jueves, 19 de noviembre de 2009

FERIA PEDAGOGICA

Invitan los compañeros de CEP-Parras:
A la Feria Pedagógica, para la Educación y el Desarrollo

Objetivo: Promover el diálogo – intercambio de saberes, bienes y servicios para el desarrollo sustentable y humano, promoviendo comunidades educadoras del conocimiento y el buen vivir.
Jiménez, Chihuahua del 17 al 21 de noviembre
Torreón, Coahuila el 23 de noviembre
Parras, Coahuila el 24 de noviembre
Monterrey, N. L. el 25 de noviembre
Saltillo, Coahuila el 26 de noviembre
Gómez Palacio, Durango el 28 de noviembre
Parras, Coahuila el 29 de noviembre

Saltillo, Coahuila el 26 de noviembre
Jornada de Diálogo de Saberes y de reflexión sobre la cultura y las nuevas tecnologías.
Casa Tiyahui
5 de la tarde
Diálogo con Cecilio Avilés Montalvo e Ivón Varela; Compañeros Artistas y promotores culturales de Cuba y Venezuela
Diálogo – entrevista; poesía, canto y micrófono abierto.
Radio Imagina
8 de la noche

SME: la fuerza de la verdad

Paco Ignacio Taibo II

Como todo mundo sabe, el origen de este conflicto se debe a los privilegios del sindicato de electricistas –dice una locutora en la radio con voz un poco chillona.

¿Qué es lo que sabe todo mundo?

Hace escasos cinco minutos la Secretaría de Gobernación intimida a los trabajadores electricistas informándoles que se porten bien en la próxima manifestación o que se atengan a las consecuencias, y cada media hora un anuncio del gobierno federal invita a los electricistas a que recojan su liquidación, porque si no, se van a quedar sin nada. Poco después, un grupo de conocidos panelistas da vueltas interpretativas al conflicto; durante media hora analizan si el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) puede sumar nuevas fuerzas, si el PRI se va a desinteresar huyendo del asunto, si se está sacrificando al secretario del Trabajo; pero nunca, ninguno de ellos va al corazón del asunto, nunca se hará en voz alta la pregunta clave: ¿quién tiene razón? ¿El gobierno al disolver Luz y Fuerza del Centro o los electricistas al defender sus puestos de trabajo?

Pareciera nuevamente que lo esencial les importa un bledo. Que todo mundo “sabe”.

Y así ha sido a lo largo de un mes, el bombardeo, los argumentos reiterados, pero nunca explicados, las nubes de humo, las verdades a medias, las mentiras “completas”.

Hacía mucho tiempo que la maquinaria del Estado no nos soltaba a los perros de la guerra del verbo y de la tecla, con la intensidad con la que los ha lanzado.

Con todo cinismo nuevos promocionales de radio habrían de aparecer con la anónima voz de aquella que promete que “ahora sí” no nos van a cobrar de más y que “ahora sí”… Y trabajaban sobre la parte dolida de los consumidores que habían estado sometidos a los abusos de la compañía durante años.

Pero, ¿para corregir estos abusos había que disolver la empresa y desaparecer el sindicato? ¿Eran los trabajadores ahora despedidos masivamente responsables?

Los argumentos de Calderón –pues ésta, sin duda, era una apuesta presidencial que llevaba tras de sí a los secretarios de Trabajo, Energía y Gobernación– eran, además de reiterativos, muy extraños.

Decía que el sindicato no era democrático, las pasadas elecciones internas habían sido confusas y estaban siendo criticadas por la oposición. ¿Y luego? ¿Era ése un argumento para disolver la empresa? ¿No era representativo? ¿Y entonces cómo se explican este mes de resistencia, esta participación masiva de los trabajadores, a pesar de represalias, amenazas?

Decía que la empresa no era eficiente.

Sin duda, se trataba de una empresa ineficiente que operaba con números rojos y que ofrecía un servicio en muchos casos mediocre y doloso a los consumidores. Bueno, resulta un argumento un tanto discutible, porque con parámetros como ése, por qué no disolver Pemex, la Secretaría de Hacienda o la propia Presidencia de la República, cuya ineficiencia a lo largo de estos años se mostrado de una manera patética.

Ambas afirmaciones eran verdad relativamente, y se convertían en una potente mentira cuando atribuía a los trabajadores su causa.

