martes, 17 de noviembre de 2009

OTRA DE LAS GRANDES INJUSTICIAS DE LOS GOBIERNOS PRIANISTAS

SOLO LES DARAN $1,742.42 ANUALES A c/u DE LOS 172,000 EXBRACEROS EN 2010 (un centavo diario) REGISTRADOS EN 2008-2009.

PORQUE YA LES SACARON TODA LA SANGRE Y YA NO SON RENTABLES POR VIEJOS Y DECREPITOS, AL FIDEICOMISO DE APOYO SOCIAL A EXTRABAJADORES MIGRATORIOS MEXICANOS 42-64 NO LE FUE MODIFICADO EL PRESUPUESTO ENVIADO POR EL EJECUTIVO FEDERAL PANISTA DE SOLO 300 MDP.

NUESTROS REPRESENTANTES EN LA H.H.H.H.H.H.H. CAMARA DE DIPUTADOS SOLO LE OTORGARON LOS 300 MDP PARA EL EJERCICIO FISCAL DE 2010 Y CADA UNO DE LOS 172,000 EXBRACEROS QUE CUMPLIERON CON LOS REQUISITOS DEL REGISTRO SOLO RECIBIRAN LA FABULOSA CANTIDAD DE $1,742.42 (Un Mil Setecientos Cuarenta Y Dos Pesos con Cuarenta y Dos Centavos) ANUALES. ES DECIR RECIBIRAN $0.01010 DIARIOS.

EL GOBIERNO FEDERAL SE UFANÓ EN DIFUNDIR LA GRANDIOSA LISTA DE 116,462 PAGOS DE $4,OOO PESOS ($10.00 DIARIOS) PARA EL 2009, AHORA QUE LES DIRAN CUANDO CONOZCAN QUE EL GOBIERNO FEDERAL SOLO LES PAGARA "Un centavo diario" POR SU VALIOSA COOPERACION EN UNA GUERRA QUE NO ERA SU GUERRA.

YA CONOCEMOS LAS VOTACIONES EMITIDAS EN LA CAMARA DE DIPUTADOS Y TAMBIEN HAY QUE RECORDAR QUE LOS EXBRACEROS O SUS VIUDAS SON JEFES DE FAMILIAS CONSERVADORAS. FAMILIAS QUE CONSTAN HASTA DE 15 HIJOS, MAS SUS CONYUGES E HIJOS Y NIETOS.

LOS EXBRACEROS, Y LOS HIJOS DE LOS EXBRACEROS Y LOS HIJOS DE LOS HIJOS DE LOS EXBRACEROS TAMBIEN MANDAN MUY SUSTANCIALES REMESAS Y AUN ASI NO FUE CONSIDERADO EN SU IMPORTANCIA ESTE RUBRO DE LOS EXBRACEROS.

¡¡¡ LOS EXBRACEROS DEL 42 AL 67 EXIGIMOS JUSTICIA !!!

¡¡¡ NO ES LIMOSNA LO QUE PEDIMOS,
EXIGIMOS RESPETO A UN ACUERDO PRESIDENCIAL !!!

MARTHA SUAREZ CANTU
Presidenta del
Frente Nacional de Organizaciones Braceroproa, A. C.

