jueves, 10 de septiembre de 2009

PRECISIONES ELECTORALES OPORTUNAS

Columna Asimetrías.
Por Fausto Fernández Ponte
08 septiembre 2009
“Inercias y falta de visión le impiden a México avanzar”.
Felipe Calderón, en su III Informe de Gobierno.
I
El caro leyente Francisco García Anaya nos increpa: “Para mi que usted está enojado con Felipe Calderón, pues no cesa de descalificarlo e insultarlo. ¿Por qué lo odia tanto? Usted debe ser un paniaguado del orate (Andrés Manuel) López Obrador”.
El señor García, quien muestra en su misiva el suficiente valor como para identificarse de nombre (si es que ese es) y su dirección de correo internético y residente de Tijuana, B. C., nos lee en El Mexicano, diario al que califica de “priísta”.
Afirma don Francisco: “No me explico por qué tanto odio de los seguidores y empleados como usted del enloquecido tabasqueño contra el verdadero Presidente de México, el Presidente Calderón (…) Yo los mataría a todos”.
“Hay que agradecerle al Presidente Calderón su tolerancia. Yo, en su lugar, ya habría encarcelado y matado a todos los de la calaña del revoltoso calumniador (AMLO) y sus seguidores y empleados como usted. Agradézcale al Presidente que a usted se le tolera”.
La respuesta a don Francisco es llana: don Felipe es visto como espurio por millones de sus compatriotas (al menos, los 15 millones que votaron por don AMLO) por el mero hecho de oponerse al recuento de voto por voto del 2 de julio de 2006.
Un recuento imparcial, aséptico, riguroso, vigilado y fiscalizado habría disipado dudas y sospechas. ¿Por qué se negó y continúa negándose don Felipe, empeñado en una batalla legal con la revista Proceso que le permita destruir esos votos?
Y si el recuento favoreciere a don Felipe, seguramente don AMLO y sus partidarios, simpatizantes y empleados (entre los cuales no figura éste escribidor, señor García, pues recibe sus ingresos de los 55 periódicos que publican éstas entregas) lo reconocerían.
Más no es eso lo que atiza la fogarata de la oposición de esos 15 millones de mexicanos que votaron por don AMLO: estudie el leyente García el dictamen del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que dio validez al resultado.
II
Le recordaría éste escribidor al leyente García Anaya que en ese dictamen se consignan las irregularidades principales en las que incurrió el entonces Presidente Vicente Fox para hacer ganar al candidato de su partido, el señor Calderón.
El Tribunal reconoce en ese dictamen que el resultado de la elección favoreció a don Felipe gracias a las irregularidades cometidas por don Vicente, pero que no se podía anular dicho desenlace porque ¡ello sería “traumático” para México!Dígase de otro estilo que los magistrados del augusto Tribunal tomaron una decisión que corresponde a la ciudadanía, la de decidir que una nueva elección sería traumática para el electorado. ¡Qué estupidez! ¡Qué transvestismo”.
Así, mediante ese argumento asaz pueril, simplista en extremo e infantiloide hasta la memez, el TRIFE asumió potestades constitucionales que no le corresponden. Ante ello, piénsase y concluiríase lo siguiente:
Uno, que los magistrados de tal Tribunal suponen que los mexicanos son idiotas.
Y, otro, que esos magistrados cómplices de un contubernio y una consigna “superior” –del señor Fox o del propio candidato— cohesionada por las empatías ideológicas y simpatías políticas de conservadurismo judicial.
U otro más: identidades de conservadurismo entre magistrados que preconiza preservar incólume el statu quo haciendo ganar “haiga sido como haiga sido” a un afín –don Felipe-- como garante de que no habrían cambios de fondo al modelo económico.
Y otro adicional: la percepción entre los magistrados de que don AMLO, si Presidente, sería “un peligro para México”, como lo describió en la “guerra sucia” mediática el propio Presidente Fox y los empresarios patrocinadores de don Felipe.
III
El papel del TRIFE fue precisamente el de asegurarse que si la manipulación cibernética y la “guerra sucia” mediática fallaban, a don AMLO jamás se le validaría un triunfo electoral. Complot. Golpe de Estado de la mafia gobernante. Contra México.
En esos escenarios, don AMLO no tenía posibilidades de que se le reconociese una victoria electoral, aunque hubiese sido abrumadora –digamos al 2 por 1--, pues la mafia gobernante lo habría impedido a cualesquier costos. Esos costos ya están a la vista.
Las confirmaciones del fraude son inequívocas, la más elocuente de ellas es la admisión del propio señor Fox, hace un año y meses, en el sentido de que se vengó de los insultos de don AMLO “pues hice que perdiera la elección”. ¡Qué confesión!
Orondez jactanciosa del delincuente orgulloso de su crimen, tan grave como el otro que confesó, hace meses, de que durante su sexenio él no gobernó, sino en su nombre “la señora Marta” (Sahagún), la casi analfabeta esposa del también iletrado ranchero.
Confesión de parte tan espontánea del disléxico neuronal que es don Vicente –el Vaticano ya lo declaró demente— releva las pruebas. Los mexicanos (incluido el leyente García Anaya) sufrimos las secuelas brutales de tanta vileza y mendacidad.
Y don Felipe mismo es también víctima de su propia alevosía, premeditación y ventaja. Hoy, éste personaje es, pese a sus epígonos ideológicos y políticos y ante la iracundia de sus patrones mercachifles y el arropamiento castrense, triste damnificado.
Patético y lastimoso, és damnificado de su propia tontería y ambición y de su traición al anhelo democrático de muchos mexicanos. Y aun así, en su enanismo lastimero, don Felipe insiste en que su espejo ideológico, el PRI, oxigene su espuriato. Lo salve.
Pero el dinosaurio ya olió la sangre. Exacerbado su apetito, sus fauces tricolores babean. Además, ya no necesita al señor Calderón, proverbial tonto útil desechable cuyo corto sentido de los tiempos políticos e ignorancia de la historia ya pertenece al pasado.
ffponte@gmail.com
www.faustofernandezponte,com
Glosario:“ ´Haiga´ sido como ´haiga´ sido, pero yo soy Presidente”, frase atribuida a Felipe Calderón para justificar el dictamen del TRIFE que validò la elección presidencial de 2006 y lo declaró Presidente de la República. La expresión correcta es “haya sido como haya sido”.
Lecturas recomendadas:Dictamen del TRIFE: La Elección Presidencial de 2006. Varias editoriales. Poder Judicial de la Federación.

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