miércoles, 21 de octubre de 2009

HUBIERA SIDO FDZ. NOROÑA, YA ESTUBIERAN ESCANDALIZADOS

A Fernandez Noroña por que habla con la verdad le dicen revoltoso, corriente, naco etc......los otros solo pierden el control
Ayer en la cámara de diputados Oscar Levín Coppel, presidente de la Condusef en el gobierno de Vicente Fox, perdió el control y se acercó a los perredistas para espetarles: “¡Toda la noche nos han llenado de mierda!”
“Ahora sí van a comer mierda ustedes, ¡cabrones!”

Veamos quien es tan distinguido diputado priista, que a vivido comodamente del erario público, solo 2 detallitos:

Óscar Levín debe tener sentimientos encontrados. La llegada de su sobrino a Pemex, afectará, si se mantiene un mínimo de ética, a su hijo.
La llegada de Juan José Suárez Coppel a la dirección de Pemex, debió haber sido motivo de regocijo en la familia de Óscar Levín Coppel, el diputado priista muy cercano a Beatriz Paredes, quien ha sido testigo de la restauración de su sobrino a la cima de la empresa de donde salió hace algunos años con la cola entre las patas. Pero no será tan sencillo. En la actualidad, Esteban Levín, su hijo, es el director de Finanzas de Pemex, por lo cual, de manera natural, se daría un conflicto de interés. Ya se sabe que Suárez Coppel es refractario a estas sutilezas, pero dos primos hermanos manejando las finanzas de una empresa pública, parece demasiado.


