jueves, 11 de marzo de 2010

FELIPE Y SU WATERLOO

Marcela Gómez Zalce
11 marzo 2010
gomezalce@aol.com
• Fernando y sus flotis
• México kafkiano
Lo que empieza en cólera, mi estimado, termina en vergüenza. Asombrosa la caída libre que se registra en la arena política. El capítulo del martes en el coloso de San Lázaro palideció ante el capítulo de ayer donde se soltaron el chongo y enseñaron de qué están hechos esas lacras legislativas que, antes que nada, viven de nuestros impuestos… de los mismos que con una mano en la cintura decidieron aumentarlos en plena crisis (que vino de fuera) a cambio de un frívolo pacto electoral que se ha convertido en el Waterloo de Felipe Calderón.
Porque no hay que hacerse muchas bolas, el responsable de esta descomposición política es Calderón Hinojosa, quien ha fungido como presidente de una PANdilla dictando línea en todos los campos de Acción Nacional. En el colmo de la risa histérica, el cadáver de Bucareli se atreve a declarar en la mañana que el arreglón PRI-PAN fue por motivos de gobernabilidad y horas después se desata la espectacular madriza protagonizada por César Nava y Sor Beatriz con su horda de valientes cínicos que se acusaron en la máxima tribuna de mentirosos y asesinos en una ola de descalificaciones, pintando el escalofriante contexto que avanza hacia una crisis constitucional de pronóstico reservado.
En el (des)gobierno hace agua Fernando Gómez Mont como responsable del diálogo, pasando por el presidente del partido en el poder (del evidente no poder) haciendo escala en el gymboree (con minúsculas) presidencial y su emocionado jefecito que no puede quejarse de la tormentosa adversidad promovida, avalada y generada gracias a ese talento para destruir tejidos, acuerdos y puentes en escasos 39 meses de ser entronizado, por la vía de un divertido acuerdo político, según denunció César Augusto Santiago.
Revelación, my friend, que en cualquier país debería ser el epicentro del debate, de puntualizaciones y de explicaciones sobre lo sucedido tras bambalinas en la controvertida elección del 2006. El PRI aventando su resto para salvar cara de su distintiva y lunática manera de hacer política (ficción), encabezada por Sor Beatriz, que ha arrastrado a ese partido al descrédito y al despeñadero.
Y para despejar dudas sobre quién se faja los pantalones, surgió el reto para debatir el insigne acuerdo que llegó hasta el polígrafo para que el pasmado respetable conozca quién miente.
Chingón.
Todavía estas lacras creen que los mexicanos somos unos imbéciles que no distinguimos a estas alturas del putrefacto partido que en este mierdero todos han mentido. Y peor aún, algunas de estas insolentes lacras fueron protagonistas de la entretela del 2006 y amenazan a Felipe Calderón con sacar los trapitos al sol del little black book electoral, herida que aún sangra en el ánimo político-social.
El peligro de la ruptura es inminente y la granada deschavetada no ha tocado fondo… sobre todo porque en las formas, los priistas le han declarado la guerra (¡¿otraaaa?!) a Calderón & his dumb squad que ya hacen la tarea en juntar el parque necesario para emparejar el marcador mientras México se paraliza y polariza.
Hoy el batidillo mediático sobre la repartición de culpas vale madres. La ciudadanía hizo ya un juicio del cochinero que salpica y fractura a la élite política. La atractiva pregunta es: ¿quién levantará el tiradero? A escasos meses de la jornada electoral y en medio de la desastrosa aventura bélica de Felipe, ¿qué pasará el día después de la elección? La simpática idea de que el PRI termine con importantes victorias sugiere un delicioso coctelito para ajustar cuentas pendientes.
Las mismas que ya siguen su curso en el Coliseo San Lázaro, desde donde los priistas pondrán a este (des)gobierno y su PANdilla en sugerentes aprietos.
Marzo y sus aires se antojan aciagos. La actual disgregación de la gobernabilidad tiene causas… y efectos que al parecer no están sopesando ni midiendo. En tan sólo unos días la iglesia (con minúsculas) mexicana quedó manchada por el execrable escándalo de pederastia, excesos y abusos. El secretario de Gobernación flota sin flotis en un mar de estiércol. El puntero en las encuestas se despeina, se desinfla y se despluma, perdón, desploma. El PRI y la PANdilla en plena madriza y ésta última, además, se da el lujo de fajarse en público con un deslucido PRD que no calienta una taza de té.
Y haciendo honor a Kafka en un país lleno de pobreza, desigualdad y carencias, Forbes anuncia que el mexicano Carlos Slim es el hombre más rico... del mundo. Doblemente chingón.
gomezalce@aol.com

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