EDITORIAL

Año 8, número 3246Domingo 31, enero del año 2010
Un asunto sospechoso.
La desconfianza que la gente ha mostrado hacia la vacunación gratuita contra la influenza (que comenzó siendo porcina y acabó con nombre de asteroide) traducida en que muchos no dejan que se les aplique, ni aunque la oferten a 2X1, y como consecuencia el Gobierno nada más no haya el modo de deshacerse de lo que en el futuro podría ser una evidencia de delito.

Ya que si en otras naciones se ha suspendido su aplicación y se ha sabido de su ineficacia y serios efectos secundarios, no sería extraño que en un futuro aquí sucediera lo mismo.

Aunque nuestros hábiles gobernantes ya se curaron en salud declarando que han encontrado vacunas pirata en el mercado y que hay que tener cuidado al adquirirlas (como si las personas pudieran distinguir si son piratas o no)

Y además de que también dieron a conocer que algún lote había sido mal manejado por parte de la propia Secretaría de Salud y las vacunas se habían echado a perder (y hasta responsables encontraron de ello)

Pero que a pesar de ello vayan a distribuir las vacunas en las farmacias particulares "Van a ser 215 mil dosis iniciales para que se puedan ¡vender! o aplicar en farmacias o por médicos particulares", según dijo el propio doctor Córdova Villalobos, hace el asunto todavía más sospechoso.

Auque quizás ahora que ya se pueda vender en las farmacias y represente alguna utilidad económica, algunos médicos que antes recomendaban que se no aplicara, cambien de opinión y ahora hasta la recomienden y por fin nuestros gobernantes se puedan deshacer “del máiz podrido”, como dicen en el Pueblo.

Al fin y al cabo que en este mundo tan humanizado y seguidor de dioses y sus probos representantes, la caridad se reviste de propaganda, la Justicia se vende y el negocio está antes que la salud.