiero en la radio, escribe su nota y luego su programa en la televisión) no duda en presentar la desinformación como información, echándole “flores” a Calderón, y con su mueca de sonrisa atacar a la oposición si, sobre todo ésta, es la lopezobradorista.
Desinforman a quienes llegan a creer a estos locutores de televisión y radio. Aunque ya esos dos auditorios, en su mayor parte, han caído en la cuenta de que manipulan, pues, lo que informan y comentan, con lo cual han perdido credibilidad.cepedaneri@prodigy.net.mx

Los Zetas y la limpieza social

Carlos Fazio

Desde su llegada a Los Pinos, gracias a un megafraude de Estado continuado, que abarcó desde los videoescándalos (2004) hasta la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que concluyó que la elección presidencial no fue limpia, pero valía (2006), Felipe Calderón dejó clara su voluntad de gobernar bajo un estado de guerra. Sacó al Ejército a las calles y alentó el paramilitarismo. Desde entonces, México se convirtió en una gran carnicería.

Pero, más allá de su afán de legitimarse con el apoyo de los militares, las razones de Calderón para sumergir al país en un baño de sangre responden a la propia lógica del actual sistema económico de dominación. Hay una interconexión dinámica entre neoliberalismo, corrupción-violencia, privatización de la (in)seguridad, economía “regular”, economía informal, sector criminal. En ese contexto, la “guerra” de Calderón contra los malos es típica de estados en descomposición, donde cohabitan tres esferas antagónicas, pero a la vez simbióticas o interdependientes: la economía normal y legalmente operante; la economía informal o de sobrevivencia, que mantiene en un estado de inseguridad a las mayorías empobrecidas, y una economía abiertamente criminal, parasitaria y desterritorializada, sustentada en sistemas trasnacionales de redes (tráfico de drogas, armas y personas), que facilitan una amplia gama de transacciones desreguladas. En las dos últimas esferas, la violencia opera como mecanismo de regulación social y económica, y es ejercida por formaciones extralegales y agrupaciones criminales de tipo mafioso (sicariato, escuadrones de la muerte, paramilitarismo, grupos de tarea), en el contexto de una acelerada privatización de la seguridad estatal.

Calderón asumió la jefatura de un Estado de tipo delincuencial y mafioso, producto histórico de un capitalismo familiarista, amoral y colusivo, con eje en la dupla corrupción/impunidad y una violencia reguladora que es aplicada por los cárteles de la economía criminal en defensa de sus intereses, diluidos bajo la pantalla de empresas ilegales y legales, megaproyectos, bancos, casas de bolsa, paraísos fiscales, sociedades y emprendimientos de todo tipo que cuentan con protección y garantías en los distintos niveles del aparato institucional, federal, estatal y municipal.

La refeudalización política del Estado y la actual fase de violencia en México tienen que ver con un fenómeno de regulación económica muy complejo y entrelazado, que incluye la competencia por los mercados y las rutas de la ilegalidad, vertebrado por el blanqueo o lavado en la economía regular de los beneficios generados por todos los rubros de la economía criminal –drogas, tráfico de indocumentados, de mujeres, niños y de órganos, armas, petróleo, precursores de fármacos sintéticos, contrabando, industria de la (in)seguridad–, lo que supone una maquinaria integral o una vasta red que, para ejemplificarlo en el caso del tráfico de drogas, va desde el campesino y el narcomenudista en las calles hasta grandes empresarios e instituciones financieras.
Lo nuevo, ahora, es la mayor visibilidad mediática de las acciones de limpieza social ejecutadas por tropas estatales y paramilitares, como los “comandos rudos”, promovidos por el alcalde Mauricio Fernández en San Pedro Garza García, el municipio más rico del país. Pero el paramilitarismo no es nuevo en México. Surgió en los años 60 del siglo pasado de la mano del PRI, con Alfonso Corona del Rosal y Alfonso Martínez Domínguez, apoyados por militares del Estado Mayor Presidencial, y se incrementó durante la guerra sucia de la década de los 70 contra residuos de la guerrilla. A su vez, según confirmó un reporte de inteligencia del Pentágono (fechado en 1999 y desclasificado este año), el Ejército entrenó y dio protección a “grupos de autodefensa” civiles en Chiapas, como parte del Plan de Campaña 94 de la Secretaría de la Defensa Nacional contra el EZLN.

