martes, 9 de febrero de 2010

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domingo 7 de febrero de 2010

Alcalde de Juárez ofrece a las familias de la masacre una visa láser para emigrar a EE.UU y el dinero para el traslado
EXCLUSIVA Primero declaró al mundo que sus hijos eran unos pandilleros. Y que por eso, habían muerto. Ahora, el alcalde de Ciudad Juárez, les ofrece a las familias una visa láser para que emigren a EE.UU y dinero para la mudanza, también para el interior de México.
(Para los que no vivis en la frontera: la visa láser, que cuesta 125 dólares, es una visa que las autoridades estadounidenses conceden a los habitantes de la frontera mexicana para que puedan cruzar a EE.UU por un máximo de 30 días consecutivos).
El artífice de la llamada guerra contra el narco, el presidente Felipe Calderón, declaró desde Japón lo mismo. Pero las cosas, al parecer, no salieron como esperaban. Y las familias se unieron para gritar justicia y limpiar el nombre de sus hijos, manchado por las autoridades mexicanas de los tres niveles. Ahora no los quieren en Juárez.
Domingo 7 de febrero. 4,30pm: Fuertes medidas de seguridad. En la calle de la masacre. La primera visita, de incógnito, del alcalde José Reyes Ferriz (PRI) a las familias de la masacre de estudiantes del pasado sábado 30 de enero, les ofreció el pase para que ya no estén en Ciudad Juárez, según varias familias de los afectados que denunciaron hoy esta situación a "Ciudad Juárez, en la sombra del narcotráfico".
"Quieren acallar nuestra voz y no vamos a permitirlo. Queremos justicia, queremos que el presidente Calderón pida disculpas a Juárez y renuncie, porque desde que llegó al poder no se puede vivir en la ciudad", dijo una madre de los 15, y no 16 estudiantes (ahora las autoridades rectifican el número de estudiantes muertos, porque sumaron el de una adolescente de 13 años ejecuatada en otro suceso el mismo día).
Una de las familias afectadas aceptó el dinero y huyó para el interior de México. El resto se reunirá mañana lunes, en una casa de los afectados, con el gobernador de Chihuhua, José Reyes Baeza, el alcalde y un representante del presidente Calderón, que quizá sea Fernando Gómez Mont.
Tras la reunión las autoridades celebrarán oficialmente el traspaso de poderes del estado de Chihuahua, desde la capital (Chihuahua) a Ciudad Juárez. Es decir, que el gobernador vivirá en Ciudad Juárez, o quizá en El Paso, Tejas, como el alcalde.
*Pienso en el pasado y me acuerdo de las tácticas que empleó el gobierno con las madres de las víctimas para desunirlas. A ellas nunca les pidió, sutilmente, irse de Ciudad Juárez. Para que no sigan armando la revolución por la justicia. Y la presión nacional e internacional se termine. Veremos si Calderón lo consigue.

Del blog: juarezenlasombra.blogspot.com








Hoy sábado 6 de febrero, una semana después de la masacre estudiantil en Ciudad Juárez, os escribo siguiendo una promesa. Se la hice a Dolores Torres hace unas horas en la misma calle de la matanza. De 84 años de edad. Madre de una hija y de dos nietos: que no pueden dormir. Desde que escucharon los balazos. Y vieron a sus vecinos muertos.
Nunca me habían pedido esto. Lo hizo tomando mis manos y llorando:
-"Usted como prensa es el cuarto poder. No deje que Juárez desaparezca, se lo pido por favor. Mi hija va a huir pero yo me pienso que dar aquí. Es mi patria y no la voy a abandonar, menos ahora cuando más me necesita. El silencio provoca injusticia, sólo los muertos se quedan en silencio. Y moriré con el espíritu de lucha de mis familiares, revolucionarios con Pancho Villa".

