TODOS SOMOS MIGRANTES

Por: Carlos Manuel Valdés
Publicado el: 18-Octubre-2009
Está en el aire una oleada de xenofobia que había vivido, de otra manera, en mi infancia, cuando en mi colegio católico, el Zaragoza, se hacían burlas contra los estudiantes de origen árabe: “¡petacas y velices: árabes infelices!” gritaban los mayores, en referencia a que una familia inmigrante vendía maletas. Tarde me enteré que, por ejemplo, el Casino de Saltillo, prohibía que esas familias fuesen recibidas como socios, aunque pudieran comprar con facilidad una acción. Claro que su solidez económica y sus relaciones comerciales con los ricos saltillenses lograron más pronto que tarde no sólo que no se les rechazara sino que se les invitase al Casino.
Ante la horrible y odiosa muerte de una joven señora por un migrante hondureño, una buena cantidad de saltillenses se ha lanzado a ofender a todo lo que huela a Centro América. El crimen resulta más infame porque la víctima había hecho un gran favor a su asesino al darle trabajo.
Belén, Casa del Migrante, destacado lugar a nivel nacional por su generoso apoyo a 30 mil centroamericanos que han pasado por Saltillo, condenó el hecho de inmediato.
Para vergüenza nuestra (de los coahuilenses todos) un diputado panista propuso un acuerdo en el Congreso para que la Federación controle las posadas para migrantes que la Iglesia Católica ha montado a lo largo del país.
Lo extravagante es que ese punto fue aprobado, aunque usted no lo crea, por el resto de los partidos: PRI, PRD, UDC y Verde creyendo que porque apoyan la xenofobia limpiarán con ello su rostro ante una comunidad enojada por el homicidio. De manera que nuestros diputados se interesan en que a quienes van de paso por México hacia los Estados Unidos se les perjudique en vez de ayudarles, como lo hace no nada más la Iglesia sino también muchas universidades, sobre todo las de la costa del Pacífico. ¿Los diputados se acercan al fascismo? Que ellos respondan.
Añádale usted un dato interesante: hoy se elige a un alcalde que desciende de migrantes, lo que sería una historia esquizoide qué contar. En efecto, los abuelos de Jericó Abramo Masso y Óscar Mohamar llegaron a Saltillo buscando mejorar su vida y, por lo que puede verse, tuvieron tanto éxito económico y social que ahora ambos desean ser el “hombre más importante del pueblecito”, como dijera Obelix. Esperoque Óscar y Jericó, el que sea electo, sean más sensibles al problema que sus compañeros de partido; tienen razones de peso para apoyar a otros migrantes. Saltillo fue generoso con sus abuelos, a pesar de todo.
Como historiador afirmo sin ninguna posibilidad de equivocarme que no hay saltillense que no descienda de migrantes. Nada más los indios nómadas que estaban en nuestro valle al menos desde 12 mil años antes de la fundación de Saltillo serían autóctonos, aborígenes, mas… ¡qué pena!, las enfermedades y el mal trato de nuestros antepasados acabaron con ellos. Descendemos de portugueses y judíos, de vascongados y extremeños, de castellanos y andaluces, esto si recurrimos a los que venían de Europa, pero hay que sumar a los tlaxcaltecas como una de las raíces importantes no sólo de saltillenses sino de monclovenses, parrenses, naveños, regiomontanos y otras muchas poblaciones del Noreste, incluyendo Texas. Y también hubo aquí purépechas y otomíes toda la era colonial. Sume usted a los africanos que llegaron como esclavos.
Dirá que su familia no tiene sangre negra y quizá se equivoque, porque, por ejemplo, una familia que se cree de sangre azul tiene al menos una antepasada mulata no muy alejada de don Francisco I. Madero, aunque fue expulsada del árbol genealógico. ¿Autorracistas?, de hecho.
La iniciativa de nuestros legisladores no tiene la menor posibilidad de progresar allá en México. Será rechazada con desdén por diputados y senadores. Eso nos sacamos por no razonar nuestro voto. ¡A aguantar otro chubasco, para no perder la costumbre! Debo decir que varios senadores (del PRD, PRI y PAN) ven con mucho respeto y admiración al padre Pedro Pantoja y la obra que realiza. Amplío la información: la Organización de Estados Americanos tanto como la Organización de las Naciones Unidas ha solicitado apoyos diversos al mismo sacerdote. ¡Arroz!