miércoles, 15 de julio de 2009

Cómo los medios pueden desatar masacres
Sique

El 3 de diciembre de 2002, Ferdinand Nahimana de 53 años, fue sentenciado a cadena perpetua por genocidio y crímenes contra la humanidad por la Corte Internacional de Naciones Unidas por su participación en el genocidio de 1993 y 1994 en Ruanda. "...Nahimana, con su notable carrera académica y pública, en la que llegó a ser Ministro para la Educación Superior y director de la Oficina de Información de Ruanda (ORINFOR), era accionista y miembro de la directiva de la Radio Televisión Libre de las Mil Colinas (RTLM), su gran proyecto desde sus tiempos como profesor universitario. Su sentencia de 29 páginas le señala haber “envenenado” la mente de sus escuchas e incitado y promulgado contenidos que llamaban al exterminio de sus opositores políticos, los Tutsis."

"...Este caso de la Corte Penal Internacional de Naciones Unidas en contra de los directores de medios ruandeses Ferdinand Nahimana, director de RTLM, Hassan Ngeze, editor del periódico Kanguro y Jean-Bosco Barayagwiza, también de RTLM toca un tema que no se había presentado en las cortes durante décadas. Según se puede leer en el sumario de la sentencia de la corte, hay un amplio margen para desarrollar la libertad de expresión, pero cuando “se le echa gasolina a las llamas”, se está cruzando la raya hacia una “expresión desprotegida”. “El poder de los medios de crear y destruir valores humanos conlleva una gran responsabilidad”, continúa el sumario de la sentencia. “Aquellos que controlan los medios son responsables por sus consecuencias”.

En México: Televisa, TVAzteca, Grupo Radio Centro y Prensa, casi toda de derecha.

Si bien, obviamente, es cierto que los medios privados mexicanos no llegan a los extremos de la RTLM o del periódico Kangura, al revisar el documento y la sentencia que detallan las acusaciones del fiscal en contra de los convictos, no podemos dejar de notar similitudes en cuanto al uso del medio de comunicación como “arma crucial” de incitación dentro de una determinada estrategia política, y trazar paralelismos entre los mensajes de división y odios que se transmiten en México desde el 2006, incluso antes. Sin llegar al extremo de Ruanda, repito, podría decirse que casi todos los medios privados en México le han “echado gasolina a las llamas” y han “desprotegido” la expresión.

En los documentos que produjo la fiscalía para este caso, se caracteriza claramente como en Ruanda los medios se dedicaron a caracterizar a los Tutsis como enemigos políticos de los Hutus y regularmente utilizaban expresiones denigrantes hacia ellos. Así en México no dejan de utilizarse expresiones denigrantes hacia los seguidores de AMLO.

Entre abril y julio del 94, RTLM difundió mensajes, entrevistas y discursos de figuras políticas que incitaban a la exterminación de los Tutsis y los Hutus considerados moderados.

Salvando las distancias, ¿no vimos algo muy similar en nuestras pantallas de televisión cuando en México se difundieron spots, entrevistas y discursos de figuras políticas que incitaban al odio hacia AMLO? Sólo recordemos los mensajes radiales y televisivos en los que amedrentaban a la población asociando a AMLO con fusiles y cañones de un Hugo Chávez editado en sus discursos.

En Ruanda “Los partidos políticos utilizaron a los medios para incitar la masacre de la población Tutsi. A tal punto que líderes políticos del gobierno interino afirmaban que la RTLM era un “arma crucial en la lucha contra el enemigo”.

¿No han sido las televisoras privadas “cruciales” en el despliegue de toda una estrategia política de desinformación en la que, entre otros abusos, se difundieron mentiras propagandísticas en contra del gobierno de la Ciudad de México cuando AMLO era Jefe de Gobierno? ¿No fueron acaso cruciales las televisoras para propinar el golpe del desafuero y el fraude del 2006?

¿No fueron acaso los medios quiénes atacaron virulentamente a quiénes protestábamos en el plantón de Reforma para reestablecer la democracia, tachándonos de revoltosos, flojos, fanáticos y jodidos que obstaculizábamos el tráfico de toda la ciudad?

En las acusaciones de la fiscalía de la Corte Penal Internacional, no sólo se incluye al accionista del medio, el señor Nahimana, sino también a reporteros y presentadores como Georges Henri Yvon Ruggiu, Valerie Bemeriki o Kantano Habimana.

Es decir, no sólo son responsables los Azcárraga y los Salinas Pliego sino también los Alatorre, los López Dóriga, los Healy, los Ferriz de Con, los Oscar Mario Beteta, etc... los responsables de incitar a la población al odio contra AMLO, a la división y al enfrentamiento.

Mientras en Ruanda tuvieron la Radio Televisión Libre de las Mil Colonias (RTLM) incitando al odio, la división y el enfrentamiento como componente clave de una estrategia política que terminó en un genocidio, en México, tenemos a nuestros propios teledifusores de Televisa en roles similares, aunque aún la brecha con Ruanda sea muy ancha.

Esta sentencia del Tribunal de Naciones Unidas ha establecido un estándar internacional sobre las responsabilidades de quienes controlan los medios y sobre los contenidos de odio de sus transmisiones y artículos. El concepto de “expresión protegida” se antepondrá, con esta jurisprudencia internacional, a la pretensión de los más poderosos medios privados mexicanos de que la libertad de expresión es absoluta. Es también un concepto compartido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Ahora un Tribunal Penal Internacional de las Naciones Unidas condena a Tharcisse Renzaho a una pena única de encarcelamiento de por vida por haber sido uno de los principales promotores del genocidio que al final dejó más de 800 mil muertos de las etnias tutsis y hutus en Ruanda.

El ex prefecto, arrestado en la República Democrática del Congo en 2002, por una orden internacional emitida por el TPIR, jugó un papel importante en el lanzamiento de la operación y hacia el final de la misma e hizo declaraciones que animaban a violar mujeres y niñas tutsi.

El ex gobernador y ex coronel del ejército también fue acusado de emitir mensajes radiales en los que solicitó a policías, soldados y milicias levantar barricadas para controlar, localizar y matar tutsis.

Los mensajes radiales en México siguen incitando al odio para terminar con una de las poquísimas opciones políticas que tenemos para salir de la trágica situación de violencia en la que nos ha sumergido el gobierno espurio.

¿Hasta qué dónde serían capaces nuestros medios privados de llegar para destruir el movimiento ciudadano? Es un hecho que el resultado de estas elecciones se debe en gran parte a los medios. Estos están enfilados a imponer a su candidato priísta Peña Nieto en 2012. ¿Qué harán en caso de que AMLO fuese el candidato con mayores simpatías para ocupar la presidencia? Aunque no podrían apelar a un odio entre etnias, sí podrían a través de calumnias y campañas auspiciadas por la oligarquía arreciar el odio y la denostación a AMLO, lo cual ahondaría la división y el enfrentamiento de la sociedad mexicana ya de por sí afectada en todos sentidos por lo que han hecho en su empecinamiento de destruirlo.

Es necesario detenerlos desde ahora.
La izquierda agotada
Luis Linares Zapata


Las pasadas elecciones se dirimieron sobre una enorme capa de tragedias: casi tres décadas de raquítico crecimiento continuado, violencia creciente que remata con una caída dramática del PIB en el primer semestre de 2009. Terrible situación que amenaza con extenderse más allá de lo previsible, contrariando los infantiles y tramposos pronósticos oficiales. La mayor debacle económica que se recuerde en el México posrevolucionario. Y, con este telón de fondo, cruento para millones de ciudadanos, la derecha, apeñuscada en su partido predilecto (PAN), mostró las debilidades que la caracterizan: nulo contacto y desprecio por las mayorías de abajo, visiones constreñidas a una clase social específica (los suyos), ignorancia y soberbia, ambiciones desatadas por enriquecerse y una inoperancia completa en el manejo de los asuntos públicos. Nueve años en posesión del Ejecutivo federal han sido suficientes para que esta derecha saque a relucir sus alebrestadas limitaciones.

Otro segmento de esa categoría sociológica derechosa se refugió en el verde ecologista, donde un clan de negociantes rapaces vende una imagen edulcolorada y mentirosa a todo el que se deje engatusar. Las pulsiones de la extrema derecha, constipada por la violencia del crimen, apuntalaron, con su voto, el talante intolerante que la describe a través de la historia.

Pero, ¿qué pasó con la izquierda? Quizá el conjunto mayoritario de los votantes, tal como mostraron en 1988 y en 2006 y sin duda acicateados por las tribulaciones, prestigios comprometidos y rampantes tonterías de sus agrupaciones partidistas, se desperdigaron en variadas direcciones. Unos, la parte sustantiva de los llamados independientes (sin partido), se quedaron en sus casas rumiando sus frustraciones. Otra parte sucumbió al interesado canto del voto nulo que entonaron, con ahínco y micrófonos abiertos, tanto críticos respetables como intelectuales orgánicos de los medios. El resto se decidió, con reticencias notables, por dar al PRI una oportunidad más.