¿Era ineficiente? ¿Por qué entonces no se había despedido mucho antes a los directores generales, a los gerentes, a los directores de las sucursales? ¿Por qué el desastre en la facturación, que en la mayoría de los casos dependía de los empleados de confianza y que había mantenido en estado de permanente irritación a los usuarios no se había corregido desde arriba?

Pero la liquidación de la empresa costaba millones, muchísimos millones de pesos. ¿No habría nada mejor en qué gastarlos? ¿No era todo absolutamente absurdo? ¿No era mejor tratar de ajustar una empresa deficitaria que liquidarla con inmensos costos? ¿No resultaba delirante poner en la calle a 44 mil 514 trabajadores en un momento en que la nación lloraba por el desempleo?

Porque la materia de trabajo persistía. Había que seguir dotando de energía a millones de mexicanos. Entonces, ¿por qué destruir la empresa?

Resultaba insultante hablar de los altos salarios de los trabajadores (¿a usted le parece escandaloso hablar de 5 mil pesos mensuales para pagar a un trabajador especializado?), obtenidos a lo largo de 70 años de lucha, en una sociedad en la que un alto funcionario gubernamental tiene salarios de escándalo.

¿Y no era deficitaria la empresa, entre otras cosas, porque le pagaba muy caro a la Comisión Federal de Electricidad la energía que luego distribuía? ¿Y no era deficitaria porque se le daba luz gratis a Los Pinos, las secretarías de Gobernación, Hacienda, Agricultura, Trabajo, Defensa Nacional y la Procuraduría General de la República? ¿No había grandes hoteles que por decisiones superiores no pagaban la luz y periódicos y empresas como Nextel, Aurrerá, Suburbia, Radio Móvil Dipsa, Salinas y Rocha y Electra y hasta la Torre Mayor de Reforma?
¿Quién daba las órdenes para que unos pagáramos y otros no?

¿Eran los trabajadores los que permitían tarifas desorbitadas para algunos?, ¿errores permanentes en el cálculo de lo que se gastaba?, ¿tarifas de privilegio o conexiones directas para otros? ¿O eran gerentes generales, directores, directores de sucursales?

¿Y por qué esta urgencia de liquidar? ¿Y por qué la oferta de recontratar? ¿Por qué si el origen fue el conflicto laboral desde seis meses antes se estaba entrenando a miembros del Ejército en el cableado subterráneo?

Había argumentos, pero sin lugar a dudas eran falsos. El gobierno de la nación mentía.

Y los mexicanos, que somos paranoicos porque sabemos que la injusticia nos persigue, nos preguntábamos y nos seguimos preguntando: ¿qué es lo que no brilla en la superficie?

Parecía evidente que el gobierno al disolver la empresa tenía como interés principal destruir a un sindicato democrático y tras esta medida proceder a una privatización de parte del sector eléctrico. Querían abrir las futuras redes digitales a empresas trasnacionales en alianza con grupos empresariales mexicanos. ¿Es cierto que una empresa llamada WL Comunicaciones, propiedad de connotados panistas como los ex ministros de Energía Fernando Canales Clariond y Ernesto Martens tiene ya un contrato para desarrollar mil 500 kilómetros de redes? ¿Es cierto, como se ha señalado con frecuencia, que el director de la Comisión Federal de Electricidad, Alfredo Elías Ayub, ha estado involucrado en negociaciones con empresas españolas para privatizar el sector?

No voy a entrar en el debate legal, un montón de abogados constitucionalistas lo han hecho, y lo harán mejor que yo; me limito a señalar verdades y mentiras en lo que es un debate político, un problema moral.

Al concluir el mes que el secretario Lozano había ofrecido como plazo para que los trabajadores del SME se liquidaran, el gobierno había ganado parcialmente las batallas jurídicas, había conquistado a una parte de la opinión pública con el miserable bombardeo mediático y había perdido dos batallas políticas trascendentales: no había podido lograr que la mayoría de los trabajadores se retirara de la lucha y enfrenta una fuerte movilización solidaria que se va endureciendo.

A pesar de las cifras que se ofrecen, 22 mil 65 trabajadores han demandado al gobierno pidiendo la reinstalación de su trabajo coordinados por el sindicato, y otros 3 mil 700 lo han hecho de manera individual; a los que habría que sumar 14 mil jubilados que también se ampararon.

Y esto a pesar de las presiones de que no se encontraban preparados al inicio de la lucha, de que no había fondos de resistencia, de que los dineros sindicales están bloqueados ilegalmente y de que llevan un mes sin cobrar.

