Alberto Aziz Nassif
Esta Navidad será especial para cientos de miles de personas que perdieron el empleo durante este año que termina. Las carencias serán una realidad en la mesa de Nochebuena de millones de familias. Muchos padres tendrán que recortar sus gastos al mínimo. Hay 6 millones más de pobres mexicanos que dejó la crisis y, tal vez, la mayor parte de esos nuevos pobres no podrán comprarles a sus hijos un juguete en esta ocasión.La Navidad es un momento especial del calendario. Para los cristianos es la fiesta emblemática por excelencia, el nacimiento de Jesús de Nazaret. Tiempos que imponen condiciones celebratorias. Pero la Navidad se ha ido cubriendo de muchos envoltorios. Cerramos y abrimos años mediante celebraciones, pero salvo el cambio de fecha y los nuevos modelos en los automóviles, prácticamente todo sigue igual al cambiar el año, o incluso algunas veces, peor. Pero estas fechas son también una fiesta del consumo. Los buenos deseos llevan al ritual de los regalos. Sin duda, esta época es en donde más se consume y más se bebe alcohol.
Para los que no comparten la fe cristiana, la celebración también circula a su alrededor, y hay desde los que alucinan la Navidad, hasta los que simplemente se marginan de la fiesta. También están los que ven esta temporada como un tiempo de buenos deseos y afecto. La crisis de la Navidad no sólo tiene expresiones sociales críticas en la pobreza y las carencias, sino en el ámbito personal; para muchos se recrudece la fragilidad humana; a los que están solos se les agudiza su condición; para los melancólicos son fechas difíciles de pasar.
En esta Navidad a muchos los encontrará con expedientes abiertos sin resolver. Para los que habitan los márgenes es un momento complicado en donde mientras unos celebran, otros la pasan mal: los que están injustamente presos, como les sucede a las dos mujeres, Alberta Alcántara Juan y Teresa González Cornelio, que llevan más de tres años en la cárcel, en la misma condición en la que estuvo Jacinta Francisco Marcial, quien ya fue liberada. Estas mujeres pueden ser casos emblemáticos de cientos de miles que habitan una cárcel de forma completamente injusta.
En el ejercicio de seguimiento periodístico “Diario de la crisis”, que hace EL UNIVERSAL, se cuentan las historias de doce familias que muestran los impactos que ha dejado este año. Los indicadores negros de la crisis se expresan en un aumento del desempleo, una caída en las remesas, el aumento de los precios en los alimentos.
Estas doce familias sufren con la llegada del invierno, tienen menos recursos para enfrentarlo sobre todo en las zonas frías del país. Al mismo tiempo, la crisis ha llevado a las familias a cambiar sus hábitos de consumo y a gastar menos; la capacidad de ahorrar se ha esfumado y en muchos casos el dinero se ha reducido a la mitad, así lo expresa una familia de Tlalnepantla. Así, mientras unas familias reducen sus gastos y el consumo de alimentos, otras gastan menos en medicinas para curarse de alguna enfermedad.
El 2009 ha sido el peor año de los últimos 30, de esta forma lo expresa un médico psiquiatra de la ciudad de México, quién cada día comprueba la cancelación de citas. Un taquero de Monterrey expresa su pesimismo y difiere de la opinión del gobierno, que ya decretó el fin de la crisis. Los que conservan su trabajo se sienten afortunados, a pesar de que no les aumentaron nada su salario.
Campesinos que siembran de temporal esperan que el clima se componga y alguna lluvia tardía les permita sembrar avena y cebada. Para todas estas familias que forman el “Diario de la crisis”, la Navidad será una fecha difícil y “habrá pocos, muy pocos regalos” (EL UNIVERSAL, 8/XII/2009).
La Navidad será muy pesada para los que han sido víctimas de la violencia, para las familias en las que faltará alguien que fue asesinado, secuestrado, desaparecido, detenido de forma arbitraria o que ha sido torturado; para los que perdieron su negocio porque el crimen organizado se los quemó, simplemente porque no quisieron pagar la cuota para la mafia.
La Navidad en el estado de Chihuahua tendrá el mal sabor de un año que ha dejado casi 3 mil muertos de los 7 mil que han muerto en todo el país por la “guerra” del gobierno en contra del narcotráfico.
En ciudades como Juárez o Tijuana ya no se sabe qué es peor, si el crimen o los operativos del Ejército. La Navidad en estos tiempos de tanta violencia será una fecha muy difícil, será para muchos, muchos mexicanos, una Navidad en tiempos de crisis.
Investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS)
martes, 22 de diciembre de 2009
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