El “nuevo bebé” de la editorial Nortestación debía ser visualmente importante y tener un contenido digerible. Así lo explica Karla Martínez quien es parte de una editorial preocupada por el apoyo a las letras en el país y dispuesta a convertirse en una “agencia de modelos para escritores”.
En un evento más del Festival Santos Rojo de Artistas Arriesgados, que se realizó el pasado viernes en Casa Tiyahui, Karla cuenta cómo nació el proyecto en Tijuana, con la intención de apoyar a escritores norteños. Interesados siempre en fomentar el hábito de la lectura, andan “como si fuéramos gitanos” de un lugar a otro, realizando proyectos hasta en las zonas más violentas de las ciudades, en donde ella piensa que “si fomentas otras cosas generas cambios”.
Asegura que hay escritores en diferentes nichos que están siendo desaprovechados, por lo que Nortestación ha asumido la representación de éstos. Su
teoría es que si existiera una conexión entre editoriales y proyectos, se crearía una red de interrelaciones para dar mayor difusión y así “esto dejaría de ser un festival de arte arriesgado, para ser de arte”.
La joven señala que gracias a este tipo de conexiones que se establecen entre escritores y editores independientes, lograron la
publicación en España del mexicano Roberto Castillo.
Recientemente se han unido al proyecto de la revista Picnic, cuyo principal cambio fue convertir lo visual en lo más importante de modo que llame más la atención de los lectores, sin dejar de lado un buen contenido.
La revista, nacida en el 2004, cuenta con un equipo creativo de artistas plásticos, visuales, músicos, escritores y diseñadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario