martes, 15 de diciembre de 2009

SALARIO MÍNIMO, PARA VIVIR PEOR

Alberto Aziz Nassif
El indicador del salario mínimo es una referencia fundamental para los trabajadores, representa el piso de los ingresos y fija el valor del trabajo en cualquier país. En México el salario mínimo es una expresión que acumula una gran pérdida. El poder adquisitivo del salario se ha deteriorado año con año y las familias tienen menos recursos. 2010 no será la excepción.
En otros países el aumento salarial ha sido la base para empezar a modificar la grave concentración del ingreso que padece América Latina.
Por ejemplo en Brasil, al contrario de México, la política salarial en esta época de crisis se ha convertido en un importante estímulo para fortalecer el mercado interno y frenar los efectos más graves de la falta de crecimiento. El consumo interno en Brasil se ha ampliado y para ello el aumento al salario mínimo ha sido una pieza clave. También en los últimos años los beneficios de estos aumentos al salario mínimo han contribuido a disminuir la desigualdad del ingreso. Los países que más rápido se han empezado a recuperar de la crisis han puesto en operación políticas que impulsan el salario y estimulan sus mercados internos. En México se hace todo lo contrario, se debilita año con año el salario y el mercado interno se fragmenta y se adelgaza.
Nuestro país tiene una fórmula muy negativa para el establecimiento del salario. Las piezas que intervienen en esa decisión están cargadas hacia una parte y no existen contrapesos, ni una auténtica negociación. La expresión de este desequilibrio es resultado de un ejercicio muy concentrado del poder y de un mal diseño institucional. Por una parte, el gobierno decide los aumentos por debajo de sus expectativas de inflación; luego viene la instancia que procesa la decisión: la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, una burocracia que nos podríamos ahorrar. El resultado se expresa en un salario cada vez más deprimido. El sindicalismo independiente no tiene la fuerza necesaria para influir en las decisiones salariales, así que las viejas piezas del corporativismo, a pesar de su debilitamiento, siguen siendo el respaldo del gobierno. En suma, una ausencia de negociación es la base de acuerdos en donde el salario mínimo pierde la batalla año con año. La fórmula lleva a un círculo vicioso del que no se puede salir mientras se mantengan las mismas reglas.Se necesita un cambio de modelo económico que deje atrás el salario bajo como política ancla y, al mismo tiempo, es urgente cambiar el perfil institucional para definir la política salarial. Por ejemplo, que sea decidida dentro de un organismo con autonomía que dependa del Congreso de la Unión.
Se ha demostrado que los programas sociales de transferencias monetarias, como Oportunidades, sólo logran atenuar de una manera muy frágil la desigualdad; una prueba son los 6 millones de nuevos pobres que tendrá el país. Una ruta nueva tiene que plantearse a partir de una redistribución del ingreso, en donde una recuperación progresiva del salario sería fundamental. Además, la deteriorada situación salarial se agrava después de una crisis como la que hemos padecido este año. Crisis en donde se han perdido muchos empleos, que según el Banco de México, llegarán en este año que termina a unos 425 mil asegurados menos en el IMSS. La previsión para el año entrante es que se crearán entre 300 y 400 mil nuevos empleos formales, con lo cual no se alcanzará ni a recuperar la pérdida del 2009.
El salario mínimo de 2009 en la zona más alta del país es de $54.80 pesos diarios, $1,644.00 pesos al mes. En estudios recientes se ha calculado que la población económicamente activa es de 42 millones, de los cuales un 12% (más de 5 millones) ganan el salario mínimo, otros 8.8 millones ganan de uno a dos salarios y otros 9.2 millones de dos a tres salarios mínimos. Si el aumento para 2010 es similar al de este año, entre 4% y 4.5%, ($65.00 ó $73.00 pesos al mes), es decir, un poco más de dos pesos diarios. Ese es el panorama que le espera a más de la mitad de la población económicamente activa para el próximo año. Con esta caída salarial crecerá más la pobreza y la desigualdad y el país seguirá por la ruta equivocada. Además, el diminuto aumento salarial de 2010 será comido de forma inmediata por los incrementos de precios y de impuestos. El Banco de México ya estableció que la inflación para 2010 estará entre 4.75 y 5.25%. Otra vez el salario por debajo de la inflación. Al contrario de la mercadotecnia de este gobierno, el salario mínimo para 2010 será para vivir peor.Investigador del CIESAS

No hay comentarios:

Publicar un comentario