Y Dolores lo dice en el patio de su hogar, colindante con las tres casas donde fueron acribilladas 28 personas y 15, no 16 (las autoridades acaban de rectificar que se confundieron con uno de los muertos de aquel mismo día en otro suceso, una adolescente de 13 años) que murieron. Me lo pide bajo la mirada de dos camionetas de la Cipol, los oficiales policiacos estatales, que al verme que sacaba mi grabadora para entrevistar a Dolores, se han acercado dos de ellos (Esparza y Guerrero) para preguntarme mi nombre y el medio en el que trabajo.
Ella vio cómo mataron a su vecino de enfrente, que salió a buscar a su hijo (ahora herido) cuando comenzó a escuchar los disparos. Con ella permanece la mirada de uno de los adolescentes con 18 tiros en su cuerpo: "Me acerqué y lo abracé y me dijo: "hable con mi mamá".
También vio que las ambulancias no llegaron hasta hora y media después de la masacre. A pesar de que la clínica del seguro social se encuentra a 5 minutos en carro de la calle. Y vio cómo los militares, federales y policias se presentaron 40 minutos después de la masacre. A pesar de que la estación de policia Bitácora, convertida en un campamento militar está a unos 7 minutos del lugar y la ciudad se ha convertido en retenes constantes de los militares dentro de la llamada guerra contra el narcotráfico del presidente Felipe Calderón.

La calle Villas del Portal está sola. A pesar de que es sábado y que el sol brilla con fuerza bajo un azul poderoso. De repente, tres mujeres surgen entre la soledad. Una de ellas lleva una enorme biblia en sus manos. La otra, una más pequeña. Y la tercera, un botecito de color verde con aceite. Y comienzan a acercarse a cada una de las casas de la matanza. Rezan, las ungen en el aceite. Para después continuar con el resto de la calle. "No tenemos miedo, confiamos en el señor", afirma Alicia Guerrero, de 55 años y madre de 4 hijos.
La calle Villas del Portal es un fantasma de horror con casas que se van abandonando por los vecinos. Por ahora, son 8. Muchos de ellos están en otras partes de la ciudad con amigos y familiares hasta que puedan conseguir dinero para huir al interior de México. "Los conocía desde niños, los mejores estudiantes, deportistas, buenos hijos que ayudaban a sus padres, que estudiaban y trabajaban. No eran pandilleros ni narcos como el presidente Calderón quiere hacer creer ", dice uno de los vecinos, que prefiere no dar su nombre por temor a represalias.
Son la 1 de la tarde. La colonia comienza a ser tomada por los militares y los federales. La toma se produce unos diez minutos después de que los vecinos se reúnan en una asamblea pública en el parque de la Colonia Villas de Salvárcar, a unas dos cuadras de la matanza. Los vecinos están organizando una serie de acciones para defender a su colonia. Acuerdan que no dejarán que se instalen casillas electorales para votar hasta que se haga justicia, las fuerzas federales dejen la ciudad y el presidente de México renuncie. También, dicen que lanzarán como candidato a alcalde a una de las madres de las víctimas y como ediles a los adolescentes muertos ¨para que no ser rían más del pueblo¨. El próximo sábado se manifestarán en uno de lo puentes internacionales, que unen Ciudad Juárez, la ciudad más peligrosa del mundo desde hace dos años, con El Paso, Tejas, la segunda más segura de EE.UU.
Tres madres se abrazan. Sin que de su rostro salga una lágrima. Estas las dejan para la noche, cuando se encierran en sus casas y encuentran la soledad.
Llevan tres carteles: "Calderón asesino de estudiantes" "Pedimos justicia para los estudiantes caídos ", "Pedimos ayuda a los países extranjeros ".
"No vamos a dejar Ciudad Juárez. Vamos a luchar por nuestros hijos muertos y los vivos", dice Luz María Dávila, madre Marcos Piña, de 19 años y José Luis, de 16, los dos únicos hijos que esta trabajadora de una maquiladora quiso tener con su esposo para darles un mejor futuro.
Y lo consiguió. Hasta que los mataron. Marcos era estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, por las tardes. Por el día, era un trabajador en la misma maquiladora donde trabajan sus padres. En la madrugada estudiaba en la casa. En el fin de semana, jugaba a béisbol.
En el mismo momento que murió fue un pandillero. Como el resto de los chicos que estaban en una fiesta donde no se encontró ni una botella de alcohol y era supervisada por una madre, que se debate entre la vida y la muerte.
Su hermano José Luis estudiaba la prepa y trabajaba desde los 13 años de edad en un supermercado.
Se conviertieron en pandilleros sin investigar, y según el presidente Calderón, el alcalde José Reyes Ferriz y al gobernador José Reyes Baeza.

