sábado, 26 de septiembre de 2009

PANAMÁ, LA MISMA HISTORIA

“Don” fulano y los poderes
En muchos sentidos, la injusticia contenida en el trato a las personas y en la pésima distribución de la riquezas que prevalece en Panamá y en el mundo se lo debemos a nuestra reciente historia pasada.
“La despreciable mano humana *
En 1783, el rey de España decretó que los oficios manuales no eran deshonrosos.
Hasta entonces, no merecían el trato de don quienes hubieran vivido o vivieran del trabajo de sus manos, ni quienes tuvieran padre, madre o abuelos dedicados a oficios bajos y viles.
desempeñaban oficios bajos y vileslos que trabajaban la tierra,
los que trabajaban la piedra,
los que trabajaban la madera,
los que vendían al por menor,
los sastres,
los barberos,
los especieros
y los zapateros.
Estos seres degradados pagaban impuestos.
En cambio, estaban exentos de impuestos
los militares,
los noblesy los curas.”

* ESPEJOS: Una historia casi universal. Eduardo Galeano, Siglo XXI Editores & Siglo XXI Iberoamericana 2008. Pagina 168-169.



Empresas, casinos, puertos, industrias, tierras, ríos, mares y montañas… grandes riquezas del Estado panameño, que deberían estar al servicio del desarrollo del conjunto de la población, especialmente de las mayorías nacionales; han pasado a ser propiedad privada, explotadas y, en muchos casos destruidas, para acrecentar las ganancias y el lucro fácil de consorcios y clanes familiares que, afanosamente, han estado manejando la cosa pública como si fuera patrimonio propio.
Las declaraciones, y algunas acciones que está realizando el actual gobierno son pasos en la dirección correcta. ¿Hasta dónde se mantendrán, todavía no lo sabemos? Que bueno sería que los “juega vivos” de siempre. Los que, como mala hiedra, se pegan a las instituciones gubernamentales para succionar recursos públicos; y los tracaleros clanes y consorcios que, se pegan a su vez, a la mala hiedra para obtener concesiones, exoneraciones y todo tipo de chanchulleros e ilegítimos privilegios sean alcanzados por la ley y la justicia.
Estos señores, los “don” fulano, acostumbrados a vivir del sudor del trabajo ajeno, molestos con el poder, pagan y ocupan medios de comunicación para hablar de su “honradez”, de la “persecución” y del “atentado” contra la seguridad jurídica.
Por favor señores. Razón tienen los trabajadores que en las manifestaciones gritan: “empresario explotador, tu riqueza es mi sudor” . Acostumbrados a no hacer nada, nobles –los políticos de hoy en Panamá-, diputados, ministros, empresarios (los que explotan a la gente y destruyen la naturaleza), curas y obispos (los de la Iglesia de arriba) se han sentido amenazados y miran con recelo las tibias y acertadas acciones que está realizando el gobierno, para recuperar una pizca de las riquezas que pertenecen al Estado y a la Nación panameña, hoy, en manos de consorcios y clanes familiares.
Urge profundizar y ampliar acciones y medidas destinadas a escarbar y castigar todas las bribonadas protagonizadas por los gobiernos y sus cúpulas de los oligopolios. Que se dirija y se ponga la lupa hacia los banqueros que se han enriquecido con exoneraciones millonarias; hacia los empresarios de la construcción que, estando en puestos de entidades claves del Estado panameño, han otorgado licitaciones millonarias a sus propias compañías de construcción.
Que se revise, con urgencia, el escándalo que representa la ampliación del Canal de Panamá. Las cochinadas que estaban detrás de la fenecida Ley 44 que pretendía inundar tierras en donde viven y trabajan más de 5000 comunidades campesinas. Que se detenga YA la destrucción de Minera Petaquilla. Que se escuche a las poblaciones de campesinos e indígenas afectados de manera directa por la contaminación de aguas y por la violencia sufrida y denunciada.
Que nadie llame “DON” a nadie, al menos que sea comprobado mafioso y tracalero, como los que abundan entre las cúpulas del poder económico, político y religioso en Panamá.
Héctor Endara Hill
hector@panamaprofundo.org

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