Marcela Gómez Zalce
02 febrero 2010
gomezalce@aol.com
• Narcomantas
• Las íes de Espino
No hay mayor fechoría, mi estimado, que perder el tiempo. Algo verdaderamente grave está ocurriendo en la cúpula del gymboree (con minúsculas) presidencial, en la esfera de disfuncionales federales y en el interior del gabinete de seguridad nacional.
A estas alturas de la accidentada guerra calderonista contra la organizada delincuencia, my friend, sólo hay un resultado innegable. Uno positivo y evidente: la descontrolada ola de violencia que con sangre pinta el Vive México oficial. Las escalofriantes cifras de muertos desencadenan una serie de análisis frívolos, simplistas y superficiales donde no se analiza la gravedad del fenómeno, la ausencia de una estrategia integral y la refulgencia de un estado fallido, que pese a pirotecnia operativa y mediática patentiza una espiral de terror sin fin.
Y documentando la falacia, la mentira y el disimulo del sonsonete de Felipe Calderón sobre los supuestos logros en contra de la caterva de traviesos, resulta que con la novedad, usted perdone… y los ex servidores públicos de Michoacán acusados por este (des)gobierno detenidos en una redada el 26 de mayo del 2009 por vínculos con La Familia —cártel que ahora le regala al irónico respetable simpáticas narcomantas colgadas en absoluta coordinación en tres estados solicitándole a la ciudadanía armar un frente común para acabar con Los Zetas— se les decretó libertad.
Putrefacto botoncito de politizar la justicia develando la maña federal de utilizar nexos con la maña para golpear electoralmente a los adversarios. El cinismo y la impunidad de Los Pinos y Bucareli en utilizar a la PGR como juguetito de estimulación temprana y aplicar el derecho del estado (con minúsculas) con fines electoreros y mezquinos intereses. Una vez más el fin justificando los medios y al diablo con las instituciones.
Todo enmarcado en el absoluto fracaso de la célebre guerrita para que las drogas no lleguen… pero al mercado de los Estados Unidos. Ahí donde además se cierran los jugosos negocios de la industria de la guerra. Ahí donde se gana billete y aquí donde se pierden vidas humanas.
Vergonzoso.
México peleando una guerra que no es suya. Nuestras fuerzas armadas poniendo los muertos además de ser exhibidas al desgaste sin un marco jurídico que las arrope y respalde para estar en las calles gracias a la estrepitosa derrota civil. El cacareado Plan México (AKA Iniciativa Mérida) no deja satisfacción alguna sino mostrar desenlaces de una mala copia de lo sucedido en Colombia, donde hoy nadie puede presumir exitosos resultados en la disminución de la producción y exportación de la droga.
Simula y ¿vencerás?
Y así, mientras Felipe viaja emocionado por el mundo (sideral) presumiendo logros y golpes al narcotráfico en Ciudad Juárez (y ni hablar de Torreón, yes?), masacran a jóvenes en una fiesta. Ciudad sin ley. Sin autoridad. Sin estrategia. Sin brújula. Abandonada la plaza y entregada a la jurisdicción para el imperio del organizado crimen. Y en el colmo de la magnífica estupidez de este (des)gobierno, mi estimado, que no entiende que no entiende la ciudad fronteriza es ejemplo de la discordia en el interior del gabinete de seguridad nacional. De la descoordinación en la esfera federal encargada de la… coordinación.
Chingón.
Nada como seguir enviando grandilocuentes señales (three fucking years later) de la ineficacia, ineficiencia, incompetencia y nulidad de la PANdilla y su (des)gobierno, donde hay un claro innombrable responsable del actual desmadre. Ese que arropado bajo el manto presidencial no entrega resultados pese a la exigencia del Congreso, de diversos sectores, de la ciudadanía y de los partidos. ¿O cuál será, según esta PANdilla, la labor que debe desempeñar el titular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal?
¿Acaso los resultados y el balance de los programas sociales, de las finanzas públicas, del sistema de salud y/ o de la diplomacia…? Porque para variar, la ingenua pregunta vuelve al epicentro del debate:
¿Cuántos muertos más necesita Felipe Calderón para un golpe de timón en su (fallida) estrategia…?
Por la mirilla
Atractivo el desplegado de Manuel Espino hablando de las cinco condiciones éticas que deben respaldar una eventual alianza en Oaxaca que coloca al PAN en la encrucijada de la mezcla de intereses, del amontonamiento de siglas y de acumulación de fuerza partidista. Espino, citando a Gómez Morín, afirma que no podemos consentir el bien mal hecho porque es peor que el mal y aniquila la esperanza.
Congruencia obliga.
gomezalce@aol.com
martes, 2 de febrero de 2010
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