Y a pesar de la inmensa cantidad de palabras que al tema se han dedicado, hay decenas de preguntas que no se han hecho y muchas que no se han contestado. ¿Quién está suministrando el fluido eléctrico al valle de México bajo protección de miles de policías? ¿Es verdad que no hay trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad? Tan sólo técnicos de confianza que dirigen cuadrillas y empresas patito a las que se les han prometido futuros contratos. ¿No se ha producido ya de hecho una privatización? ¿Es cierto que algunas de estas empresas han traído trabajadores extranjeros, se dice que de Guatemala y Honduras, y que no tienen permisos de trabajo? ¿Está el gobierno violando las leyes laborales con todo descaro? ¿Qué salarios tienen estos trabajadores? ¿Qué contratos? ¿Es verdad que a lo largo de este primer mes de conflicto han muerto trabajadores en accidentes y esto se ha mantenido oculto?

Con toda la información anterior en las manos, uno no puede impedir llegar a la siguiente conclusión:

El gobierno mexicano montó una conspiración para privatizar la distribución de energía eléctrica en el valle de México y estados cercanos, para destruir un sindicato democrático que le estorbaba en el proceso; no se tocó el corazón para despedir a 44 mil trabajadores en una época en que crece el desempleo, gastó y gastará millones y millones de pesos de manera absurda. Y para lograr estos objetivos violó las leyes, engañó y mintió a los mexicanos.

He estado en las dos movilizaciones de los electricistas, la del 15 de octubre y la del 11 de noviembre, y me he encontrado marchando con unos mexicanos como yo, profundamente irritados, que no van a dar marcha atrás, muchos miles, muchos, muchos miles.

‘Letras Españolas está abandonada’ y cerca de la Revolución



Arely Ramos
17-Noviembre-2009

Los estudiantes de la licenciatura de la UAdeC realizaron un pliego petitorio en el que piden destituir al director y solucionar otras irregularidades

Los alumnos de la licenciatura en Letras Españolas que pertenece a la Facultad de Ciencias, Educación y Humanidades, están inconformes con ciertos hechos e irregularidades que, según ellos, acontecen en la facultad, en específico en la carrera que cursan. Los estudiantes redactaron formalmente un pliego petitorio en el que solicitaban respuesta y ayuda ante distintitas situaciones.

En el primer punto de la carta, en el apartado de “Antecedentes y Hechos”, los alumnos reclaman: “Durante el periodo administrativo en el cual ha fungido como director de la Facultad de Ciencia, Educación y Humanidades, el Dr. Ariel Héctor González Alanís, se ha desempeñado de manera poco eficiente respecto de la administración de todo lo relativo a nuestra escuela”.

Los estudiantes sustentan ese hecho con algunos puntos específicos también mencionados en el pliego, como “El poco o nulo apoyo que se nos brinda como estudiantes de una de las licenciaturas adscritas a la Facultad que él dirige, en contraposición con el apoyo otorgado a la Licenciatura en Educación y los posgrados que se imparten en esta Facultad”. Además la carta señala que el director de la institución presenta una “postura reticente a apoyar, fomentar y sufragar toda actividad con carácter literario, cultural, artístico, creativo y estudiantil del alumnado de Letras Españolas”, hecho que los alumnos consideran muy grave pues la licenciatura está encaminada al arte principalmente.

La carta también explica que la interacción del director hacia los estudiantes de Letras es “nula”: “A la fecha hay estudiantes que no lo conocen. Nunca ha convocado a juntas con los alumnos para informar las actividades que, como parte de nuestra educación integral, son planeadas por la academia y otras reuniones de carácter similar”, explica el pliego petitorio.

Además los estudiantes se quejan sobre la ausencia de una biblioteca para la Licenciatura en Letras, pues les parece alarmante no tener una sala de lectura.

Otro de los puntos de mayor relevancia, es la drástica modificación del plan de estudios para la carrera: “Es de conocimiento generalizado tanto por ex alumnos como por alumnos, el maltrato, la omisión y restricción que ciertos maestros realizan como parte de un plan de consolidación de un nuevo perfil del egresado de Letras Españolas, muy distinto al arrojado por otras universidades donde sí se desarrolla el campo de la creación literaria como prioridad en la carrera”. Hecho que se sustenta en el documento, donde se afirma que los proyectos publicados últimamente son “todos tendientes a la investigación, docencia y lingüística, omitiendo la parte literaria y artística que es la que le da el nombre a nuestra carrera”.