*Hoy fueron asesinadas 9 personas en Ciudad Juárez. Estas ya pasaron a la lista de las personas asesinadas por tener vínculos con el narcotráfico. El ambiente que se respira en Ciudad Juárez es de revolución o de temor que lleva a huir. Desde que el presidente Calderón comenzó su llamada guerra contra el narcotráfico hace 23 meses, los crímenes, extorsiones, secuestros y robos se dispararon en Ciudad Juárez. Por ahora, son más de 4.500 asesinados. Bajo el imperio de la impunidad y, en muchos casos, la justicia de los chivos expiatorios. En esta ciudad fronteriza de 1 millón 300 mil habitantes hay unos 10 mil niños huérfanos por esta guerra. Según datos extra oficiales, unas 150 mil personas han huido de Juaritos hacia el interior de México o a Estados Unidos.

NOS DETESTA

Pedro Miguel
Habitantes de la capital: a juzgar por los hechos, Felipe Calderón nos detesta. Porque no votamos por él, o porque los votos a su favor no le fueron suficientes para ganar con limpieza, o porque tenemos un espíritu libre y tolerante, o por nuestra alma insumisa, o porque sabemos que la defensa de nuestros derechos y libertades pasa por la defensa de los derechos y libertades de los demás, o porque creemos en la separación entre la Iglesia y el Estado, o porque poseemos (son nuestras; nosotros las conformamos y pagamos) instituciones de gobierno representativas y legítimas, o porque hemos logrado, pese a todo, y sin desconocer lo muchísimo que falta, imponer mecanismos de justicia social y de distribución de la riqueza, o porque se siente incómodo ante los reclamos, mayoritarios y bien ganados, de quienes poblamos la sede de los poderes federales. O por todas esas razones juntas. O por algunas de ellas.
A estas alturas, otro tanto podrá decir la mayoría de los habitantes del país, pero el Distrito Federal ocupa un sitio preponderante en los rencores de este hombre. No es el desdén ordinario que experimenta hacia la vida humana, su desinterés por la angustiosa situación económica que atraviesan casi todos los millones de mexicanos, su insensibilidad procaz ante los cadáveres de muchachos juarenses (“de seguro andaban metidos en algo turbio”, insinúa para tapar su monumental torpeza), su vocación de entrega de la soberanía nacional. Con base en los elementos de juicio disponibles, hacia el DF, el sentimiento de Calderón es más intenso: es odio.
Por eso, su aparato de gobierno se vuelca a impedir la aprobación de presupuestos para el Distrito Federal. Por eso consignó a la Comisión Nacional del Agua para que actúe con toda mala fe hacia la capital, le corte el abasto hídrico en los días de máximo calor, se abstenga de realizar las obras de desagüe programadas (subejercicio durante 2009: 80 por ciento de lo presupuestado), omita los avisos de emergencia e impida, de esa forma, que la autoridad local pueda tomar las medidas de previsión necesarias ante un fenómeno meteorológico inusual. Por eso, en medio de la más violenta y mortífera escalada delictiva en la historia del país, giró instrucciones a la Procuraduría General de la República para que deje de lado sus obligaciones legales más obvias y se vuelva gestora de las fobias clericales en contra de las mujeres y de las minorías sexuales. Por eso acabó de un plumazo con la entidad pública que operaba la red de distribución eléctrica en el centro del país y mandó al desempleo, de golpe, a sus cuarenta y tantos mil trabajadores. Por eso limita sus paseos de aires neronianos a los escenarios mexiquenses del desastre –el rostro real de Peña Nieto, ese cuento de hadas fabricado por Televisa con miras al incierto 2012–, pero se cuida de poner un pie en las delegaciones defeñas igualmente afectadas por sus decisiones criminales.
En tanto le sea posible, seguirá hostigándonos. Seguirá conspirando con Luege para que nos corte el agua; con Lozano y Elías Ayub para que nos dejen a oscuras; con Chávez Chávez para negarnos el derecho a decidir sobre nuestros amores, nuestros cuerpos y nuestras vidas; con Cordero y Nava para que se nos nieguen recursos económicos que se otorgan rutinariamente a las otras entidades federativas.
Sin electricidad no funcionan las bombas que surten de agua a hogares y negocios ni las que deben ronronear para achicar inundaciones, ni las compuertas del drenaje profundo; sin electricidad se apagan los semáforos, las antenas de telefonía celular entran en hibernación, los carros del Metro se quedan parados, los pacientes obligados a diálisis se mueren. Ninguna organización terrorista habría tenido tanto éxito en desastrar a la ciudad como el que tuvo Calderón al liquidar a Luz y Fuerza del Centro y remplazarla por una paraestatal corrupta y chambona que no parece tener capacidad para algo más que para emitir recibos inflados y engordar a un puñado de contratistas que no tienen la menor idea.
La seguridad y la viabilidad de la ciudad de México no deben seguir sujetas a los humores de Calderón. El Gobierno del Distrito Federal –ese por el que sí votamos– tiene ante sí el deber de garantizar el abasto eléctrico para la urbe e impedir que el calderonato construya nuevas profecías apocalípticas autocumplidas. Que las autoridades locales nos doten de una entidad capaz de garantizar con una mínima eficiencia esa condición indispensable para la economía y para la vida, y que eliminen ese talón de Aquiles de la urbe. Que revisen el marco legal a fondo y encuentren en él los resquicios para devolvernos la normalidad. Y que no se nos olvide: a juzgar por sus actos en los últimos tres años, Calderón nos detesta.
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miércoles 3 de febrero de 2010
Niños enterrando a niños
















