domingo, 28 de marzo de 2010

La guerra contra (algunas de) las drogas

Noam Chomsky

Un sustituto para el Imperio del Mal que está desapareciendo ha sido la
amenaza de los narcotraficantes latinoamericanos. A principios de setiembre de
1989, una gran campaña gubernamental en los medios fue lanzada por el
presidente. Ese mes los cables de Associated Press transmitieron más noticias
acerca de drogas que acerca de América Latina, Asia, el Medio Oriente y África
juntas. Si se miraba la televisión, cada noticiero tenía una gran sección sobre como
las drogas estaban destruyendo nuestra sociedad, convirtiéndose en la mayor
amenaza a nuestra existencia, etc.
El efecto en la opinión pública fue inmediato. Cuando Bush ganó la elección
del 88, la gente decía que el déficit presupuestario era el mayor problema que
encaraba el país. Solo un 3% mencionó las drogas. Después de la campaña de los
medios, la preocupación por el presupuesto estaba mucho más abajo y las drogas
se habían elevado hasta el 40-45%, lo cual es altamente inusual para una pregunta
abierta (en la cual no se sugieren respuestas).
Ahora, cuando algún estado cliente se queja de que el gobierno de EE.UU.
no le está enviando suficiente dinero, ya no le dicen: "lo necesitamos para detener a
los rusos" —sino, "lo necesitamos para detener el narcotráfico". Como la amenaza
soviética, este enemigo provee de una buena excusa para la presencia militar
dondequiera que haya actividad rebelde u otros disturbios.
Así pues, internacionalmente "la guerra contra las drogas" provee una
cobertura para la intervención. Aquí [en E.E.U.U.] tiene poco que ver con las
drogas pero ayuda a distraer a la población, aumentar la represión en las ciudades,
y construir una base para poder atacar las libertades civiles.
Esto no quiere decir que el "abuso de substancias" no sea un problema serio.
En el momento en que fue lanzada la guerra contra las drogas, las muertes por
causa del tabaco estaban estimadas en alrededor de 300.000 al año, y otras 100.000
debidas al alcohol. Pero estas no son las drogas a las que la administración Bush
apuntaba. Perseguía las drogas ilegales, que han causado muchas menos muertes
—poco más de 3500 anuales— de acuerdo a los datos oficiales. Una razón para
perseguir estas drogas es que su uso ha estado declinando en los últimos años, así
la administración Bush podía predecir con seguridad que la guerra contra las
drogas tendría éxito", reduciendo el uso de las mismas.
La administración apuntaba también a la marihuana, que no ha causado
ninguna muerte conocida entre sus 60 millones de usuarios.
De hecho, ese ataque ha exacerbado el problema de las drogas muchos
consumidores de marihuana se han pasado de esta droga relativamente inocua a
otras más peligrosas como la cocaína, las cuales son más fáciles de disimular.

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