EDITORIALNos han reducido significativamente 2 mil millones de pesos y, si esto sigue así, el déficit será de 6 mil millones en lo que resta de mi administración… Los alcaldes difícilmente van a poder implementar programas de obra ambiciosos, y difícilmente podrán desarrollar un programa de obra que cubra lo básico por la reducción del presupuesto”.
La anterior es una de las frases con las cuales el gobernador Humberto Moreira Valdés ha retratado lo que él califica como una estrategia “perversa” del Gobierno Federal para escamotearle recursos a nuestra entidad, argumento en el cual ha insistido a últimas fechas.
De acuerdo con el Mandatario estatal, las modificaciones a la baja sufridas en el renglón de transferencias forman parte de una estrategia con fines políticos instrumentada desde Los Pinos.
A contracorriente de tal planteamiento, la Auditoría Superior del Estado plantea una hipótesis alterna: una parte de la responsabilidad en la disminución de las participaciones a los municipios de Coahuila es de los propios ayuntamientos.
¿La razón? Un bajo nivel de eficiencia en la recaudación de recursos propios, particularmente en lo relativo al impuesto predial.
De acuerdo con la dependencia a cargo de Armando Plata, la situación es preocupante, pues las administraciones municipales han relajado en exceso los mecanismos de recaudación.
“…la pésima situación que prevalece en el común de los Municipios del Estado en cuanto al esfuerzo recaudatorio… se refleja en la menor percepción de recursos federales, ya que los ingresos propios forman parte de ciertas fórmulas relativas a la distribución de tales recursos”, señala Plata Sandoval en el informe que recién presentó al Poder Legislativo local.
A menos que se trate de un desliz y ello sea aclarado en su momento por el funcionario, el adjetivo utilizado para calificar el desempeño de los ayuntamientos coahuilenses en materia recaudatoria pareciera no dejar lugar a dudas de la realidad de las finanzas municipales: “pésima”.
Sin duda que en materia de federalismo fiscal todavía existe un largo tramo por recorrer y en este sentido resulta indispensable que se mantenga la lucha por construir una fórmula más equitativa para la distribución de la recaudación tributaria en México.
Sin embargo, también resulta indispensable que nuestras autoridades —estatales y municipales— asuman la responsabilidad que les corresponde en el hecho de que las participaciones federales disminuyan eventualmente.
Porque, a menos que el Auditor Superior del Estado se desdiga, su informe tal vez podría indicar que no existe tal “plan perverso” para castigar a nadie ni para escamotearle los recursos que legalmente le corresponden.
mas lo que se roban.... a que alcalde o alcaldeza metieron a la cárcel ? o ya tuvierón tiempo suficiente para justificar los faltantes, millones de pesos!!!
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