No sé cómo empezar a contaros lo que viví hoy miércoles 3 de febrero. Quizá con algunas imágenes. Las que tomé en el panteón de San Rafael de Ciudad Juárez.
El enterrador Manuel Cano, de 40 años de edad, tampoco tiene palabras. Son sus ojos llenos de lágrimas los que dibujan su sentir. Como el cielo de Juárez que hoy dejó de ser de azul intenso para convertirse en un gris feroz con una intensa lluvia durante casi todo el día.
Y Cano ha visto muchos ataúdes. Más de 6 mil. Pero éstos han sido los más duros de su década en el cementerio.
"Ciudad Juárez está masacrada. Es una ciudad fantasma. Ya no hay futuro", comenta mientras va a cerrar otra tumba de las 7 situadas en hilera.
Y Cano continúa, echando tierra a las tumbas que el mismo cavó. Mientras escucha gritos como: "Chuy, presente!!!!!! "Te queremos!!!!! "A la bin, a la ban...Chuy, Chuy y nadie más". Y otros gritos. Los de las otras seis tumbas.
Jesús Armando Segovia "Chuy" tenía 15 años. Aunque en su cruz blanca le pusieron dos años más. Por sus calificaciones, era un excelente estudiante y deportista. Para las autoridades, un miembro más de una pandilla. Para muchos, esta es la manera de justificar lo que no se quiere investigar conforme a la ley. Cuando la presión social y política es la que mueve las decisiones. Igual que con los feminicidios. O peor tras más de 16 años de impunidad y de un sistema de justicia fallido.
El era uno de los 16 chavos que fueron ejecutados el sábado en una fiesta estudiantil, y uno de los siete que fueron despedidos en la misma calle, en la misma iglesia, en el mismo cementerio. Eran vecinos.
Sus amigos los entierran. Son niños enterrando a otros niños. Tienen entre 13 y 19 años, más o menos como los ejecutados, convertidos tras su muerte en pandilleros y narcotraficantes. Están más cerca de la niñez, por su inocencia, que de la adolescencia: por la forma en la que visten, su educación, parecían ser la poca luz de la colonia obrera Salvárcar, donde la mayoría de los residentes trabajan en las fábricas maquiladoras. Pero la esperanza fue masacrada. En una ciudad militarizada.
*Al cementerio no acudió ninguna autoridad. Tampoco a la misa funeral. Minutos antes de que el cortejo fúnebre se dirigiera hasta la iglesia, el gobernador del estado de Chihuahua, José Reyes Baeza llegó a las casas de las víctimas para expresar sus condolencias a las familas.
Estas le esperaron con cartelones. Pidendo justicia.
"Usted tiene guardaespaldas que le protegen pero nosotros no tenemos ni dinero para comprar un arma y defendernos", le increpó Patricia Dávila, la tía de dos hermanos asesinados, mientras el gobernador huía del lugar.
Os dejo con más imágenes. El presidente Calderón, artífice de su llamada guerra contra el narcotráfico, está de viaje oficial en Japón. En Ciudad Juárez piensan que está en China. Su versión de la masacre aquí suena a chino. Calderón afirma que el ataque fue cometido ¨probablemente por otro grupo con el que, es una de las hipótesis, tenía cierta rivalidad".