Por lo general, la irrupción de grupos que practican la justicia privada, a la manera de los escuadrones de la muerte que proliferaron en Guatemala, Uruguay, Argentina y Brasil en los años 60 con apoyo oficial, se da en momentos de crisis profundas, en países en descomposición, sumidos en el caos y la desestabilización, bajo presidencias débiles que generan vacíos de poder, y en el contexto de una violenta lucha de clases impuesta por los que mandan. Colombia es el ejemplo más acabado: Álvaro Uribe es el primer presidente del narcoparamilitarismo. Y según el investigador Eduardo Correa, la réplica mexicana de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que lograron penetrar al Estado y los partidos políticos colombianos, son Los Zetas.

Un informe desclasificado de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos indica que durante el gobierno de Vicente Fox, el brazo armado del cártel del Golfo recibió apoyo del procurador general de la República, Rafael Macedo de la Concha. Según una monografía sobre Los Zetas, elaborada por de la Secretaría de Seguridad Pública, el grupo criminal está conformado en su mayoría por “ex militares”. Entre ellos, un grupo con alta capacidad de entrenamiento en operaciones de logística, armamento sofisticado y tecnología, con cursos especializados (despliegue rápido por aire, mar y tierra, francotiradores, rescate de rehenes, etcétera) en Estados Unidos, Israel y Egipto: los Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales (Gafes), que habrían desertado del Ejército. ¿Son Los Zetas un grupo “fuera del control” estatal que realiza acciones de limpieza social de competidores desechables? ¿A su sombra se camuflan otros? ¿Son la avanzada de un nuevo paramilitarismo como estrategia militar de contención de la protesta social y el levantamiento popular?

