domingo, 28 de marzo de 2010

EL MONTERREY DE LÓPEZ DÓRIGA

15 Diario.com
Nora Carolina Rodríguez
“La verdad es que yo no sé en qué momento Monterrey entró en la vorágine de violencia y caos en la que está hundida, y con ella cientos de miles de regios de bien. Hablo de la ciudad más industriosa del país, con la gente más empeñada en salir adelante, donde todo ha florecido al punto de ser un modelo aspiracional, tanto que ellos mismos determinaron su marca, regio, que más que un gentilicio es una actitud. ¿Qué hacer cuando la delincuencia del narcotráfico se ha apoderado de una plaza y esa plaza es nada menos que la segunda ciudad más importante del país? ¿Es éste el símbolo de la derrota del Estado mexicano y, con él, de la sociedad toda? Si la delincuencia ha hecho lo que ha hecho con una ciudad de esa magnitud, ¿qué hará con otras menores y poblaciones olvidadas de la mano de Dios? No sé cuál sea la solución. Pero sí sé que la situación no puede dejarse como está, en caída libre. Y no lo podemos permitir, seamos o no regios. Porque si Monterrey cae del todo, el país, todo, le seguirá."
Joaquín López Dóriga,

Respuesta a Joaquín López Dóriga
Estimado Joaquín:
En realidad ni te conozco, menos te voy a estimar. Mira, si conocieras la historia de Monterrey, no usarías tan a la ligera esos adjetivos acerca de la industriosidad, del modelo para seguir adelante, y esas cosillas. Si supieras que el capitalismo se asentó desde hace muchísimo tiempo en nuestra ciudad, en nuestra entidad, si tuvieras claro que el modelo neoliberal es el que inspira a los forjadores de nuestro dizque gran progreso, y si estuvieras de acuerdo en que esto representa la explotación irracional de los seres humanos, pues entonces trataría de medir mejor tus expresiones acartonadas.
Monterrey siempre ha sido una plaza caliente. Siempre se ha disputado la posibilidad de exprimir a obreros y empleados. Siempre ha sido un lugar nada árido, nada abandonado, un lugar rico pero en capitales. Y como bien sabemos, los capitales están en manos de unos cuantos, y lo digo en masculino. El capital no se comparte, no se reparte, ni es para discutirse. El capital es de los capitalistas, y si hoy los capitalistas son los que invierten sus ganancias -de donde provengan- para blanquear el dinero, a quién le importa. Si eso va a generar empleos, aunque sea en empresas fantasmas que duran un suspiro, si eso va a redituarles ganancias a quienes lo blanqueen, el capital es el capital. La explotación sigue y seguirá siendo la explotación. Que hoy se quedan sin trabajo nosecuántos obreros, no importa, nunca ha importado, no veo la diferencia de si el dinero es de los garzasadas, zambranos, guzmanleyvas, beltranleyvas, osielescarrillos, garzalamadres, o lo que sea.
¿Qué sabes tú de maquiladoras con tres turnos, qué sabes tú de obreros y obreras saliendo de su chamba a las 2 de la mañana, que al dirigirse a sus casas son extorsionad@s por las policías, qué sabes tú de niños y niñas que se han quedado en la orfandad y en el pasmo perdiendo a padres o hermanos a punta de metralleta delante de sus ojos?
Mira, tontín, si Dios existiera no tendría compasión de los que maltratan a los seres humanos, de los que son capaces de torturar, decapitar, matar inocentes; no tendría medida para castigar, con varas y cuartas a quienes actuasen de tan pésima fe (y forma) contra su prójimo. Tu labor televisiva es la de desinformar, la de confundir, la de perogrullar, la de decir estupideces y cuestionar si el estado mexicano está derrotado. Eso ya ni se pregunta. Es obvio. Por ahí puedes continuar, no te has dado cuenta que siendo cómplice del espurio y de los Azcárraga, tú y ellos han ido sumiendo al país (nuestro país) en la ruina y desolación.
Si por decir burradas te pagan, pues por ahí dale, la sociedad toda está despertando y está cuestionando qué tiene esto que ver con tu tal Dios y qué responsabilidad tienen los dirigentes usurpadores. Y ten cuidado, retontín, porque el panorama puede revertirse contra ti y los capitalistas, sean éstos blanqueadores de dólares o inversores ingenuos.
Las cosas se están poniendo bastante difíciles y el pueblo no puede aguantarse toda la vida. Yo que tú, mejor me callaba (o me abstenía de decir burradas).
Nora Carolina Rodríguez

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