*La guerra ficticia contra el narcotráfico del presidente Felipe Calderón ha dejado en Ciudad Juárez más de 4.500 muertos desde que comenzó hace 23 meses y unos 10 mil niños huérfanos. Las extorsiones, secuestros y robos son cotidianos en una ciudad militarizada. Se estima que unas 150 mil personas han huido de esta ciudad de 1 millón 300 mil habitantes. La ciudad ha suspendido sus pobres partidas de infraestructura y ayuda social para pagar a los 8 mil militares y unos 3 mil federales enviados por el presidente de México. Desde la guerra de Calderón el peligro en Ciudad Juárez está en estar vivo.

LAS FUERZAS ARMADAS ESTAN DIVIDIDAS, SE CONFRONTAN Y PUEDEN REBELARSE A FAVOR DEL PUEBLO


Pedro Echeverría V.
1. La llamada Marcha de la Lealtad del 9 de febrero de 1913, que fue una marcha militar que acompañó al presidente Francisco Madero a Palacio Nacional, pasa a tercer plano si tomamos en cuenta que 1) ese mismo día se inició el Golpe de Estado planeado en la embajada yanqui y 2) que esos días terminaron con la traición, encarcelamiento y asesinato del presidente Madero y del vicepresidente Pino Suárez. Así que la marchita sirvió muy poco, la unidad y el patriotismo se hizo trizas y los yanquis demostraron una vez más sus ambiciones de dominación. Por eso esta fecha, en vez de levantar las banderas de unidad y heroicidad, debería ser un día de condena contra los gobiernos yanquis y su embajada siempre llena de miles de agentes de la CIA que intervienen en México. Sesenta años después, de manera muy similar, se repitió el golpe en Chile.
2. El general secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván mencionó que México sigue presente "a pesar de sus detractores y pierden el tiempo quienes pretenden dividir a las Fuerzas Armadas". En el 97 aniversario de la Marcha de la Lealtad, reiteró que soldados y marinos continuarán bajo las órdenes del presidente Calderón, Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. Dijo Galván: "Con tener en primera línea el daño que la criminalidad organizada causa a la sociedad, los hace consiente de los peligros que acechan y de los riesgos que se corren, continuaremos redoblando esfuerzos para combatir esos desafíos a la seguridad interior, dando todas las batallas, las que sean necesarias, contra viento y marea, sin la mínima confusión". Pero el general sabe que las fuerzas armadas están divididas y pueden rebelarse.
3. En México hay fuerzas del ejército, de la marina, aéreas, policía secreta, policía federal, policías estatales, policías privadas, paramilitares o parapolicías, y hasta policías municipal y rural. Todas ellas son fuerzas armadas, o con armas, que crecen en número sin parar, que cobran del presupuesto público y privado, que no producen y que muchas veces están fuera de control, a pesar de estar "bajo las órdenes del comandante supremo". Todas esas "fuerzas armadas" que "los detractores quieren dividir", no han estado unidas nunca; por el contrario: están divididas y muchas veces se han enfrentado –con saldos de decenas de muertos- por el control de plazas. Están súper divididas en jerarquías, salarios, privilegios, mandos superiores y medios, ligados o no con los narcos, trabajando en zonas peligrosas o privilegiadas. En fin están súper divididas.
4. En los últimos 16 años, después del levantamiento armado en enero de 1994 de los indígenas zapatistas, se han contratado a cientos de miles de soldados y policías para incrementar el número de miembros del ejército y demás organismos oficiales armados así como para suplir los que han renunciado o desertado. En casi todas las capitales de los estados se colocan durante meses grandes mantas invitando a la población a contratarse en el ejército. La realidad es que ante el gigantesco desempleo que se registra en México desde hace por menos 10 años, para los campesinos, contratarse en el ejército es asegurar ingresos de por vida, y renunciar a él sería una tontería si asegura la vida de la familia. Pero, ¿por que desertan por decenas de miles? Hay varias razones: patriotismo de palabra, jerarquía autoritaria, privilegios y negocios escondidos.
5. El patriotismo de palabra, la disciplina militar, la bandera nacional, los héroes de la historia oficial y el himno como canto obligatorio, en vez de convencer tienden a ser rechazados porque tras ellos está el poder, los gobiernos, la corrupción y un terrible discurso demagógico. Los ciudadanos, en vez de recibir tratos amables, respetuosos, tolerantes, reciben prohibiciones, órdenes, regaños y hasta golpes "en nombre de la ley". En los sesenta nos burlamos de esas "disciplinas impuestas desde arriba" por el gobierno, los empresarios, en la escuela, en la iglesia, en el hogar, en la fábrica y en la sociedad y decidimos construir la libertad no condicionada. Nos preguntábamos quienes eran los "terceros", si eran viejos o jóvenes, ricos o pobres y hasta dónde llegaba su libertad. ¿Eran tan grandes como los monopolios de tierras, bancos y fábricas?
6. Lo que ha sucedido con las fuerzas armadas en México, dado que el país lleva casi un siglo de régimen "presidencialista", es que en nombre de la Constitución han defendido fielmente a los presidentes de la República y han reprimido a los trabajadores que hacen huelgas, manifestaciones o se rebelan. Pueden los funcionarios de la Presidencia estar destruyendo al país, puede ser evidente que el pueblo mayoritario sufra miseria y hambre, puede demostrarse que el régimen está al servicio de intereses transnacionales, se puede demostrar todo y el ejército seguirá reprimiendo las protestas y las luchas de los trabajadores para salvar el poder presidencial. Por eso el pueblo no cree ya en los mitos militaristas, en soldados y policías, les tiene mucho terror. ¿Qué decir cuando se entera que principales jefes del ejército son también jefes del narcotráfico?
7. Por eso el señor general Galván no puede cantar victoria; no puede gritar que "pierden el tiempo los detractores que quieren dividir a la fuerzas armadas", cuando estar están súper divididas. La situación del país, lo sabe el pueblo mexicano y el general, empeora por culpa de los delincuentes de arriba no por lo de abajo, por culpa de los gobiernos, los empresarios, los medios de (des)información y de todos aquellos que desde arriba determinan las políticas económicas y mantienen al 70 por ciento de la población en la pobreza, la miseria y la desesperación. Eso que se llama la clase políticas y poderes fácticos que durante siglos han oprimido a la población. Por ahora las divisiones en el ejército son aprovechadas por el narco y la derecha, pero espero que un día ese ejército conformado por campesinos recuerde sus orígenes y se sume a las luchas de sus hermanos de clase.

