Calderón tiene la solución en contra del crimen organizado
La resolución 1373 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es clave para la Procuración de Justicia en México y no hay necesidad de “escudarse detrás de los ciudadanos”
Declaraciones de Fray Raúl Vera López, Obispo de la Diócesis de Saltillo,
después de la reunión de Felipe Calderón con religiosos de México
Saltillo, Coahuila, 5 de agosto del 2010
El Señor presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa ahora evidencia los huecos enormes que tiene la estrategia que encabeza contra el crimen organizado. Ahora pide que nosotros hagamos la chamba que durante todo su régimen no ha hecho.
Uno de esos huecos es la debilidad de su estrategia en la procuración de justicia y prácticamente ahora dice que nosotros hagamos lo que no hace en esa área.
Porque la estrategia del Señor Presidente se ha fincado en un ataque frontal, de carácter bélico, en donde el principal actor es el Ejército, el cual está preparado para matar al enemigo, no para investigar, como el caso de Nacho Coronel, en donde al matarlo mandaron a la tumba los expedientes, la información que tenía. Caso parecido al de Arturo Beltrán Leyva en diciembre pasado.
Contrario a esto, existe un ejemplo claro sobre lo que significa recuperar la riqueza de la información para deshacer la articulación del crimen organizado, como es el caso de Osiel Cárdenas a quien una juez le acaba de dar, por acuerdo del Gobierno Federal de Estados Unidos, sólo 25 años de cárcel, después de que los cálculos que se hacían de su condena correspondían a la cadena perpetua, pero ¿a cambio de qué se le redujo la pena? a cambio de información; seguro que el señor Cárdenas dio toda la información de los nexos que tiene su cártel, quiénes están en toda esa red de implicaciones, no sólo del gobierno federal y de los gobiernos estatales y municipales, sino también de las empresas, instituciones financieras que les lavan el dinero.
Y ahora el Señor Presidente a nosotros nos quiere echar el paquete de que parchemos su estrategia y hagamos las veces de Ministerio Público, de jueces, de detectives y de policías, cuando el gobierno no ha hecho un trabajo de investigación y de procuración de justicia para que se descubran las articulaciones y colaboraciones que existen desde dentro del Estado Mexicano con el crimen organizado, trátese del Poder Legislativo, del Poder Ejecutivo, de los gobernadores o del sistema de procuración de justicia y los grupos de seguridad.
El Señor Presidente puede pedir al Congreso denunciar ante las Naciones Unidas como grupos terroristas a los cárteles mexicanos pues ya están utilizando terrorismo, de este modo se aplicaría a ellos la resolución 1373 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (tomada el 28 de septiembre del 2001).
Dicha resolución especifica que si un estado identifica a un grupo como terrorista, cuenta con la colaboración internacional para congelarle las cuentas directas e indirectas y confiscarles todas sus propiedades. El estado donde están los grupo terroristas se obliga, por un acuerdo internacional, a enjuiciar a quienes colaboran con los terroristas en el orden financiero y, además, el estado donde están los grupos terroristas se compromete, ante la comunidad internacional, a no prestar ninguna protección a los terroristas.
De este modo, el Presidente puede obligar a los partidos políticos a investigar y denunciar a sus miembros que han recibido dinero del narcotráfico para sus campañas y también el señor Presidente se puede apoyar en este acuerdo internacional para que se separe de sus funciones y se juzgue a todo funcionario público que, en los distintos niveles de gobierno y en la procuración de justicia y en los cuerpos policíacos, proteja al crimen organizado.
También (señor Presidente) se ampara así en la comunidad internacional para agarrar a los capos, para decomisarles su dinero, para desmontar la protección que en la estructura interna del Estado Mexicano tiene el crimen organizado. Él tiene en sus manos la solución a esta situación tan grave. Que no se quiera escudar detrás de los ciudadanos.
La guerra del Señor Presidente es una guerra en donde está ausente la procuración de justicia, está ausente una persecución seria del lavado del dinero, y está ausente una persecución seria de los funcionarios públicos que en los diferentes niveles de gobiernos están coludidos con el crimen organizado.
El procurador general de la República, Arturo Chávez Chávez; el presidente Felipe Calderón Hinojosa; el arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, y el arzobispo primado de Mexico, Norberto Rivera Carrera, durante el Diálogo por la seguridad. Hacia una politica de Estado, en el Casino Militar del Campo Marte Foto Francisco Olvera
No hay comentarios:
Publicar un comentario