viernes, 22 de enero de 2010

EDITORIAL

EDITORIAL
De los engendros de la Democracia.
Al grito de viva la Democracia, y con la imperiosa necesidad de ser legitimado; el PAN (léase don Felipe Calderón) jugándose el todo por el todo, condiciona su alianza con el PRD que, necesitando desesperadamente revivir, seguramente aceptará ir de la mano con quien hasta el momento no ha reconocido como Presidente legítimo.
Y sin duda aceptará candidatos que no sean gente de López Obrador. Metiendo en una verdadera bronca a don Marcelo, quien hasta ahora ha capoteado con fortuna los fuertes vendavales. Habrá que ver más adelante si puede seguirlos capoteando sin tomar directamente una posición.
Pero semejante engendro revestido de evidente traición ideológica desde todos los puntos de vista que se vea, el tabasqueño bien lo podrá tomar como pretexto para que, obligado por las circunstancias, defina su posición partidista.
Y todo esto, a sabiendas de que la Democracia en México es una farsa, y del riesgo de los fraudes electorales está presente. Pues quien la hace dos veces, no se tienta el corazón para hacerla de nuevo.

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