pedroe@cablered.net.mx

MÉXICO SA

Carlos Fernández-Vega
Presumamos México
El gordo y el flaco
Lágrimas de "catarrito"
09 febrero 2010
cfvmx@yahoo.com.mx
Al mal tiempo, cara dura, y con este gobierno patas arriba los mexicanos van de sorpresa en sorpresa. ¿Qué creen? Que las finanzas públicas no reportan “el peor shock en 30 años” (Carstens dixit), que sólo fue un chiste, como el del "catarrito", como el de 7 por ciento de desplome económico, como el del "hoyo financiero" de 480 mil millones de pesos, como el de la pérdida de miles y miles de empleos y la suma de millones en el desempleo y la pobreza, en fin, como el de la crisis misma, que siempre fue "externa", además de que en Los Pinos y áreas colaterales se hizo lo que se tenía que hacer y se tomaron las "decisiones correctas", ergo, México nunca dejó de ser el paraíso, y quien piense lo contrario no será más que un amargado sin sentido del humor.
¿Cómo fue posible salir del hoyo más profundo en ocho décadas de historia económica, y de allí, sin más, brincar al edén? Simple: del tablado se quitó al gordo y se puso al flaco –en realidad no tanto–, para que el festival del chistorete se mantenga a todo lo que da, en el entendido de que una cosa es la farándula y otra muy distinta, demostrado hasta el agotamiento, un gobierno de chiste, como el de Calderón lo entiende y presume.
Pero no os amarguéis, que siga la fiesta. Desde Nueva York llegan dos buenos chistes: a) que "México está en una posición de solidez de sus finanzas muy diferente a lo que sucede en otras partes del mundo, lo que nos permitirá enfrentar los choques externos que pudieran venir"; y b) que "el gobierno de México tomó las decisiones correctas ante la recesión global que comenzó en 2008 y que aún impacta la economía del mundo; la evidencia nos dice que México hizo lo correcto". El cómico es el mismo que dos semanas atrás con una enorme sonrisa decretó el "fin de la recesión en México", es decir, Ernesto Cordero, el carismático sustituto del doctor "catarrito" en la Secretaría de Hacienda.
Qué fue de aquella no lejana declaración del propio Cordero (finales de septiembre de 2009), en tiempos de la Sedeso, en el sentido de que, por la crisis, "se están tomando decisiones muy importantes como saltarse una comida al día, en lugar de tres veces comer dos, o que alguno de los niños deje la escuela para trabajar, y les aseguro que no exagero, eso sucede en muchas familias pobres en México; peligra una generación". Otro chiste, sin duda, del que más de 50 millones de pobres rieron a pierna suelta. Pero eso fue antes de que decretara el "fin" de la recesión.
Ahora que México regresa al edén, si es que algún día lo dejó (de acuerdo con la versión oficial), cómo no recordar aquella advertencia de Agustín Carstens cuando con el pañuelo en la mano dijo a los senadores de la República que “desde un punto de vista retrospectivo histórico, éste es el shock financiero más grande que ha recibido México por lo menos en los últimos 30 años; de hecho nunca el país había enfrentando una caída en ingresos presupuestales en un año (estimada) en 480 mil millones de pesos… que equivalen a más de 4 por ciento del PIB”.
