Periodistas de El Universal
Bajo Reserva
23 de octubre de 2009
César Nava, en problemas
La nota es: César Nava dinamitó un acuerdo que costó sangre, sudor y lágrimas al Ejecutivo federal y a los partidos en la Cámara de Diputados. La pregunta es: el miércoles, cuando se lanza contra el PRI, ¿iba solo o con bendición presidencial? Una respuesta podría encontrarse en el deslinde, el jueves temprano, de Fernando Gómez Mont: “Quiero dejar asentado el reconocimiento del gobierno federal al acuerdo alcanzado en la Cámara de Diputados”. Los hechos son: el Senado ya congeló la Ley de Ingresos y Nava camina por un río turbulento que le llega al cuello. Pero vamos por partes...
La tradición marcaba que el Presidente de la República, sin mucho protocolo si se quiere, agradeciera a los diputados la aprobación de la Ley de Ingresos. Podría ser mientras inauguraba una fábrica de zapatos o una panificadora. Era la costumbre. Este año, el Presidente hizo un vacío que no alcanzó a llenar Gómez Mont con su reconocimiento del jueves. Un día antes, lo más interpretable como la voz de Felipe Calderón, quizá por un malentendido, fue la declaración de César Nava en la que culpa al PRI por el aumento de impuestos. “Lo hemos hecho así [aprobar la ley] porque la mayoría del PRI no ha dejado otra alternativa. Ante su negativa, su cerrazón y su rechazo a la propuesta del Presidente de crear una contribución anti-pobreza se tuvo que recurrir a esta alternativa”, dijo. Resultado: el PRI en el Senado ya paró la ley, y seguramente, con ayuda de PRD, PT y el resto de la oposición, va a regresarla a San Lázaro. En realidad, y así lo dijeron Gómez Mont y hasta el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, lo aprobado es casi lo que envió Calderón. La ley satisfacía, digamos, al Ejecutivo. No era el “plan A” tan cantado como único, inalterable e inamovible. Pero era un buen “plan A-bis”. Entonces, ¿por qué el reproche de Nava? ¿El líder panista perdió la habilidad política? ¿Consultó con Josefina Vázquez Mota? Pues bien, ahora desde Los Pinos buscan contener el daño; el PAN se saca la chequera para pagar la factura, mientras Nava respira profundo en espera de que este berrinche clásico, clasiquísimo del “kínder calderonista” (remember Germán Martínez) no lo arrastre a lo profundo ahora que cruza aguas turbulentas.
Primer costo por dinamitar el acuerdo: No pasará el 3 por ciento de impuesto en telecomunicaciones. Eso júrelo. Y no sólo por la presión de las empresas afectadas, sino por el movimiento social que generó la propuesta de gravar internet. Métase a Facebook o a Twitter, y sabrá que aparte de Movimiento Internet Necesario (con quien se reunió ayer Carlos Navarrete), los ciudadanos se excedieron en las críticas. El impuesto es una ola de ira contra el Ejecutivo. El PRI les hará un favor: no pasará.
Apunte final: Es que la cosa está que arde. El Concilio de Asuntos Hemisféricos (COHA por Council on Hemispheric Affairs) lo dijo así, en un paper publicado apenas ayer: México sufre en estos momentos “la peor recesión en 200 años de independencia”.
viernes, 23 de octubre de 2009
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