Marcela Gómez Zalce
19 febrero 2010
gomezalce@aol.com
• Las íes de Clouthier
• Un divino virus…
El tamaño de un hombre, mi estimado, puede medirse por el tamaño de cosas que lo encolerizan. Curioso el comportamiento de la PANdilla en temas que son fundamentales para la ciudadanía, como lo es la inseguridad. Y el tema de Sinaloa no deja de ser atractivo botón, donde no hay más ley que la de su cártel que tan bien le ha ido en esta década azul donde hasta las primeras planas de la revista Time y en la lista de Forbes ha aparecido el revoltoso Chapo del sexenio y sus traviesos socios que se codean con la élite local, trastocando el despacho del gobernador Aguilar Padilla y su delfín, Jesús Vizcarra.
Tierra donde Manuel Clouthier detonó un misil que pegó en la línea de flotación de la ilustre estrategia de Calderón y su aventurada guerrita que de tumbo en traspié, my friend, fracasa estrepitosamente. El aguerrido diputado abrió fuego colocando las puntos sobre las íes sinaloenses ante la ola del estercolero que alcanza al gobernador que no mide la clásica del que se ríe se lleva, y el que se lleva se aguanta.
Y Clouthier pinta su raya abriendo fuego con puntuales señalamientos que calentarán la plaza… electoral tricolor, donde se impondrá al controvertido alcalde de Culiacán, quien desesperado contrata ya servicios de interesantes personajes para lavarle la cara de narco aparecida en una atractiva fotografía de la cual no se ha querido, perdón, podido sencillamente deslindar.
Y dinero… no mata realidad.
Como perfecto ejemplo está el caso, cuatro años después, de Pasta de Conchos, donde por la negligencia criminal de Grupo México 65 mineros murieron en una explosión desencadenando una inédita persecución política-policiaca en contra de su líder Napoleón Gómez Urrutia por parte de Germán Larrea, su ilustrísimo despacho de abogados —que por cierto quiso pasarse de lanza presionando para quedarse con el pastel del SAT— y las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Hoy que se cumplen cuatro años de que las viudas esperan recuperar los cuerpos de sus deudos, la atinada genialidad de este (des)gobierno anuncia, a través del mismo despacho de abogados, que los mineros de Cananea deben desalojar la mina, plegarse al finiquito de la empresa y olvidarse de su legítimo derecho a huelga pisoteado gracias a la eterna complicidad de las autoridades y este (des)gobierno que tanto escupe simulados discursos de justicia.
Hoy Pasta de Conchos es tema internacional. Asunto que de la mano de Cananea está en el epicentro de la preocupación y ocupación de poderosos sindicatos y de la misma CIDH, que recibe la queja sobre la violación a los derechos humanos de los mineros.
Hoy que comienza el XI Foro Nacional Minero Por la Defensa al Derecho a la Huelga en Cananea con la presencia de varias organizaciones internacionales.
Hoy, aunque no lo parezca, el sindicalismo cierra filas ante el desdén, la arrogancia y la cobijada impunidad que rodea a Grupo México y su filial Americas Mining Corp. y a Southern Copper Corp., que recibieron demandas por parte del poderoso sindicato de los USW en Phoenix por la indolencia corporativa y el abandono en las medidas de seguridad que desataron la tragedia que enluta a los mineros pese a recomendaciones, denuncias y exhortos de distintas organizaciones para que se aplique la justicia a secas.
Esa justicia que ni de broma aparece para los mineros de Pasta de Conchos y de Cananea. Para las familias que perdieron a sus hijos en Ciudad Juárez, para las madres que vivieron el horror de conocer los detalles de la muerte de sus niños embodegados en una guardería del IMSS en Hermosillo, Sonora.
Esa justicia que pinta de cuerpo entero, my friend, dónde están los verdaderos intereses del (des)gobierno de Felipe Calderón.
Por la mirilla
Algún extraño virus debe atacar al vocero de la arquidiócesis (con minúsculas) Hugo Valdemar, que sufre de original incontinencia verbal y escrita haciendo delicadas acusaciones comparando la capital con… Ciudad Juárez (?), ahora con el curiosito caso del asesinato del párroco José Luis Parra, hecho que fue denunciado por su acompañante Ulises Amado Almicar, de 21 años y empleado del Sagrario Metropolitano… cinco horas después y con un sugestivo cúmulo de contradicciones. Eso, además, of course, de simpáticas llamadas de Norberto Rivera con autoridades capitalinas y del Estado de México… lugar donde abandonaron la camioneta —que presuntamente se iban a robar— y el cadáver.
Valdemar debería ser más prudente en sus juicios a priori, no vaya a ser uno de esos líos de faldas… pero largas.
¡Adiós!
gomezalce@aol.com
viernes, 19 de febrero de 2010
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