Eso dijo, pero, ¡sorpresa!, resulta que también fue un chiste, y parte del show las lágrimas de "catarrito", porque si se atiende la más reciente declaración de Ernesto Cordero "México está en una posición de solidez de sus finanzas muy diferente a lo que sucede en otras partes del mundo, lo que nos permitirá enfrentar los choques externos que pudieran venir", es decir, lo mismo que dijeron Calderón y el ahora gobernador del Banco de México cuando, ante el terremoto económico, el primero habló de "gripa" y el segundo de "catarrito", y ambos presumieron el "navío de gran calado".
Pues bien, como parte del libreto la economía mexicana se desplomó 7 por ciento en términos reales durante 2009 y, por lo mismo, ocupó el escalón 139 de 152 posibles a nivel internacional, es decir, se cuenta entre las 13 economías mundiales con peores resultados (y la 143 de 152 en producto por habitante). No obstante, Cordero asegura que se tomaron "las decisiones correctas" y presume un 3 por ciento de crecimiento como perspectiva económica en 2010, "aunque puede ser mayor", una proporción que no alcanza a cubrir siquiera la mitad de la caída en vertical registrada en el año recién concluido, y eso no es chiste. Si se atienden las estimaciones de organismos internacionales, el país requeriría dos años (2010 y 2011) de crecimiento a esa tasa apenas para "recuperar" el nivel observado al cierre de 2008 (el cual, desde luego, no fue el mejor), sin que ello garantice retomar los indicadores sociales de entonces.
Si de chistes se trata, aunque sean viejos, allí está el experto de Los Pinos, a quien de plano no se le da eso de las cuentas, de las sumas y las restas. Presumió ayer que en el primer mes del año “se crearon 35 mil empleos, por lo que de junio (2009) a enero (2010) ya son 142 mil nuevas plazas, según cifras registradas en el Seguro Social, y lo que refleja que México continúa recuperándose de la crisis económica; sé que están aún por debajo de lo que necesitamos los mexicanos pero, por lo mismo, (…) vamos a reforzar y vamos a hacer lo que tengamos que hacer para generar más y más empleos para los mexicanos; para que la recuperación económica, que ya se ve en los indicadores macroeconómicos, también se refleje en los bolsillos de los mexicanos, que es donde está haciendo falta”.
Qué bueno, pero las cifras no cuadran: en el periodo referido, con todo y las 35 mil presumidas ayer, la cuenta del Seguro Social reporta cerca de 170 mil plazas, no 142 mil, lo que de cualquier suerte no dice nada, porque parece que al inquilino de Los Pinos le pasó de noche que la crisis no comenzó en junio del año pasado. De hecho, en 2009 oficialmente se cancelaron alrededor de 172 mil empleos formales, según el IMSS, sin considerar los demás sectores. Y el saldo neto del primero de diciembre de 2006 al último día de 2009 es de 25 mil plazas generadas, a razón de 675 empleos formales por mes, cuando la demanda real supera los 3 mil 300 puestos cada 24 horas.
Para rematar, otro chiste de Calderón contado ayer en la fábrica de Fiat: la economía mexicana, dijo, es "el engrane, el eslabón, la caja de velocidades, digamos, para hablar en términos automovilísticos, con América Latina, y no sólo con América Latina, sino con Asia y con Europa".
Las rebanadas del pastel
Lo que no es chiste es el alud de impuestos, incrementos de precios y alzas en tarifas que han caído sobre los mexicanos que no tienen de qué reírse.
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HACE 93 AÑOS (I)