ANTECEDENTES
Durante veintidós años (de 1942 a 1964) varios millones de mexicanos laboraron en Estados Unidos de América en condiciones de explotación y en ocasiones de discriminación.
Hablar de la historia de los braseros es hablar de vejaciones, abusos, racismo, que desafortunadamente se prolonga hasta nuestros días.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos propuso a México un acuerdo de trabajo migratorio temporal para cubrir su necesidad de mano de obra para la producción agrícola, mientras los campesinos estadounidenses eran reclutados para el conflicto bélico mundial.
En Agosto de 1942, los dos gobiernos celebraron y firmaron el primer convenio de braseros vigente, solamente hasta 1946; pero como consecuencia del gran negocio que significaba pagar mano de obra barata, se siguieron celebrando convenios similares a lo largo de veintidós años, hasta 1964.
Aunque los convenios de trabajo, en teoría eran favorables para los trabajadores mexicanos, en la práctica era objeto de todo tipo de abusos. Con estos convenios, Estados Unidos de América contrató a cuatro millones seiscientos cuarenta y seis mil ciento noventa y nueve braseros mexicanos. En el primero convenio se estipulaba, a propuesta del gobierno mexicano, que a cada brasero se le descontara el diez por ciento de su salario, como garantía de que regresaría a México, pero la historia de los braseros cobra vigencia por su reclamo de que le sea devuelto el dinero que les descontaron de sus salarios y también por todo el contexto en que se da el debate que hay entre los dos países en torno a este tema.
Es una historia de indefensión, de indiferencia de gobiernos pasados, presentes y de indolencia de la sociedad mexicana que nunca protestó, incluyendo a los gobiernos actuales.
Desde 1999 los ex braseros y sus familias han estado demandando a los gobiernos de México y Estados Unidos la devolución de su dinero más los intereses que se han generado en casi sesenta años.
Después de más de medio siglo, se sabe que tales descuentos, en realidad, fueron utilizados por el gobierno mexicano para otros fines.
Aún en este sexenio, el gobierno se niega a reconocer la deuda histórica que tiene con los braseros mexicanos, aquél diez por ciento que les descontaba de su salario para un fondo de ahorro más intereses fue depositado en los bancos estadounidenses o el Fargo Bank of America para después ser transferido a México a los Bancos Nacional de Crédito Agrícola, que después se convirtió en BANRURAL y al Banco de Ahorro Nacional.
Para sustentar lo anterior, aquí una carta que en aquél tiempo fue enviada al Presidente de la República en donde le informaban de la situación de dichos depósitos y que para ellos era preocupante.
Con fecha seis de Febrero de 1947, el Director General del Banco Nacional de Crédito Agrícola, José María Dávila, envió oficio al Presidente de la República, Miguel Alemán, que decía lo siguiente, para que se entienda la gravedad del asunto:
“Señor Presidente:
“Me permito informar a usted sobre la situación actual de este banco, misma que impide cualquier explicación de las operaciones de esta institución, el cual coloca a estas operaciones en condiciones de inferioridad con respecto a las practicadas en el año anterior.
“Quiero informarle que merece especial atención el hecho de que exista un pasivo de doce millones de pesos, aproximadamente, de fondos destinados al pago de los ahorros de los braseros que van a trabajar a los Estados Unidos de América y que se depositan en este banco para entregarlos a los interesados, es decir, a los braseros, a su regreso.
“El origen de este pasivo es que tales depósitos fueron invertidos en las operaciones normales de esta institución, es decir, en créditos de avío y refacción con plazos máximos de recuperación de dieciocho meses y cinco años, respectivamente, inversión que coloca a nuestra institución en una condición muy desfavorables, pues ese dinero está invertido incorrectamente.
“Como consecuencia de las operaciones a que se ha dedicado su recuperación a largo plazo, es imposible que puedan afrontarse con soltura las demandas de pago de los braseros que regresan y que significan una necesidad de ochenta mil pesos diarios, aproximadamente, para cubrir estos depósitos.
“Esta partida de pasivo es la que lesiona más en estos momentos la situación financiera de esta institución y origina la restricción de las operaciones a que me estoy refiriendo.”
Como podrán ver, en su momento, el gobierno mexicano, a través de sus bancos, recibió los fondos enviados desde los Estados Unidos de América, correspondiente al diez por ciento descontado de los salarios que recibían los trabajadores mexicanos, me pregunto: ¿Dónde está ese dinero? A continuación, les voy a dar otro dato:
Según informes que se tienen en la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, las instituciones bancarias recibieron, solamente, del diez por ciento de los ahorros de los braseros, generados entre 42 y 45, las siguientes cantidades (Datos del Banco del Ahorro Nacional en dólares): de 1942 a 1943 se recibieron novecientos veinticuatro mil seiscientos sesenta y ocho mil dólares; en 44, seis millones doscientos setenta y dos mil ochocientos cuarenta y cuatro; en 45, nueve millones cuatrocientos tres mil quinientos ochenta, haciendo un total de dieciséis millones seiscientos un mil noventa y cuatro millones de dólares.
Al tipo de cambio de cuatro ochenta y cinco (de esa época) por dólar, equivale a una cantidad de ochenta mil quinientos quince mil trescientos cinco pesos; desde luego, estos son datos del Banco de Crédito Agrícola.
Según datos proporcionados por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América, fueron enviados a este banco, durante el mismo periodo, catorce millones trescientos setenta y cinco mil setecientos cuarenta y dos punto cincuenta y siete millones de dólares, al tipo de cambio, igual, nos da una cantidad de sesenta y nueve millones setecientos setenta y dos mil trescientos cincuenta y un pesos.
Por otra parte, las autoridades del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América, proporcionaron a la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, informes en el sentido de que los fondos correspondientes a los braseros por concepto del diez por ciento de ahorro, así como las listas de revisión de los mismos, fueron enviados a México antes de la llegada al país de los trabajadores que regresaban y en términos generales manifestaron que, en un plazo de treinta días después de la repatriación de los trabajadores, el monto de su diez por ciento de ahorros habría sido ya remitido a México. Y los ex braseros mexicanos se preguntan: ¿Dónde está ese dinero que es nuestro?

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