El punto nodal de los errores de la izquierda se desató en su dispersión. No pudieron, por falta de talento y los pequeños odios e intereses personales de una parte de la burocracia perredista encumbrada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) presentar un frente unido contra sus debilitados y hasta torpes rivales. Se perdieron (chuchos) en una serie de escaramuzas contra el que les parece un guía autoritario, divisor y rasposo (AMLO). Frente a él trataron de definirse, auxiliados por cuanto vocero autorizado de la derecha encontraron. No hubo comentarista televisivo, locutor desmadejado o miembro conspicuo de la opinocracia nacional que no preguntara por el deslinde, que pidiera la aplicación del reglamento partidario que exige la expulsión del renegado. Y ellos, alegremente, saciando sus querellas, se entregaron a este triste pasodoble que terminó, ahora se ve con claridad meridiana, en sonoro fracaso.

Se perdió la oportunidad de presentar un frente unido, vigoroso, con ascendiente moral, opuesto a los desvaríos panistas y de la plutocracia. La crisis, sin embargo, es en verdad dañina y acumuló inmenso arsenal para la izquierda, que fue desaprovechado. El profundo malestar que se siente por todas partes, que recorre callejones con almas contritas, congela sonrisas otrora a flor de piel, atemoriza al más aventurado, paraliza la imaginación, nubla la vista del futuro y merma la esperanza, fue intencionalmente leído en forma desviada por propios y aliados. Se le confundió con un mero asunto electoral y, por eso, se levantó el vocinglerío pidiendo reformas de las reformas electorales. La relección fue entronizada, noche, día, mañana y hasta en la cena de postín, como la cura contra todo mal que aqueja a la democracia mexicana. También había, argumentan con autoridad sobajada, que restituir a los ciudadanos la libertad de expresión incautada. En realidad, un eufemismo para ocultar el pasado libertinaje en el uso y abuso de los medios electrónicos por parte de los grupos de presión. En el fondo, una intentona por recuperar la extraviada tajada de poder y los negocios mayúsculos perdidos.

Con su mermada, casi agotada, capacidad de maniobra, los chuchos se aferran al cargo y las prebendas. Serán un fantasma en busca de redención y calor. Seguirán, al menos por cierto tiempo, según narran los acuerdos poselectorales logrados, al mando de su fracción, muy desprestigiada por cierto. No saben ganar elecciones, ya sean propias o las de su partido. Pero tampoco visualizan la ruta adecuada a seguir y por eso su trasteo es fútil. La política no es, por esencia, según afirman estudiosos del tema, negociación constante. Es, en cambio, conducción organizada, visualización de metas y puertos de llegada, seducción de militantes, programas justicieros, elección de compañeros, identificación de rivales, movilización de recursos, prédica del evangelio propio, previsión de rutas alternas, solidaridad con el débil o el extraviado y otros asuntos adicionales que la desperdigada izquierda no pudo tejer para derrotar al adversario.

El discurso y el método de trabajo empleado por AMLO para levantar el formidable movimiento que pretende la transformación del país, su vida económica, cultural y política, parece que arrojan rendimientos decrecientes. Hay, por tanto, imperiosa necesidad de acondicionarlos a las necesidades del presente y, sobre todo, del futuro que nos aguarda, tanto en la profundización de la crisis venidera, como a sus posibles salidas. Los llamados a la esperanza que hizo de manera repetida López Obrador en su peregrinar por todos los rincones de esta atribulada nación exigen imaginar formas concretas, operables, circunstanciadas para hacerla comprensible y atrayente al mayor número de mexicanos. Es imperioso articular una estrategia interclases para abarcar sectores más vastos, la juventud en primer término. Los que ahora apoyan de manera decidida al movimiento y que emitieron su voto por la izquierda no son, ni de cerca, suficientes para ganar la próxima contienda. La tarea es ardua y el tiempo apremia.

Queda prohibido

¿ Qué es lo verdaderamente importante?,
busco en mi interior la respuesta,
y me es tan difícil de encontrar.

Falsas ideas invaden mi mente,
acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
aturdida en un mundo de falsas ilusiones,
donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
la violencia, el odio, la indiferencia,
se convierten en adorados héroes.

Me preguntas cómo se puede ser feliz,
cómo entre tanta mentira puede uno convivir,
es cada uno quien se tiene que responder,
aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:
queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.

Queda prohibido no demostrarte mi amor,
hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
inventarme cosas que nunca ocurrieron,
recordarte sólo cuando no te tengo.

Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando les necesito,
no ver que también nosotros somos distintos.

Queda prohibido no ser yo ante la gente,
fingir ante las personas que no me importan,
hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
olvidar a toda la gente que me quiere.

Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hacer mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.

Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
olvidar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
pensar que con su falta el mundo se termina.

Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita.

de Alfredo Cuervo Barrero