Y AHORA CON USTEDES, EL TERCER AÑO PERDIDO

México SA
FCH: los peores resultados en 80 años
¿Habrá cuarta celebración?
Carlos Fernández-Vega
¡Yahora con ustedes, distinguidas damas, gentiles caballeros, chiquillos y chiquillas, caramelos y bolitas: desde el más allá, el único, el innovador, el creativo, el carismático, el sorprendente cuentacuentos de Los Pinos, con su más reciente oferta para los tres años que le restan en la residencia oficial, si es que el país lo aguanta: más promesas –con aderezo de éxitos, logros y proezas en el año del catarrito y de la crisis que vino de afuera–, que se sumarán al abultadísimo inventario de compromisos incumplidos en su primer trienio de estancia en la ex hacienda de La Hormiga!
¡Que no le digan, que no le cuenten! ¡Pasen, pasen a verlo en su tercera fiesta en tres años –con cero resultados en un país que se desmorona– para conmemorar el haiga sido como haiga sido, celebrar lo inexistente, exaltar míticos avances y fortalezas, festejar el “vamos a…” y pronunciar su discurso número 5 mil millones, en medio de fingidos aplausos de los cínicos invitados especiales en Palacio Nacional durante la entrega de los Premios Mediocridad!
Cero y van tres: cero resultados, tres fiestas para celebrar su llegada a Los Pinos, aunque haya sido a empujones y por la puerta de atrás. El de ayer fue un discurso prácticamente igual a los que, con el mismo motivo, pronunció en 2008 y en 2007, aunque cada vez de forma más humilde y autocrítica: en síntesis, gracias a él –según su modesto dicho– el país no se nos fue de las manos, aunque cotidianamente los mexicanos se la pasen recolectando, aquí y allá, pedacitos de país regados por todas partes.
Ayer, como siempre, la práctica más acabada de Onán estuvo presente en el discurso calderonista (se respeta la palabra original): de hecho ya está ocurriendo (la recuperación) y eso es bueno. El tercer trimestre del año nuestra economía, finalmente, volvió a crecer y lo hizo, además, a una tasa muy importante, 2.9 por ciento de crecimiento trimestral. ¿Eso qué significa? Que a ese ritmo, si ese ritmo suponiendo, se siguiera todo el año, es una tasa de crecimiento anual de más de 12 por ciento; una tasa, además, que a diferencia de otras economías en el mundo, así como nosotros sufrimos más que muchas otras, ahora, en los últimos cinco meses, a diferencia de muchas economías, insisto, se está dando un proceso de creación neta de empleos, que suma ya 250 mil nuevos empleos netos en el sector formal, más de un cuarto de millón, sin considerar noviembre, que en la primera quincena ya registraba 45 mil más empleos creados (contra un aumento en el desempleo de un millón 400 mil mexicanos).
Qué bonito onanismo, pero en los hechos los resultados económicos del primer trienio calderonista ocupan el segundo lugar, entre los peores, para un periodo igual, de todo el siglo XX y lo que va del XXI, sólo superados por los de la dupla Pascual Ortiz Rubio-Abelardo Rodríguez (1930-1932, en medio de la gran depresión mundial). Así de sencillo, así de terrorífico. De entrada, el actual inquilino de Los Pinos ya le ganó, para mal, al desastre de Miguel de la Madrid, quien a la mitad de su sexenio reportó una tasa de crecimiento anual promedio de 0.7 por ciento; en igual lapso, pero de Carlos Salinas de Gortari dicho indicador fue de 4.5 por ciento; en el primer trienio de Ernesto Zedillo cayó a 1.9 por ciento, y en el correspondiente a Vicente Fox a 0.63 por ciento. Pero llegó Felipe Calderón e hizo la hombrada: desplome anual promedio cercano a 1.2 por ciento, algo no visto desde en casi 80 años.
De acuerdo con los indicadores históricos del Inegi, en los tres primeros años (siglo XX) del ideólogo panista Porfirio Díaz la tasa de crecimiento anual promedio fue de 4.1 por ciento (con todo y que la economía se desplomó 7.23 por ciento en 1902); en el primer trienio de la siguiente década, con el país convulsionado, ese indicador fue negativo en 1.14 por ciento, por debajo de Calderón, y en igual periodo de los años 30 el desplome fue de 5.96 por ciento. De 1933 a 1981 el crecimiento fue constante (alrededor de 6 por ciento anual), hasta 1982 cuando el PIB se redujo 0.52 por ciento, sacudidas petrolera y devaluatoria incluidas. A partir de 1983, con la tecnocracia instalada en Los Pinos, la Presidencia de la República remodelada como gerencia general, y el neoliberalismo rompiéndole la crisma a los mexicanos, la economía nacional ha ido de mal en peor, pero la cereza la ha puesto el señor de los discursos y las fiestas.
En la primera de ellas (2007), Calderón presumió que un año después de entrar por la puerta de atrás el panorama (es) verdaderamente distinto, por mucho que incumplió cinco de sus principales promesas de campaña para resolver de inmediato igual número de lacerantes problemas nacionales (seguridad, crecimiento económico, empleo, mayores beneficios sociales y combate a los monopolios), amén que a lo largo de esos 365 días tales problemas se exacerbaron. En aquel entonces comentamos que un solo dato desmoronaba el triunfalista discurso del inquilino de Los Pinos: de acuerdo con el Banco Mundial, en una escala donde 100 por ciento es la mejor calificación, México registraba un nivel de 32.7 en estabilidad política y ausencia de violencia. A lo anterior se sumaba un promedio diario de ocho asesinatos por narcoviolencia, medio punto porcentual de incremento en la tasa de desempleo, un crecimiento económico 40 por ciento menor al de 2006, mayor concentración del ingreso y la riqueza y fortalecimiento de monopolios y oligopolios, es decir cinco promesas, cinco incumplidas. Primer año perdido.
Segunda celebración (2008), y repitió el discurso: la satisfacción del deber cumplido nos alienta para acometer, aún con mayores bríos, las tareas por venir. Pero en los tiempos electorales el michoacano aseguraba que “hemos sido cuidadosos para no caer en la salida fácil de proponer acciones que no se puedan cumplir y comprometer el futuro y el patrimonio de los mexicanos. El 2 de julio celebraremos el triunfo de la opción del empleo, la estabilidad económica, la transparencia y la unidad de los mexicanos… Construiremos un México próspero, democrático, seguro, estable, limpio y con la capacidad de generar empleos bien pagados… para que vivamos mejor”. Dos años después, exactamente lo contrario: los mexicanos sobreviven en peores condiciones, y contando, bombardeados con discursos esperanzadores. Segundo año perdido.
Tercera (tercer año perdido), durante la cual refrendó su inagotable fuente de inspiración: ante ausencia de resultados, vigorosa presencia de promesas. ¿Habrá cuarta celebración?
Las rebanadas del pastel
Entonces, según su discurso, pobres, desempleados, empresarios que reventaron, expulsados de su tierra, etcétera, etcétera, deben estar agradecidos con el inquilino de Los Pinos, porque el país no se le fue de las manos.
cfvmexico_sa@hotmail.commexicosa@infinitum.com.mx