Los estudiantes también realizaron una propuesta en su pliego petitorio, donde señalan y exigen que la escuela de Letras tenga un nuevo director y que no sea ningún maestro especializado en investigación y/o docencia, sino alguno que consolide su trayectoria en el carácter editorial y la creación literaria y/o teórico literario. Además solicitan una nueva planta administrativa independiente a la escuela de Educación; la reestructuración del plan de estudios; transparencia en el presupuesto destinado a la licenciatura. También piden que “se retome el enfoque estético- humanístico de los planes de estudios; que la necesidad de participación cultural de los alumnos dentro de la comunidad sea atendido por la dirección”.

Los alumnos exigen que se restituyan los talleres “eliminados injustamente”, como Periodismo, Guionismo de Radio y Cine. Igualmente solicitan que se nombre a un nuevo coordinador de carrera que no sea maestro en áreas de investigación ni docencia.

Con estas peticiones los estudiantes acudieron el pasado viernes a las instalaciones de la rectoría de la UA de C, para entregarle la carta a Mario Alberto Ochoa, rector de la universidad.

Los alumnos aseguran que fueron escuchados por Guillermo González Calderón, Secretario General y José Luis Martínez Ávalos, Secretario Particular del Rector. Las autoridades prometieron analizar el caso y enviar una respuesta para el día de hoy.

“Ya no podemos más, Letras Españolas está abandonada, afortunadamente hemos tomado el riesgo y hemos decidido hablar con las autoridades correspondientes para que hagan algo al respecto”, revelaron 3 de los 43 estudiantes que están en desacuerdo por las acciones realizadas por el director y coordinador de la licenciatura.

También declararon estar “cansados” de que Octavio Domínguez Carranza, coordinador de la carrera, tenga actitudes de maltrato hacia los estudiantes: “siempre recibimos humillaciones y amenazas de parte de él”, finalizaron.


1 ER MANIFIESTO:
MANIFIESTO


Saltillo, Coahuila, Noviembre 16 de 2009

A LA COMUNIDAD ARTÍSTICO LITERARIA
A PROMOTORES CULTURALES
A LAS DIFERENTES UNIVERSIDADES QUE ALBERGAN ENTRE SUS FACULTADES A LA DE FILOSOFÍA Y LETRAS:

Por medio de este conducto les hacemos llegar el siguiente manifiesto como parte de una iniciativa de las nuevas generaciones que aspiramos a formar parte de la comunidad artístico-literaria; esperando contar con su apoyo y solidaridad al movimiento separatista que el pasado viernes 13 de noviembre del 2009 iniciamos los alumnos de la licenciatura en Letras Españolas de la Universidad Autónoma de Coahuila.
Expresamos nuestro descontento e inconformidad hacia la dirección de la Facultad y los administrativos, quienes rigen nuestra escuela arbitrariamente y sin tomar en cuenta las necesidades educativas, de expresión y de creación de los estudiantes.
Lo anterior se sustenta en la ausencia de una Facultad que nos dé nombre, pues actualmente nos encontramos adscritos a la Facultad de Ciencia, Educación y Humanidades, que también alberga a la licenciatura en Ciencias de la Educación, carrera que poco o nada tiene que ver con nuestro perfil del egresado.
También queremos hacer patente la eliminación progresiva del arte y la literatura por medio de los diferentes cambios que se han realizado a los planes de estudio de la licenciatura que cursamos, mismos que se han impuesto sin el consentimiento y/o conocimiento de los alumnos, hasta el grado de tener actualmente un plan enfocado a la docencia y la investigación, mermando así nuestra capacidad inventiva y artística.
No conforme con esto, se ha coartado nuestra libertad de expresión para encontrar otros canales que permiten el desarrollo de nuestro pensamiento y nuestras habilidades creadoras y artísticas; sabemos que la docencia y la investigación son herramientas necesarias e inherentes a la carrera, pero no son las únicas.
Exigimos, no la anulación de las mismas, sino la apertura de otros campos que amplíen el perfil del egresado y que nos permitan poder desempeñarnos en los diversos ámbitos laborales que en principio debería ofrecer la carrera en dicho perfil.
Confiamos en su capacidad para reivindicar la literatura, el pensamiento y la creación mexicanas en un momento donde el país necesita nuevas propuestas encaminadas al crecimiento de la sociedad a través del arte y la cultura.


A T E N T A M E N T E



“EN EL BIEN, FINCAMOS EL SABER”

ALUMNOS DE LA LICENCIATURA EN LETRAS ESPAÑOLAS DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE COAHUILA