La redacción
MÉXICO, D.F., 11 de febrero (apro).- ¡Usted no es bienvenido a Ciudad Juárez!, ¡No le puedo dar la mano! le gritó Luz María Dávila al presidente Felipe Calderón quien visitó este punto fronterizo 12 días después de la masacre de 15 jóvenes a los que acusó de pandilleros.
La señora Dávila, madre de Marcos, uno de los asesinados, le exigió a Calderón que se retractara de su señalamiento y que se hiceira responsable de ubicar a los asesinos "hastya debajo de las piedras".
Antes, un grupo de cinco mujeres, entre ellas la madre de otro de los jóvenes acribillados por un comando, le dieron la espalda al presidente mientras este daba su discurso en el que presentó "la más sentida de las disculpas" por haber declarado desde Tokio, Japón, la semana pasada, que la masacre en la colonia Villas de Salvarcar se debió a un pleito de pandillas.
"Cualesquiera que hubieran sido mis palabras les dije que les ofrecía la más sentida de las disculpas, si cualquiera de esas palabras hubiera ofendido la memoria de sus hijos", manfiestó Calderón al iniciar la reunión que las autoridades denominaron "Todos somos Juárez, reconstruyamos la ciudad"
En una visita realizada en medio de extremas medidas de seguridad, Calderón dio a conocer, a tres años de su gobierno, un plan de rescate para Ciudad Juárez, que como lo había planteado en días recientes va más alla de lo policiaco e incluye medidas de orden social y educativo.
Pasado el mediodía, activistas y estudiantes chocaron con policías estatales, federales y militares quienes les impidieron a los jóvenes bloquear el lugar al que llegaría Calderón.
Algunos de los manifestantes portaban tapabocas y al ser repelidos por las fuerzas de seguridad se tiraron al piso de donde también fueron retirados.
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