LA PESADILLA DE CALDERÓN

Columna Asimetrías.
Por Fausto Fernández Ponte
30 noviembre 2009
“La cédula de identidad tiene ventajas paro no para la sociedad”.
Ernesto Villanueva.
I
A partir de la entrega de hoy, las próximas serán de menor extensión a las usuales, a solicitud de los editores de los medios impresos que la publican, pues los imperativos de la crisis que nos estruja brutalmente los obliga a reducir número de páginas.
Ello implica desde hoy la supresión del glosario al final de cada entrega y, desde luego, del listado de libros cuya lectura se recomendaba para sustentar la comprensión dialéctica de los componentes del contexto de hechos y sucedidos comentados aquí.
Así, avisado el caro leyente de esos medios impresos y los digitales –en donde se localiza (¡signo de los tiempos!) el grueso mayoritario de nuestro lectorado--, abordemos el tema a tratar hoy y que se sincretiza en la “cabeza” o título precedente.
Los allegados de Felipe Calderón del antaño y del hogaño y no pocos de su entorno de seguridad –el Estado Mayor Presidencial— identifican como una de sus mayores y dominantes peculiaridades de carácter la de ejercer siempre control sobre los demás.
Otra de sus peculiaridades es la de tratar de que sus subordinados –don Felipe no parece tener iguales o pares en sus afectos, sino solamente en el modo de ser ideológico y político, idiosincrasias y cultura y cosmovisiones, sino un espejo fiel de él. Ser sus espejos.
Por supuesto, esas características son inherentes, si no es que consustanciales, a la naturaleza humana. Dominar en el parecer y el sentir de terceros ha distinguido a los humanos en sus interacciones intraespecie y, desde luego, interespecies.
Ese afán de dominación –el de controlar incluso el pensamiento y la conducta de los demás— ha tenido expresión magnificada en el desempeño del señor Calderón como titular formal, de facto y, ergo, espurio, de la vertiente ejecutiva del poder político del Estado.
La influencia de esas peculiaridades que se perciben en el carácter de don Felipe es predecible: intensas paranoias: delirios de persecución y conspiraciones, temores de ser derrocado por sus adversarios en lo político e incluso hasta por sus propios afines.
Según esos allegados, don Felipe vive en en una crispación tal que busca constantemente espitas por las cuales escapar de ellas. Para desasirse de esas presiones acude a las puertas falsas, v. gr., la ingesta desorbitada, compulsiva, de brebajes espirituosos.
Ese es el retrato que dibujan sus allegados de otrora y ahora, molestos por no satisfacer las expectativas y exigencias de don Felipe. No en vano Carlos Castillo Peraza le reprochó, en epístola al propio señor Calderón, su búsqueda obsesiva de un alter ego.
III
A esas peculiaridades de don Felipe sumaríanse otros vectores concurrentes al desarrollo de la personalidad aquí descrita: ser repudiado por millones de connacionales, cuestionado constantemente en público y privado; ser ridiculizado –caricaturizado— en los periódicos…Ser objeto de chascarrillos crueles, malquerido, malquisto y mal visto al extremo de que teme por su propia integridad física; estar siempre rodeado de un aparato ostentoso de seguridad… Todo ello impacta la psique de ese individuo. Hace mella en el inconsciente.
Ello es causal de una patología que exhíbese cotidianamente en las pantallas de TV y en fotografías en periódicos, así como en las declaraciones del señor Calderón. Nadie puede salir bien librado de experiencias así. Es probable que don Felipe esté muy enfermo.
Esa enfermedad –que sería de laya psicológica— agudiza las obsesiones por control y las pesadillas y temores y terrores que devienen de esa patología de don Felipe. Ser rebasado por el descontento societal, cada día más hondo, sin haber consolidado su proyecto.
Allí subyacen las premisas de la Cédula de Identidad Ciudadana (CIC), la cual es vista como un instrumento de los medios burocrático-policiacos de control societal que don Felipe considera insuficientes. En ningún otro país se usa ese enser como se pretende aquí.
ffponte@gmail.com

En Uruguay hubo afirmación democrática: Galeano