Esteban Garaiz
Febrero 9, 2010
Como ya es norma de la casa, el asueto de esta conmemoración cívica se adelanta al lunes previo. Así todos salimos ganando. La gente goza de un puentecito, que relaja en medio de la tensión laboral. El turismo interno se dinamiza (aunque ya vimos en esta ocasión que, cuando no hay ingreso familiar, de poco sirven los trucos de marketing). Y lo más importante: se emascula la conmemoración.
Que nadie recuerde. Que nadie piense que el 5 de febrero de 1917 es el día más importante en la historia de México. Más que el Grito. Más que la Independencia oligárquica de Iturbide y sus amos de la Profesa. Más aun que el Plan de Madero para el 20 de noviembre. Porque de ahí, de 1917, arranca el proyecto que estaba construyendo a la Nación: el que se ha quedado estancado desde el golpe de mano de 1982 y que nos tiene todavía con 45 millones de marginados que ahora no logramos integrar.
Ya me imagino que adelantemos el 25 de diciembre, o el 10 de mayo, o el 12 de diciembre al lunes previo. Pero es de ley: eso es justamente lo que dije; y lo que quise decir. Es ingenuo pensar que desde este poder público haya interés real en conmemorar, en recordar, o sea: volver a vivir el Bicentenario y el Centenario. Acabará en un bello arco monumental.
La Nación tiene perdido el rumbo: todo el mundo lo dice a gritos o en voz baja. Hoy tenemos desazón, desencanto, malestar nacional, hasta miedo y, por supuesto, indignación sobre cómo se están conduciendo los asuntos públicos. Es claro que no se está trabajando por el bien de todos y mucho menos para favorecer a los rezagados.
No somos pocos los ciudadanos que estamos convencidos de que la raíz de este desbarajuste está en el abandono desde 1982 del proyecto nacional tal como está plasmado en la Constitución, todavía vigente, de 1917. Se abrazó el llamado Consenso de Washington y se abandonó el 5 de febrero, a pesar de que todos los días nos hablan del estado de derecho.
De manera específica en las cuatro grandes columnas del proyecto revolucionario, que también está vigente (hoy más que nunca) por inconcluso: los artículos 3º, 27, 123 y 130. El vaso se medio llenó y sigue medio vacío. Por supuesto, las cuatro columnas se sustentan en un mismo cimiento: la soberanía nacional reside en el pueblo (artículo 39).
El artículo 3º, con la educación pública universal, gratuita y laica, ha sido el gran instrumento de la capilaridad social e incorporación de los marginados a la vida nacional, para dejar atrás aquella estructura inequitativa y de castas heredada del régimen colonial y así forjar gradualmente la nueva ciudadanía universal, la república de verdad con igualdad de oportunidades (los desayunos escolares, los libros de texto gratuito, los útiles escolares y los uniformes no son populismo; son auténtica educación gratuita).
Hoy vemos que no sólo ha quedado estancado, sino revertido y corrompido por la alianza traidora del poder federal con una dirigencia sindical mafiosa, que desvirtuó la gloriosa vocación de servicio de millones de maestros patriotas.
El artículo 27 tiene dos elementos centrales para la construcción de la nueva sociedad mexicana que honre el nombre de republicana. El primero ha sido el desmantelamiento de los latifundios, que fueron la estructura central del régimen colonial y que impedían la creación de la economía de mercado; y la liberación de los peones: “Tierra y Libertad” era el doble reclamo. Por eso Emiliano Zapata tuvo que levantarse también contra Madero, que quería primero la democracia sin sustento social, y que envió al viejo ejército porfirista al mando de Victoriano Huerta (que después lo traicionó) contra los campesinos surianos.
El otro elemento es la propiedad originaria de la Nación (representada por el estado federal) sobre los recursos naturales del país. Toda la experiencia mundial del siglo XX nos ha enseñado cuán prudentes y visionarios fueron aquellos constituyentes que se rebelaron contra el proyecto de carta magna ya armado en secreto por Venustiano Carranza. Hoy en el mundo, el 85 por ciento de los hidrocarburos corresponden a empresas de propiedad estatal en cada país.
Mientras tanto, don Felipe Calderón promociona en Davos contratos por parcelas de nuestras aguas patrimoniales, en estricto cumplimiento del artículo 27: “tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno, no se otorgarán concesiones ni contratos”.
(Continuará).
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