México D.F. Jueves 12 de diciembre de 2002
Capital
Opera allí una discoteca investigada por autoridades del GDF y la Benito Juárez
Hijo de Levín Coppel pagó $1.15 por inmueble con valor artístico (un peso quince centavos, leyó ud. bien)
En una operación triangulada Arrendadora Banorte compró en $2 millones 60 mil al DDF, que encabezaba Oscar Espinosa, la propiedad perteneciente a Servicios de Transportes Eléctricos
ELIA BALTAZAR
Propiedad del hijo del diputado federal priísta Oscar Levín Coppel, la discoteca Rouge, ubicada en la colonia San José Insurgentes, es objeto de investigación por las autoridades capitalinas y la delegación Benito Juárez, debido a diversas irregularidades detectadas no sólo en su funcionamiento, sino en la adquisición misma del inmueble, que el Instituto Nacional de Bellas Artes tiene catalogado como de valor artístico, según el oficio 225-C/106 emitido por la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble.
El inmueble, que hasta 1994 perteneció a la Dirección General de Servicios de Transportes Eléctricos del Distrito Federal, pasó a ser propiedad de Esteban Levín Balcells y su socio Samuel Kreimerman, en una operación de compraventa triangulada en la que participó como intermediaria Arrendadora Banorte, según consta en el expediente de escrituras del Registro Público de la Propiedad (RPP).
Una ganga
Banorte pagó a la Dirección General de Servicio de Transportes Eléctricos, entonces a cargo de Manuel Lozano Jiménez, un precio de 2 millones 60 mil pesos por el inmueble -de mil 72.50 metros cuadrados-. La arrendadora lo vendió a su vez a Levín Balcells y Kreimerman en un peso 15 centavos, en 1996, según se asienta en la inscripción de propiedad del RPP.
En la información contenida en la escritura número 16 mil 958, elaborada el 15 de mayo de 1996, ante el notario Alfredo Caso Barrera Vázquez, se advierte que el contrato de compraventa se llevó a cabo entre "la parte vendedora (Arrendadora Banorte), representada por Arturo Moctezuma Hurtado y Federico de la Cruz Martínez", y compradora, representada por Inmobiliaria LK, propiedad de Samuel Kreimerman Dychter y Esteban Levín Balcells, quienes "adquieren el predio descrito", con "valor de $1.15 MN. (un peso 15/100 quince centavos MN)".
La investigación en torno de la discoteca Rouge, con domicilio en la calle Félix Parra 5, esquina con Río Mixcoac -objeto de inconformidad de vecinos y autoridades- partió de la diversas acciones jurídicas que emprendió la delegación Benito Juárez para su clausura, que no ha podido concretar, pues un juez federal otorgó un amparo contra la acción de la autoridad y obligó el retiro de sellos que en su momento colocaron las autoridades delegacionales.
Las irregularidades administrativas detectadas por la delegación Benito Juárez se remontan a la compra misma del inmueble, por Arrendadora Banorte, al entonces Departamento del Distrito Federal, a cargo del ex regente Oscar Espinosa Villarreal, en 1994.
Aunque el registro de la escritura se presentó en octubre de aquel año, desde el 14 de junio de 1994 la Dirección General de Reordenación Urbana y Protección Ecológica modificó el Programa Parcial de Desarrollo Urbano de la delegación Benito Juárez, para cambiar el uso de suelo del predio donde actualmente se ubica la discoteca Rouge, que pasó de habitacional a restaurante con venta de bebidas alcohólicas.
Según consta en el historial del RPP, arrendadora Banorte adquirió el inmueble de Félix Parra y de inmediato lo rentó a Levín y Kreimerman, que en noviembre de 1994 solicitaron la licencia de funcionamiento para la apertura del restaurante bar La Cima y posteriormente ampliaron la solicitud para convertirla en discoteca.
Fue Enrique Jackson, entonces secretario general de Gobierno, quien se manifestó a favor del permiso administrativo para que La Cima operara como discoteca. En noviembre de 1994, el lugar había adquirido ya la licencia de funcionamiento 1267, firmada por el entonces delegado en Benito Juárez, José Ramón Martel López.
Ya en 1996, luego de adquirido el predio por Levín y Kreimerman a Arrendadora Banorte, La Cima cambió su razón social y se convirtió en Lumina. La Operadora Secc SA de CV obtuvo la licencia de funcionamiento por medio de su representante legal Manuel Jiménez Dávila, firmada por la entonces titular en Benito Juárez, Esperanza Gómez Mont.
De 1994 a 1996 se realizaron cuatro verificaciones del lugar y en ninguna se advirtieron irregularidades en su operación. Sólo en julio de 2000 el entonces subdelegado Jurídico y de Gobierno, Edgar Sánchez Ramírez, emitió la resolución mediante la cual se ordenó aplicar multa y clausura temporal al establecimiento que ya entonces se conocía como La Estación. La clausura, sin embargo, no se ejecutó en tiempo y dejó de tener efecto.
En marzo de 2001, la administración que encabeza José Espina ordenó la verificación de la discoteca, que en ese momento se encontraba cerrada y con sellos de la Procuraduría General de la República y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Así comenzaron las indagatorias en torno del inmueble por parte de las autoridades delegacionales y la batalla jurídica por la clausura definitiva de la ahora discoteca Rouge. El primero de marzo de 2002, las autoridades de la demarcación intentaron clausurar el lugar, lo que no consiguieron por la oposición del encargado y socio del inmueble, Carlos Flores Ceja.
Una casa de cultura, el objetivo
El representante legal de la discoteca solicitó entonces un amparo ante el juez octavo de distrito en contra de la clausura. Dado que la suspensión provisional les fue rechazada, los dueños del inmueble interpusieron una queja contra la resolución.
El 13 de marzo, el sexto tribunal colegiado en materia administrativa del primer circuito resolvió en contra de la resolución del juez octavo, concedió a la discoteca la suspensión provisional y ordenó que la delegación retirara los sellos de clausura de la discoteca para que siguiera operando.
La delegación entonces presentó un recurso de queja contra la decisión del tribunal, que rechazó el recurso de las autoridades, y el 3 de abril concedió la suspensión definitiva y ordenó a las autoridades el retiro definitivo de los sellos de clausura.
Las autoridades, en tanto, comenzaron un procedimiento para la revocación definitiva de la licencia de funcionamiento de la discoteca, ante las peticiones de vecinos que han apoyado la decisión de cerrar definitivamente ese negocio y convertir el local en casa de cultura. Esta petición ya llegó a manos del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador.

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