(Discernir sería distinguir una cosa de otra, señalando la diferencia que hay entre ellas)
EL DECRETO DE LA “NO AGRESIÓN”
Una vez estaba un loro parado en las ramas de un árbol, cuando nota que se acerca un zorro con un papel en su hocico. El zorro, mirando al loro, deja el papel en el piso y le dice: “Buen día, señor loro. Le vengo a comunicar que se ha firmado un decreto, que tengo aquí a mis pies, en el cual a partir de ayer, ningún animal de la selva se puede comer a otro, es un contrato de “no agresión” para fomentar la hermandad entre los animales. ¿Podría bajar a firmar que le ha sido comunicado?”.
El loro, muy capaz de discernir, miraba al zorro sin la menor intención de bajarse de la rama, cuando en esos momentos, un tigre salta desde la espesura y se arroja sobre el zorro, quien a duras penas pudo eludir el asalto y trató de huir desesperadamente de las garras del tigre. El loro, muy divertido en su rama, entonces le grita al zorro mientras éste parecía volar por sobre el pasto: “¡Muestrale el decreto...! ¡Muestrale eldecreeeetoooooo...!”
DOS FORMAS DE DISCERNIR
Separar lo cierto de lo errado puede conseguirse mediante dos caminos. Uno voluntario, reflexivo, que se refiere a la razón, y el otro (a veces más débil, a veces más poderoso) involuntario, normalmente incomprensible a la razón, desde el corazón. Uno SABE aunque no sabe como, que tal cosa es o no es. Algo le dice desde adentro “allí hay gato cerrado” (se suele escuchar “gato encerrado” –pobre gato-) por deformación de la frase a través del tiempo. Un “gato” era una bolsita, generalmente hecha con cuero de gato, que contenía las monedas de la época; lógicamente, si estaba cerrado, no se podía “discernir” si su contenido era cierto o falso.
EN resumen, disponemos de dos maneras de discernir. Un mecanismo racional que me enfrenta a las contradicciones de lo que estoy juzgando (analizando) y otro emocional, que me indica sencillamente “por ahí no es... ¡por allá!”.
LENTAMENTE... EN SILENCIO.
Desde siempre la oscuridad ha sabido “manejarse en forma adecuada” para lograr “manejarnos en forma adecuada” a sus propósitos. Ellos saben muy bien, que su mejor táctica reside en actuar en silencio y en forma lenta. En mi caso me pongo siempre imaginariamente en los zapatos del enemigo, para sentir qué pasos va a dar y cuales no.
Sea lo que sea que quiera hacer, lo hará en silencio, para no dar advertencia. Y es lo suficientemente inteligente como para saber que los resultados definitivos sólo se consiguen en forma lenta. Las revoluciones agitadas, no sólo no dan resultado, sino que generalmente resultan justamente opuestas al fin deseado, porque a la larga, generan conciencia. Todo el mundo conoce este fenómeno, ellos también.
Por eso, ellos nunca darían un golpe a la luz del día, en forma desenfrenada, alevosamente abierta. No es su estilo. Tenemos un concepto equivocado de la oscuridad: ellos no son torpes, no son vacilantes, no son indefinidos ni son agresivos.
Ellos marchan en las sombras, y muy lentamente. Sus mejores amigos son la oscuridad, el engaño y su determinación a través del tiempo. No se manipula a la fuerza; eso sería agresión que justificaría una multitudinaria reacción que saben que no les favorecería. No desean despertar a nadie. Ese es su arte.
LA ECUACIÓN CANTIDAD/PERMANENCIA
Las sombras poseen un profundo conocimiento del ser humano. Mientras el ingenuo duerme la siesta bajo el árbol, se pasa media semana comentando el partido de futbol del domingo pasado y la otra mitad, especulando sobre el evento del domingo próximo, y se sumerge fascinado en la sociedad de consumo comprándose el último celular que salió (a pesar de que ya posee uno de última generación, pero que... claro, ya lleva 6 meses de atraso), ellos estudian y analizan. Y disciernen, cosa que a nosotros nos cuesta tanto. Para ellos es muy sencillo, es negro o es blanco, como los alfajores.
Ellos saben perfectamente que.... se puede mantener engañado a alguien todo el tiempo, se puede engañar a todo el mundo durante algún tiempo, pero no se puede mantener engañado a todo el mundo, todo el tiempo. Y ésa es la base de su estrategia.
Una vez (más tarde o más temprano) descubierto el engaño, ponen en marcha la fase siguiente, que por supuesto tienen pensada con anterioridad. Es su proceder siempre premeditado y alevoso. Y hasta ahora, a través de los siglos, les ha dado excelentes resultados. Y parece que dejamos que les siga dando.
¿CUÁL ES SU PEOR MIEDO?
Que por fin, aprendamos a discernir. Que nos despertemos. Que un buen día se nos abra la conciencia. Alguien que piensa y siente, es su peor enemigo y por eso se especializan en “atontamiento”, en “anestesias”. La mentira, lo oculto, la anestesia, la droga (remedios, vacunas) todo lo que se disfraza,
Por eso para ellos, el peor enemigo es que nos volvamos capaces de Discernir, capaces de distinguir la caricia del Amor de la caricia que nos atrapa.
NO PODEMOS TOMAR A LA LIGERA A LA OSCURIDAD
Cometeríamos el mismo error de siempre al pensar que van a desaparecer como por arte de magia
En cambio, pensemos que si tanto nos cuesta desprendernos de ellos... ¿No será que también cada uno de nosotros lleve dentro de sí, su semilla? ¿No sería prudente bucear en nuestras profundidades del alma para ver con discernimiento si no compactuamos con ellos cada vez que les permitimos actuar sin ponernos de pie? ¿Porqué los humanos en general sentimos más atracción por lo mórbido, lo dramático, lo malvado, que por lo luminoso, y estamos siempre a la caza de las malas noticias? ¿Será que somos Luz pura o somos mestizos?.
Hay que buscar más adentro, hay que comprender cada actitud en la que les hacemos el juego, hay que preguntarse porqué nos resulta más cómodo consentir que reaccionar, más fácil aceptar que cuestionar, más “sociable” mirar para otro lado que enfrentar la realidad poniéndonos de pie. Con la mente y con el corazón, por una vez, debemos aprender a DISCERNIR.
de EMILIO
domingo, 8 de noviembre de 2009
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